A diferencia de la primera vuelta electoral, luego del debate para la segunda vuelta, previsto para el 1 de octubre, las diferentes firmas encuestadoras tendrán todavía cuatro días para realizar y publicar sondeos de intención de voto, algo que es visto como positivo por algunas de las empresas autorizadas, ya que permitirá a los ecuatorianos ir a votar el 15 de octubre con más información, aunque coinciden en que el debate no sería determinante, pues gran parte de la población tiene ya definida una inclinación de voto.
El debate para el balotaje —en el que se enfrentarán Daniel Noboa, candidato de la Alianza Democrática Nacional (ADN, listas 4-35), y Luisa González, la opción del movimiento Revolución Ciudadana (lista 5)— se realizará quince días antes del día de la votación, y las encuestadoras, según la norma electoral vigente, pueden publicar sondeos solo hasta diez días antes. Para la primera vuelta, que tuvo lugar el 20 de agosto, el debate se desarrolló el 13 de agosto, es decir, siete días antes.
“En la primera vuelta, ya luego del debate, nadie podía hacer público ningún resultado. Y lo que se comunicó y tuvo gran efecto en el elector fue la campaña de posdebate de los mismos candidatos; esto definió la intención de voto”, dice Francis Romero, director de la encuestadora Click Research, que estima publicar un último sondeo a doce o trece días de la elección.
Romero dice que hay que tener en cuenta que en Ecuador existen empresas que se prestan al juego de las estrategias de las campañas y presentan números irreales que se terminan viralizando, y erróneamente se cree que esto genera votos, pero no es así, y resalta que mientras más información tenga un elector mejores decisiones puede tomar.
Álvaro Marchante, de la empresa Comunicaliza, subraya también que será positivo poder emitir sondeos luego del debate electoral para tener información, como a quién consideran ganador, cuánta gente lo sintonizó y qué temas se posicionaron. Aunque dice que, pese a que en la primera vuelta esto no se podía hacer de forma oficial, sí terminó circulando información de forma privada.
Aunque su firma se encuentra autorizada por el Consejo Nacional Electoral (CNE), Santiago Pérez, director de Clima Social, no realizó para la primera vuelta ningún sondeo de intención de voto ni espera hacerlo para el balotaje, pero concuerda en que es mejor hacerlos antes de una elección, para que el elector pueda contar con la mayor cantidad de información, y que esta debe ser de calidad.
Debate no tendría mismo impacto que en la primera vuelta
Marchante, que estima publicar un nuevo sondeo este fin de semana y otro luego de dos o tres días del debate para ver su impacto, menciona que, si bien es cierto que para esta segunda vuelta existe gran expectativa por el debate presidencial, el efecto que este tenga en las encuestas que se publiquen después puede no ser el mismo que se vio en agosto en los últimos sondeos difundidos en días previos a la elección, en los que Noboa se adueñó del segundo lugar.
“El debate de la segunda vuelta puede ser importante siempre y cuando no haya errores; o si los hay, beneficien al otro también si hay aciertos. Por ejemplo, en 2021 el debate de la segunda vuelta movió apenas tres o cuatro puntos, pero eso permitió a Lasso sobrepasar a Arauz y ganar la elección”, menciona.
Marchante dice que los candidatos finalistas llegarán al debate con una distancia de alrededor de diez puntos, pero reitera que faltarán aún muchos días para saber cómo realmente van a llegar al día de la votación.
“En el debate tendría que haber un error de Noboa muy grande o un acierto de González muy grande para que pueda darse un cambio. De momento, en voto directo existe una distancia considerable de ocho puntos”, subraya.
Pérez coincide también en que el debate de la segunda vuelta no tendría el mismo efecto que en la primera, ya que considera que gran parte de la población llegará a ese día con al menos una inclinación de voto.
“Es probable que el debate, en lugar de modificar tan abruptamente la intención de voto, como fue en el de la primera vuelta, permita afianzar o ratificar ciertas decisiones del elector”, dice.
No obstante, para Romero los debates de una segunda vuelta siempre han sido determinantes y han marcado una tendencia de que el ganador del debate pasa a ser el ganador de la elección. Pone de ejemplo los debates, en su momento, de León Febres-Cordero con Rodrigo Borja y de Guillermo Lasso con Andrés Arauz.
“Este debate de la segunda vuelta va a permitir entender dos cosas: las ofertas que hacen los candidatos y ver el desempeño que ellos tengan. Estas dos cosas consolidarán o modificarán la intención del voto, y esto se verá reflejado de inmediato”, refiere, aunque dice que en los diez días que restarán para los comicios todo puede cambiar.
Encuestadores cuestionan prohibición de difusión de encuestas
Según el Código de la Democracia, las encuestas de intención de voto pueden publicarse en los medios de comunicación hasta diez días antes de la fecha de la elección; es decir, que para esta segunda vuelta será hasta el 5 de octubre. Ante esta situación, Marchante recuerda que para la primera vuelta, justo faltando once días, fue cuando ocurrió el asesinato de Fernando Villavicencio, candidato de la alianza Gente Buena-Construye, lo que cambió totalmente el tablero electoral y, debido a la prohibición, ya no se pudo publicar una nueva medición oficial.
“En esos días que ya no se podían publicar encuestas ocurrió quizá lo más drástico de la campaña electoral: hubo días de triple empate y otros en que no se sabía ni quién mismo iba a pasar a la segunda vuelta”, cuenta.
Romero coincide y dice que en otros países es permitido presentar sondeos incluso hasta el mismo día de la votación, y que esa data no genera ninguna distorsión y más vale permite tener más percepciones de la ciudadanía.
“En Ecuador la ley obliga a que nosotros como encuestadoras terminemos por intentar ser videntes para saber qué va a pasar el día de las elecciones. Una encuesta no predice el futuro: dice lo que está pasando cuando se la realiza. Si hubiera libertad, podríamos presentarlas hasta el final y saber cómo realmente vamos a las urnas”, cuestiona, y dice que realmente una encuesta sirve para entender la realidad y el estado de ánimo de un país, y con base en eso tomar decisiones.
Por su parte, Pérez califica la prohibición de caduca y dice que debería modificarse, ya que “en la era actual, y con la comunicación digital tal y como está, es absolutamente imposible evitar que circulen encuestas hasta el último día de las elecciones”.
Comenta que el mismo día de las elecciones circularon encuestas a boca de urna a partir de las 11:00, y eso nadie lo puede evitar, y que se debe comprender que existe un movimiento en dos vías simultáneas: la primero, permitir toda la información en todo momento; y la segunda, ir hacia el camino de la regulación técnica de la mano del CNE con una unidad especializada con la que debería contar al igual que el país para realizar encuestas de opinión permanentemente y conocer las diferentes opiniones sobre distintos aspectos de la ciudadanía.
“En otros países se vive algo así como el fenómeno de la ‘encuestomanía’. Sin llegar a un extremo en ese sentido, me parece que es importantísimo contar con muchísimas fuentes y calidad de información, pero que en el caso de las elecciones tiene que ser fuertemente regulada por el CNE para evitar e impedir tergiversaciones”, apunta.
Fuente: El Universo
ra