Una mujer llegó cerca de las 18:30 de este lunes, 23 de septiembre, a una estación de taxirrutas en el centro de Guayaquil. Desesperada trataba de tomar una unidad lo más pronto para llegar hasta la zona de la vía a Daule.
Se había tardado un poco de salir de su trabajo y estaba inquieta porque en su sector la luz se iba en la noche.
“Me da miedo llegar muy tarde. Esa zona es oscura y no quiero llegar más tarde”, dijo la mujer mientras se ubicaba detrás de otras personas.
En la fila, otros usuarios que iban a Mucho Lote, Vergeles y otros sectores de la autopista Narcisa de Jesús conversaban entre sí para conocer los horarios de los cortes nocturnos en la zona.
Unos decían que comenzaban a las 17:00 y se extenderían hasta las 20:00.
En el centro, entre las 18:00 y 19:00 los peatones caminaban presurosos para tomar bus o taxirrutas para ir hasta sus domicilios.
Guayaquil, al igual que otras ciudades ecuatorianas, afrontó este lunes una nueva franja de cortes mucho más prolongados.
El Ministerio de Energía había adelantado inicialmente que los cortes serían en horario nocturno entre el lunes a jueves de esta semana, sin embargo, hubo variaciones que se anunciaron apenas a la medianoche del domingo anterior.
Por ello muchos recién se enteraron de los cronogramas de cortes apenas en las primeras horas de este lunes.
La jornada fue agridulce para muchas familias porque no tuvieron tiempo para planificar nada. Hubo quejas porque parte de los ciudadanos estaban organizados de acuerdo a los horarios anunciados anteriormente.
En unas zonas tuvieron dos franjas de cortes, de 06:00 a 07:00 y de 15:00 a 20:00. De allí que muchos dueños de negocios vespertinos y nocturnos se quejaron de que con esos horarios era complejo trabajar.
En sectores como Mucho Lote 2, donde hubo cortes nocturnos, esta noche pequeños negocios optaron por cerrar sus puertas para reducir los riesgos por la inseguridad. Los pocos que atendieron en ese tramo tenían pequeños generadores.
Dentro de esa zonas, dos supermercados de cadenas atendieron normalmente al público debido a que encendieron sus propios generadores.
Eran las únicas superficies grandes con luz en medio de una zona que estaba en penumbras.
Los vehículos que circulaban con precaución por esa ciudadela en medio de la oscuridad. Algunos semáforos de las intersecciones estaban apagados.
La gente que llegaba de sus trabajos encendía las luces de sus celulares para transitar en medio de las oscuras veredas.
Por los cortes nocturnos, algunas urbanizaciones de la autopista activaron sus planes de seguridad para hacer controles más rigurosos de quienes entraban y salían.
En las garitas se colocaron reflectores portátiles para ver los carros que entraban. (I)
Diario El Universo
