En Ecuador hay 1,3 millones de personas (10% de la población) que tienen seguro privado de salud. La mayoría de ellos también aportan al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS).
El deficiente sistema sanitario público, que incluye los problemas de desabastecimiento de medicinas y las dificultades para agendar turnos médicos en el IESS, obligan a que la mayoría de los que tienen seguro privado de salud, también sean aportantes, como independientes o como empleados en relación de dependencia, a la seguridad social.
Así, entre el 70% y 80% de los ecuatorianos con seguro privado de salud, al mismo tiempo también son afiliados activos del IESS.
“Ante un sistema público que no es fiable, y que en muchos casos no cubre medicinas y citas con especialistas, los ecuatorianos que se ubican sobre todo entre la clase media y alta pagan seguro privado y también aportan al IESS. Es una minoría de la población, pero refleja la situación del país donde pocos pueden pagar para tener servicios de salud”, acotó Lucía Viteri, economista con experiencia en el sector asegurador.
De acuerdo con Viteri, en Ecuador se pueden encontrar opciones de seguro privado de salud que van desde $5 de pago mensual hasta miles de dólares. Lo importante es ver a este tipo de seguros como una inversión a largo plazo y que reduce sustancialmente el valor que se deberá desembolsar al momento de una emergencia médica o un siniestro.
La lógica es que, por ejemplo, puedas pagar $100 mensuales por el seguro de salud y no necesitarlo en un año, pero en cinco años, cuando suceda una emergencia, y se acumulen visitas médicas y tratamiento, se puede llegar a ahorrar entre $20.000 y $30.000.
Si más gente contrata seguros de salud, los precios van a bajar
“Actualmente, el mercado asegurador mueve $700 millones, pero si moviera $2.000 millones, por ejemplo, como industria podría tener mayores eficiencias de costos. La aseguradora es un intermediario en la relación entre afiliado o paciente y prestador de servicios médicos. Entre más personas tengan una aseguradora, más capacidad de negociación tendrá para que se reduzca el valor de las medicinas o de las atenciones. Eso haría que el costo del seguro sea más bajo”, expresó Viteri.
Alcívar, asimismo, confirmó que entre más personas contraten seguros privados médicos, los precios van a ser más bajos, no solo en el aseguramiento, sino también en todo el ecosistema de salud.
Además, comentó que si se consigue un descuento del 20% en una medicina, normalmente se reparte un 10% que va a la aseguradora y el otro 10% se traslada a los clientes.
“Si no hubiera aseguradoras en este ecosistema, los prestadores podrían cobrar lo que sea y nadie les diría nada”, aseguró Alcívar.
En este contexto, y en un país con un precario servicio público de salud, de acuerdo con Viteri, se debe apostar a reducir trabas, simplificar trámites, e incluso reducir cargas, con el fin de que más personas accedan a seguros de salud privada y los servicios bajen de precio.
“La competencia y la desregulación surten mayores y mejores efectos que los controles estatales y las prohibiciones”, aseveró Viteri. (JS)
Diario La Hora