Las últimas veces que Xavier Ortega hizo carreras luego de la 01:00 fue en noviembre de 2023. Él recuerda que un viernes a inicios de ese mes recogió a un cliente cerca de la 9 de Octubre para llevarlo hacia Pascuales. Poco antes de llegar al lugar de destino, el pasajero sacó un arma y lo obligó a desviarse hacia otra zona.
En esa ocasión a Xavier se le llevaron los dos teléfonos con los que trabajaba, los zapatos, dos anillos y la radio del carro. Semanas después del robo se aventuró a trabajar en la madrugada, nuevamente, a través de una aplicación, pero le ocurrió algo similar en la vía Perimetral.
“Ahí yo dije: ‘Definitivamente no vuelvo a trabajar en la madrugada’. Yo no había tenido problemas en las madrugadas de los viernes y sábados nunca, y a semanas seguidas en un mismo mes me pasaron cosas que me hicieron decir: ‘Hasta aquí’”, dice Ortega, quien es taxista desde hace más de 20 años.
Gastón Gonzabay hace unos seis meses dejó de trabajar después de las 22:00. Él desde hace unos doce años había optado por trabajar solo los viernes y sábados en las noches y madrugadas.
Gonzabay cuenta que entre las 18:00 y 05:00 de ambos días lograba reunir lo de una semana por la alta demanda que había para carreras hacia la zona rosa, Urdesa, Alborada, Garzota y Samborondón.
Aunque no sufrió ningún asalto ni vivió alguna situación compleja de inseguridad, también optó por no salir a trabajar en la noche y madrugada luego de conocer casos de secuestros y muertes de colegas.
En 2024, cuenta, a diario se entera de casos de asaltos a mano armada, compañeros desaparecidos y algunos hasta asesinados.
“Si usted le pregunta a cualquier taxista, le va a decir que ya no trabajamos como antes porque ya no tenemos la garantía de hacerlo. Antes sabíamos que si nos poníamos afuera de una discoteca a esperar clientes era solo eso, ahora no sabemos si ese cliente puede ser un blanco para un sicariato o si ese cliente es un asaltante, secuestrador o sicario”, afirma Gonzabay.
Ricardo Cacao, quien es taxista desde 2010, dice que en Guayaquil la dinámica de las salidas cambió. Los jóvenes pasaron de salir a discotecas a las 23:00, moverse a una casa a las 02:00 y luego regresar a las 05:00, a simplemente asistir a una casa entre las 21:00 y la 01:00.
“Esas llamadas y agendas de pedidos que teníamos los viernes, sábados y a veces desde los jueves se perdieron. En este año, los grupos de taxistas que tenemos pasaron de diez que hacían guardias a dos o tres. Ya la gente no se quiere arriesgar, primero por seguridad y segundo porque a veces son noches y madrugadas en las que no se hacen más de $ 10″, afirma.
El temor a los robos y secuestros en las noches y madrugadas por parte de los clientes, y también de los mismos taxistas, ha mermado los ingresos de este sector.
Conductores aseguran que el horario de trabajo se ha reducido y evitan, luego de ciertas horas, tomar carreras hacia zonas periféricas por seguridad. Esto les representa una pérdida monetaria de entre el 20 y el 40 %.
Aquellos taxistas ‘nocturnos’ pasaron a hacer expresos o delivery para compensar lo que generaban en esas horas. En las noches algunos evitan tomar carreras en la calle y solo se manejan con aplicaciones o grupos de WhatsApp que tienen con clientes fijos. Otros han optado por no salir a trabajar.
“Es duro decirlo, pero no se puede trabajar tranquilo, no tenemos algo que nos asegure que siempre vamos a estar bien. Los clientes confían en nosotros para llegar seguros a sus destinos, pero nadie está pendiente, luego de haberlos dejado seguros, si nos roban, nos asaltan o nos matan”, añade Rogelio Guevara. (I)
Diario El Universo