El mercado de la coca y de la cocaína sigue en expansión. Esa es la gran conclusión a la que llega el monitoreo a cultivos de coca hecho en 2023, en Colombia, que es el mayor productor de hoja de coca en el mundo y que comparte una extensa línea fronteriza con Ecuador.
Año a año, la Oficina de las Naciones Unidas para la Droga y el Delito (Unodc) evalúa la presencia de cultivos ilícitos en Colombia, Perú y Bolivia, que son los mayores productores mundiales.
Como se reflejaba en los informes de 2021 y 2022, la producción de coca en Colombia va en aumento. En el caso de 2023, el incremento fue del 30%, para llegar a un área sembrada de 253.000 hectáreas. Eso equivale a más de 230.0000 canchas de fútbol profesional.
En años anteriores, el detalle principal de los informes era que las áreas de sembrío de coca se habían incrementado, sobre todo, en Putumayo, departamento del sur de Colombia, que colinda con Ecuador en la provincia de Sucumbíos.
En 2024, el panorama es aun más preocupante para Colombia. En 16 de los 19 departamentos (provincias, según la división política ecuatoriana) con presencia de coca hubo aumento en el área de cultivos.
Y en este grupo, los departamentos de Cauca y Nariño son los que más se han visto afectados con el incremento de sembríos de coca. Nariño limita con Esmeraldas, Carchi y Sucumbíos del lado ecuatoriano.
Pero, no solo los sostenidos incrementos de coca en Nariño y Putumayo generan preocupación del lado ecuatoriano. El informe de la Unodc, además, revela que cuatro departamentos colombianos tienen más de 30.000 hectáreas de coca y concentran casi el 50% del área nacional.
En la lista, nuevamente, están Nariño y Putumayo. Pero, también, aparece Cauca, que limita con los otros departamentos y que tiene una influencia marcada con las actividades ilegales en la frontera con Ecuador. El restante es Norte de Santander, que limita con Venezuela.
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A más coca, más cocaína
Por una relación lógica, mientras más coca se cosecha en Colombia también se produce más cocaína. Y así lo de muestran los datos del informe de la Oficina de la ONU.
Por ejemplo, el reporte señala que las incautaciones de cocaína subieron en un 53%, entre 2022 y 2023, en Colombia. Además, el consumo se ha multiplicado, siendo América, con 11,8 millones de personas, el continente con más consumidores.
De esta manera, la Unodc concluye que la producción de cocaína en Colombia pudo haber llegado a unas 2.664 toneladas, en 2023.
Según estimaciones oficiales, el 44% de esa producción se hace en Cauca, Nariño y Putumayo, departamentos cercanos al Ecuador. Es decir, unas 1.100 toneladas.
Datos de la Policía de Ecuador señalan que un tercio de esa producción, unas 390 toneladas de cocaína, son traficadas a través de Ecuador, en rutas que van desde Esmeraldas, Carchi y Sucumbíos hacia Guayas, Manabí y Santa Elena.
En 2023, Ecuador incautó 196 toneladas de cocaína. Es decir, que las incautaciones de las autoridades ecuatorianas estarían alcanzando solo al 50% de la cocaína que se intenta traficar a través del país hacia Oceanía, Asia, Norte y Centroamérica, África y Europa.
Por esta razón, al ser un país del tránsito de la cocaína hacia los demás continentes, Ecuador también se ha convertido en el cuarto país del mundo de donde más salen los envíos de cocaína que son incautados en el extranjero, solo por detrás de Colombia, Brasil y Perú.
Según la información publicada por la Unodc previamente, el 8% de los decomisos hechos en el extranjero salieron de Ecuador.
Los efectos en Ecuador
La proliferación del negocio de la coca y de la cocaína en Nariño, Putumayo y Cauca, cercanos a la frontera con Ecuador, ha generado el interés de grupos criminales por acaparar el control de las economías ilegales de la zona.
Sobre todo, del lado colombiano, las disidencias de grupos armados irregulares como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) manejan el control sobre la siembra, producción y tráfico del alcaloide.
Pero, además, estos grupos han expandido su operación hacia Ecuador. Es el caso de los Comandos de la Frontera (CDF), que se formaron de grupos residuales de la FARC y los carteles colombianos de la droga, tienen en Sucumbíos parte de sus operaciones.
En esta provincia del país, según información de Inteligencia Militar, operan —aunque en menor medida en relación con Colombia— todos los eslabones de la cocaína. Se han encontrado sembríos, laboratorios de procesamiento, bodegas y se han desmantelado rutas.
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En Carchi, en cambio, se han ubicado operaciones del ELN. Y en Esmeraldas, del Frente Oliver Sinisterra (FOS), también disidencia de las FARC, que en la zona de Mataje (Ecuador) ha sido responsabilizado del asesinato de periodistas, marinos y de un atentado a un cuartel policial.
Actualmente, el FOS se denomina Frente Alfonso Cano y, según información policial, trabaja de cerca con el Cartel Jalisco Nueva Generación de México para el envío de la droga.
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