En la Asamblea General de las Naciones Unidas, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, había acusado a países occidentes de que la ayuda militar que le estaba brindando a Ucrania para luchar directamente contra Rusia.
El conflicto entre ambos países arrancó en febrero del 2022, cuando Rusia invadió a Ucrania. El ejército ucraniano arrancó en junio una contraofensiva con la que ha logrado pocos avances, pero en las últimas semanas informó que logró penetrar las líneas de defensa en el frente sur y tomó el control del pueblo de Robotyne.
“En el flanco izquierdo hemos logrado un avance y seguimos avanzando”, aseguró el general ucraniano Oleksandre Tarnavski en una entrevista con la CNN, reconociendo un avance más lento de lo esperado.
Tarnavski defendió que uno de los objetivos del ejército ucraniano es llegar hasta la ciudad de Tomak (sur), un importante nudo ferroviario situado a unos 20 kilómetros del frente.
“Por el momento, las fuerzas rusas confían en la profundidad de su línea de defensa”, detalló el general ucraniano.
La entrevista fue publicada el día después de que Kiev bombardeara el cuartel general de la Marina rusa en Crimea, anexionada por Moscú en 2014.
El ejército ucraniano afirmó en un comunicado que “hubo decenas de muertos y heridos entre los ocupantes, incluidos altos mandos de la flota” rusa en un ataque que, según Kiev, tuvo lugar “durante una reunión de dirigentes de la Marina rusa”.
El jefe del servicio de inteligencia de Kiev, Kyrylo Budanov, señaló en declaraciones a Voice of America que en el ataque murieron “al menos nueve personas”, entre las cuales figuran generales.
Sin embargo, este sábado Rusia dijo que había dado un duro golpe a la defensa ucraniana en las regiones de Jersón y Zaporiyia.
“Como resultado de los ataques hemos causado un considerable daño al sistema de abastecimiento de la agrupación de tropas del Ejército ucraniano en Jersón y Zaporiyia”, aseguró el general Ígor Konashénkov, portavoz del Ministerio de Defensa ruso, en su parte matutino.
Konashénkov informó sobre una docena de ataques grupales en la última semana con armamento de precisión de largo alcance y de emplazamiento terrestre y aéreo, además de drones de asalto.
Los objetivos destruidos incluirían instalaciones de reparación de blindados y aviones de combate, arsenales de armamento y munición occidental, centros de preparación de unidades de sabotaje y de concentración de mercenarios extranjeros.
De esta forma, explicó, se ha reducido el potencial de recuperación enemiga, ya que también se han destruido parte de sus reservas de misiles de crucero, cohetes para lanzaderas y sistemas de misiles, y proyectiles con munición de uranio empobrecido.
A su vez, el ejército ruso habría repelido entre el 17 y el 23 de septiembre hasta ocho ataques ucranianos en torno a las localidades de Robotine y Verbove (Zaporiyia), donde habrían inutilizado más de cuarenta blindados y vehículos militares, y 35 piezas de artillería. (I)