En entrevista con LA HORA, Jaime Carrera, miembro del Observatorio de la Política Fiscal, explicó que los ecuatorianos dan por hecha la dolarización y se olvidaron que se deben mantener políticas y acciones para que un país dolarizado como Ecuador pueda crecer a altas tasas durante años y mejore la calidad de vida.
P. ¿Cuál es la razón de fondo de que Ecuador viva en constantes crisis económicas y que este 2024 se cumpla una década perdida de crecimiento económico?
Lo que necesita Ecuador es replantear su modelo de Estado, su visión de país. Eso pasa esencialmente por un cambio de actitud de las élites políticas, económicas y sociales. Esencialmente de las élites políticas. Ecuador va a necesitar absoluta disciplina fiscal de aquí a muchos años, acompañada de abundantes inversiones para que la economía crezca. Para eso se necesita un entorno de responsabilidades fiscales y económicas, que sea adecuado para la inversión, para dar confianza. Aquí hay una cosa muy importante, Ecuador se ha olvidado de que tiene una economía dolarizada. Por eso estamos constantemente en crisis.
P. ¿Qué quiere decir que los ecuatorianos se han olvidado de que tienen una economía dolarizada? ¿La solución a la crisis es volver a los fundamentos de la dolarización?
Los ecuatorianos han dado por hecha la dolarización y se olvidaron de que se deben mantener ciertas políticas y acciones para que una economía dolarizada como la ecuatoriana crezca y se desarrolle. Por eso, para salir de las continuas crisis, de todo tipo, que golpean al país, se debe volver a los fundamentos de la dolarización. Los fundamentos de una economía dolarizada pasan por tener cuentas públicas equilibradas, al menos con disciplina fiscal, un gasto público reducido, aumentar las inversiones y atraer inversión extranjera directa.
Recuerde que en los primeros años de dolarización, entre 2000 a 2006, Ecuador tuvo un gasto del 21% con relación al Producto Interno Bruto (PIB) y ahora es casi del 40%. La deuda pública en esos años de inicio de la dolarización era del 38% del PIB y hoy es del 64% del PIB, lo que equivale a $79.000 millones. En esos años se acumularon fondos de ahorro y la economía creció más que en la década correísta. La economía funcionaba bien. La sociedad debería imaginar lo que hubiese sido Ecuador en este momento si mantenían esos fundamentos de la dolarización, donde se creó una ley de responsabilidad fiscal que obligaba a que el gasto crezca en función de lo que crece la economía y a reducir el déficit petrolero. Si Ecuador hubiese mantenido esas disciplinas, hoy tendríamos un país con un desarrollo parecido al de Chile. Si solo se hubieran mantenido los fondos de ahorro, que en 2006 eran de $1.500 millones, hoy Ecuador hubiera contado con un respaldo de entre $6.000 millones a $7.000 millones para poder solucionar las diversas crisis que enfrenta. Lamentablemente, desde 2007 se destruyó todo y hoy tenemos una situación compleja y crisis constante.
¿Qué tan compleja y crítica es realmente la situación económica y fiscal del Ecuador?
En los últimos 50 años, desde la década de 1970, menos en el paréntesis de los primeros años de dolarización (2000 a 2006), Ecuador ha repetido las mismas cosas. La deuda pública ha aumentado permanentemente y, lo que es peor, nos hemos acostumbrados a no pagar la deuda o renegociarla. Por eso tenemos el país que tenemos. Este rato, la deuda pública agregada es de $79.818 millones, con corte a julio de 2024. Si quisiéramos pagar esa deuda pública, manteniendo un superávit fiscal (más ingresos que gastos en el presupuesto estatal) del 1% de cada año, es decir $1.200 millones, necesitaríamos 76 años de superávits fiscales para cubrir toda la deuda. Eso da la dimensión de los problemas del país. La combinación en dolarización es de mayor crecimiento y disciplina fiscal. En dolarización no hay otra forma de crecer, sino es con dólares que vengan de afuera, lo que quiere decir aumento de las exportaciones y aumento de la inversión extranjera directa.
Si no hacemos esto, y seguimos repitiendo lo mismo de hace 50 años, los resultados no van a ser diferentes. Además, es posible que estemos contribuyendo a otra crisis, que ojalá no se produzca, con resultados absolutamente costosos para el país. (JS)
Diario La Hora