Cuenca soportó una intensa lluvia con granizo la tarde del martes, 5 de noviembre de 2024. Sin embargo, pese al aguacero, la contribución a la recuperación del embalse de Mazar fue mínimo.
De acuerdo con Etapa, las precipitaciones registradas en la capital azuaya duraron una hora y se concentraron en el centro y este de la ciudad.
En esos puntos se registraron alrededor de 25 sectores con inundaciones, peligro de colapso de muros y techos.
Por otro lado, los principales ríos de la ciudad se vieron beneficiados por las lluvias y aumentaron su caudal de forma repentina.
En total, el equivalente de agua que soportó Cuenca fue de de 184 mil m3, lo que representa el llenado de 55 piscinas olímpicas en una hora, aproximadamente.
Aunque esto suena a un escenario auspicioso, según Etapa, la cantidad de agua caída representa el 0,04% del volumen del embalse de Mazar, que es de 410 millones de m3. Es decir, al no haber llovido en las áreas de recarga hídrica, el aumento de caudales no es representativo.
Dado este panorama, el embalse de Mazar, del que dependen tres hidroeléctricas (Paute, Mazar y Sopladora), se mantiene en niveles preocupantes. Este complejo representa 1.756 megavatios de potencia, que equivale al 38% de la demanda nacional.
Desde que comenzó la fuerte sequía en Ecuador, el complejo ha estado golpeado y ha generando menos de esa capacidad. El síntoma más notorio de esta realidad son los prolongados cortes de luz que vive el país.
Para los siguientes días, la situación climática en el Austro seguirá marcada por las altas temperaturas. Esto extiende aún más la sequía hidrológica que atraviesa Cuenca.
De hecho, para este 6 de noviembre la probabilidad de lluvia se ubica en 40%. De ocurrir precipitaciones, estas se presentarían en horas de la tarde y son resultado del fuerte calentamiento diurno.
En términos generales, según el Inamhi, hasta el viernes 8 de noviembre, las condiciones en la Sierra no favorecerán episodios de lluvias de gran consideración.
Fuente: Primicias