El Pleno de la Asamblea Nacional escuchó los diversos problemas que enfrenta el sector artesanal, como la falta de apoyo institucional, la insuficiente protección legal y las dificultades económicas que afectan a los artesanos.
Alexis Yaguana, coordinador nacional de los Artesanos, dijo que el artesano ecuatoriano enfrenta una severa crisis que lo está llevando a la marginación o al exilio debido a la falta de empleo y al aumento de la inseguridad. Señaló que existen alrededor de 200 ramas artesanales que son fundamentales para dinamizar la economía local y nacional.
Yaguana llamó a las autoridades para que se garantice el estricto cumplimiento de las leyes aprobadas por el Legislativo en defensa del sector artesanal. “Es imperativo que se tomen medidas efectivas para proteger y promover el trabajo artesanal en el país”, concluyó.
También, Freddy Barros, presidente de la Confederación de Artesanos del Ecuador, subrayó que, a pesar de que la ley que ampara a los artesanos ha sido ratificada por la Corte Constitucional, su aplicación es ignorada por municipios, prefecturas y ministerios. Lamentó la falta de defensores del sector y expresó su preocupación por la ausencia de organismos que velen por los intereses de los artesanos.
A su turno, Alfonso Loja, presidente del Gremio de Mecánicos de Pichincha, destacó la crucial función del sector artesanal en la formación de la juventud y su impacto en alejar a los jóvenes de los grupos delincuenciales. Dijo que los talleres artesanales ofrecen una fuente de empleo valiosa para los jóvenes, contribuyendo a su desarrollo personal y profesional.
El dirigente se unió al llamado para revisar la prohibición establecida en la Ley que impide la contratación de adolescentes de 14 años en los talleres. “Nosotros brindamos oportunidades de trabajo, crecimiento y desarrollo a los jóvenes ecuatorianos, ayudándolos a mantenerse alejados de las calles y a construir un futuro mejor”, reiteró.
En nombre de la Asociación de Panificadores del Ecuador, Mauro Sánchez relató que, tras la pandemia de COVID-19, Esmeraldas ha sido azotada por una “guerra delincuencial” que ha tenido un impacto devastador en los artesanos y panificadores locales. Muchos de estos trabajadores han sido víctimas de extorsión, llevando al cierre de numerosos negocios debido al aumento desmedido de la delincuencia. De su lado, Eduardo Jiménez, presidente de la Asociación de Panificadoras del Ecuador, añadió que miles de mujeres y hombres, con esfuerzo y dedicación, llevan el pan a las mesas de los hogares ecuatorianos.
Germán Pachacama, exfuncionario de la Junta Nacional de Defensa del Artesano, advirtió sobre la alarmante desaparición de la educación artesanal en el país, debido al cierre de cientos de escuelas, centros de formación y talleres artesanales. Solicitó una revisión integral de la normativa relacionada con la educación artesanal, porque la Ley Orgánica de Educación no aborda adecuadamente esta situación.
El coordinador Artesanal de Pichincha, Guillermo Tufiño subrayó la crucial importancia de los talleres artesanales y la necesidad de incluir a los jóvenes en estos oficios. “No podemos permitir que se nos manipule impidiendo que niños y jóvenes trabajen; por el contrario, desde pequeños debemos ayudarles a formarse en un oficio”, recalcó.
Para finalizar, Carlos Chulde, representante de la Junta Nacional de Defensa del Artesano, destacó la profunda conexión entre el sector artesanal y la identidad social ecuatoriana. Lamentó que los gobiernos recientes hayan ignorado a este vital sector, dejando una gran deuda con los artesanos.
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