Tras ser confirmado como Secretario de Estado por Donald Trump, Marco Rubio expresó que su nominación representa una enorme responsabilidad por la que se siente honrado. El republicano señaló que bajo el liderazgo del presidente electo, siempre pondrá los intereses de los estadounidenses y de EEUU por encima de todo lo demás.
“Dirigir el Departamento de Estado de EEUU es una enorme responsabilidad, y me siento honrado por la confianza que el presidente Trump ha depositado en mí. Como secretario de Estado, trabajaré a diario para llevar a cabo su agenda de política exterior”, escribió Rubio en su cuenta de X.
Y agregó: ”Bajo el liderazgo del presidente Trump, lograremos la paz a través de la fuerza y siempre pondremos los intereses de los estadounidenses y de EEUU por encima de todo lo demás. Espero ganarme el apoyo de mis colegas en el Senado de EEUU para que el presidente tenga a su equipo de Seguridad Nacional y de Política Exterior, listo para cuando asuma su cargo el 20 de enero”.
Rubio, de origen latino, se convertirá así en el primer hispano en asumir este cargo. Trump destacó las cualidades de su elegido, señalando que será “un firme defensor de nuestra nación” y un “guerrero valiente que nunca se rendirá ante nuestros adversarios”, al tiempo que reafirmó la influencia que tendrá en la diplomacia estadounidense.
Marco Rubio, hijo de inmigrantes cubanos, nació en Miami en 1971, una ciudad que aún considera su hogar. De ascendencia trabajadora, su padre fue barman y su madre trabajó como mucama de hotel, lo que Rubio resaltó en su primera campaña al Senado como un ejemplo del “sueño americano” que, en sus palabras, solo podía cumplirse en Estados Unidos.
Durante su infancia, Rubio vivió unos años en Las Vegas, donde, entre los 8 y los 14 años, su familia trabajó en el sector hotelero, y él fue bautizado en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, asistiendo temporalmente a la congregación mormona. Más tarde, la familia volvió a Miami, donde se consolidó en su comunidad y desarrolló un gran interés por el fútbol americano.
Tras una carrera en la Cámara de Representantes de Florida, donde fue líder de la mayoría y presidente de la cámara, resistió las presiones para abandonar su candidatura al Senado en 2010 y optar, en cambio, a fiscal general. Rechazó esta opción y continuó con su postulación, logrando su primer escaño en el Senado en una carrera que lo consolidó como una figura prominente de la derecha conservadora.
En 2016, se postuló a las primarias presidenciales republicanas, enfrentándose a Donald Trump y otros candidatos. Aunque ganó en Minnesota, Washington D.C., y Puerto Rico, abandonó la contienda después de perder en Florida, donde Trump lo superó con un 45,7% frente al 27% de Rubio. Durante esa campaña, ambos intercambiaron ataques personales, pero Rubio mantuvo una relación cercana con Trump durante su presidencia, y en 2020 apoyó activamente su campaña electoral en mítines en inglés y español.
Como miembro de la Comisión de Relaciones Exteriores y vicepresidente de la Comisión de Inteligencia en el Senado, se ha destacado por su postura de mano dura frente a China, advirtiendo sobre la amenaza de una posible alianza entre este país, Irán, Corea del Norte y Rusia. En marzo, alertó que estos países “comparten un objetivo: debilitar a Estados Unidos, nuestras alianzas, posición, capacidad y voluntad”.
Fuente: Infobae