El Día Internacional de la lucha contra el cáncer de mama se celebra el 19 de octubre, establecido por la OMS (Organización Mundial de la Salud), para concienciar y mejorar el acceso a diagnósticos y tratamientos. En las Américas, más de 491.000 mujeres son diagnosticadas anualmente, con casi 106.391 muertes, y se prevé que para 2040 estos números aumenten significativamente., según la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
En Ecuador, más de 900 casos fueron reportados en 2021, convirtiéndose en una de las principales causas de mortalidad en mujeres. En SIME Sistemas Médicos, en 2024 se han registrado aproximadamente 3.600 diagnósticos relacionados con mamas, destacando tumores benignos y malignos. Según el médico oncólogo Rodrigo Castro, la detección temprana es esencial para mejorar el pronóstico y la tasa de supervivencia, así como para reducir costos.
Factores de riesgo más comunes asociados con el cáncer de mama
Algunos factores de riesgo son inherentes a características inalterables, como el sexo, la edad o los antecedentes familiares. En contraste, existen otros factores de riesgo que son “modificables”, como la alimentación y los hábitos de ejercicio, los cuales pueden ser ajustados para reducir el riesgo.
Factores No Modificables: El riesgo de desarrollar cáncer de mama está influenciado por múltiples factores, siendo más alto en mujeres, especialmente con mayor estimulación hormonal. La edad es crucial, con el 80% de los diagnósticos en mayores de 50 años. Un historial familiar, con un 13-19% de casos entre pacientes con familiares de primer grado afectados, también incremente el riesgo. Mutaciones genéticas como BRCA1 y BRCA2 están asociadas a un mayor riesgo, siendo más comunes en mujeres blancas no hispanas, aunque las mortalidades son más altas en mujeres negras. Factores reproductivos como tener el primer embarazo a una edad temprana y lactancia prolongada pueden reducir el riesgo, mientras que la menarquia temprana lo aumenta. Además, quienes recibieron radioterapia antes de los 30 años tienen mayor riesgo.
Factores Modificables: El riesgo de desarrollar cáncer de mama está influenciado por varios factores. El uso prolongado de terapia de reemplazo hormonal, la obesidad y el consumo excesivo de alcohol aumentan la probabilidad de la enfermedad, al igual que el tabaquismo, tanto activo como pasivo. En cambio, la actividad física regular, niveles altos de 25-hidroxivitamina D y una dieta rica en verduras, frutas y proteínas magras pueden reducir el riesgo. Además, la exposición a luz artificial nocturna y el consumo de alimentos ultraprocesados, especialmente carne procesada y grasas saturadas, se asocian con un mayor riesgo de cáncer mamario.
Tipos de cáncer de mama
Hay diferentes tipos de cáncer de mama: Luminal A, Luminal B HER2 negativo, Luminal B HER2 positivo, HER2 sobre expresado y triples negativos. Esta clasificación se basa en la expresión de los receptores hormonales, que incluyen el receptor de estrógeno (ER), el receptor de progesterona (PR) y el factor de crecimiento epidérmico humano (HER2) en la lesión tumoral. Identificar el subtipo de cáncer de mama es fundamental en la práctica clínica, ya que permite determinar el tratamiento más adecuado y, en consecuencia, aumentar las posibilidades de supervivencia de pacientes.
Síntomas que indican a una mujer que debe consultar a un médico sobre el cáncer de mama
Un bulto, engrosamiento o cualquier cambio nuevo en el seno que persista con el tiempo puede generar preocupación. Sin embargo, es importante destacar que hasta un 90 % de los bultos mamarios son benignos y no corresponden a cáncer. Algunos signos que pueden indicar la necesidad de atención médica incluyen: el aumento de tamaño de un bulto o cambios en el tamaño general del seno, ya que los bultos dolorosos suelen tener menor probabilidad de ser cancerosos; un pezón que se hunde hacia el seno; la aparición de hoyuelos o arrugas en la piel del seno; alteraciones en la forma del seno; secreciones acuosas o sanguinolentas del pezón; así como enrojecimiento, descamación o inflamación de este. También hay que prestar atención a cualquier enrojecimiento, hinchazón o calor en el seno, así como la presencia de un bulto en la axila o debajo del brazo.
Recomendaciones sobre la edad y frecuencia de las mamografías en mujeres.
Las mujeres mayores de 25 años deben someterse a una evaluación formal del riesgo de cáncer de mama.
Las mujeres con riesgo promedio deben iniciar mamografías anuales a los 40 años.
Las mujeres con riesgo superior al promedio deben realizar mamografías anuales y recibir una prueba de diagnóstico complementaria, comenzando a una edad basada en su riesgo.
La mamografía debe interrumpirse si la expectativa de vida es inferior a 10 años.
Determinación del plan de tratamiento individualizado para pacientes.
El plan de tratamiento para el cáncer de mama se determina en función del tipo y los hallazgos del informe patológico de la lesión tumoral, que incluyen la evaluación de receptores hormonales, HER2 y Ki-67. Este análisis, junto con el estadiaje de la enfermedad, permite ofrecer un pronóstico y seleccionar las opciones de tratamiento adecuadas, ya sea neoadyuvante, adyuvante o para situaciones metastásicas.
Castro afirma que, “es fundamental resaltar que el cáncer de mama no es una enfermedad exclusiva de las mujeres; los hombres también pueden desarrollarlo, aunque con menor frecuencia. Por esta razón, tanto hombres como mujeres deben estar alerta ante cualquier cambio en su cuerpo. Asimismo, es importante mencionar que los avances en tecnología médica y tratamientos han mejorado significativamente las tasas de supervivencia. No obstante, la prevención sigue siendo clave, por lo que es crucial fomentar la educación sobre el cáncer de mama en todas las etapas de la vida. La investigación y los ensayos clínicos siguen siendo elementos esenciales para el desarrollo de nuevos tratamientos que sean más eficaces y menos invasivos”.
De esta forma, SIME Sistemas Médicos, en el Día Internacional de la Lucha contra el cáncer de mama, hace un llamado a la acción y la reflexión. La detección temprana y la educación son las mejores herramientas en este combate. Al compartir información y recursos, se puede empoderar a la ciudadanía para que estén mejor informadas sobre los riesgos, la prevención y la importancia de realizarse chequeos regulares.