La visita oficial de la canciller Gabriela Sommerfeld en Israel no incluyó a la embajadora en Tel Aviv, Verónica Abad. La también vicepresidenta de la República fue ignorada por la ministra en su viaje a ese país.
Pero la agenda bilateral tampoco fue difundida por la Cancillería, en general. El arribo de la jefa de la diplomacia se dio a conocer por una publicación del embajador de Israel en Ecuador, Tzach Sarid, quien le dio la bienvenida, el 3 de septiembre.
Dos días después, este 5 de septiembre, el Ministerio de Relaciones Exteriores continúa guardando férreo silencio ante las múltiples consultas sobre si la agenda de Sommerfeld incluye una cita con la vicepresidenta Abad o, al menos, una visita a la Embajada ecuatoriana.
La canciller Gabriela Sommerfeld arribó a Israel
Y resulta inusual que, ante un viaje oficial, la jefa de la misión diplomática en el país de destino no participe de la comitiva o, al menos, de la coordinación de los eventos que se llevarán a cabo.
Pero la vicepresidenta Abad aprovechó las redes para dejar en claro que, mientras Sommerfeld se reunía con ministros y otros funcionarios israelíes en Tel Aviv, ella participaba en un encuentro con el presidente del país, Isaac Herzog, en Jerusalén.
Es claro que nunca hubo una buena relación entre las funcionarias. La canciller Sommerfeld ya había dicho en mayo que Abad es una malagradecida y que “está todo el rato actuando en contra del Ecuador”.
Y, en agosto, la Vicepresidenta presentó una denuncia electoral por violencia política contra el presidente Daniel Noboa, la Canciller y otros dos funcionarios del Ejecutivo. Aunque el proceso está en pausa.
Y, pese a que el Ministerio de Relaciones Exteriores es el encargado de velar que Abad cumpla con sus funciones y la misma Sommerfeld afirmó que les reporta sus actividades mensuales, a través de un informe, la entidad dijo a PRIMICIAS que tenía apenas dos de los siete documentos remitidos hasta julio.
Esto es lo que la vicepresidenta Abad reporta al Gobierno cada mes
Mientras tanto, ante las incógnitas sobre la desconocida visita oficial de Sommerfeld, la Cancillería se ha limitado a difundir ocho publicaciones en la red X, un video y fotografías, sobre los “encuentros de carácter político, educativo, comercial y de seguridad con las más altas autoridades en Israel”.
Y, en un mensaje informal por WhatsApp, la entidad dijo sin dar ningún tipo de detalle que, como resultados de la visita, esperan que:
Se establezcan nuevas iniciativas de cooperación en tecnología e innovación que permitan modernizar los sectores productivos en Ecuador.
Fortalecer la relación bilateral con Israel y abrir nuevas oportunidades para formación, capacitación y empleo de jóvenes, así como para cooperación en materia de seguridad.
Promover el comercio y las inversiones entre ambos países, a fin de generar beneficios mutuos, crear empleo y mejorar el bienestar de sus poblaciones.
El ‘divorcio’ político
Desde que Daniel Noboa fue electo presidente, anunció el distanciamiento de su compañera de fórmula. Y ya una vez en el poder, terminó desterrándola a Israel, como embajadora para la paz en un conflicto en el que Ecuador no tiene posibilidad de intervenir.
Desde entonces los desplantes han sido numerosos. El Mandatario se ha negado a recibirla, la excluyó de la foto oficial del Gobierno, le redujo el personal de apoyo y la seguridad y la relegó a tratar directamente con la Cancillería.
Además, Sommerfeld manteniendo la línea presidencial y, pese a que se trata de su jefa de misión en Tel Aviv, le prohibió hacer declaraciones públicas e, incluso, inmiscuirse en la relación bilateral con Israel. Medidas incompatibles con las funciones de un embajador, que no solo recibe su salario como Segunda Mandataria, sino también las compensaciones por su cargo como parte del Servicio Exterior.
Verónica Abad aún no se ha trasladado a Turquía, como ordenó un decreto presidencial
Según el viceministro de Gobernabilidad, Esteban Torres, la Embajadora recibe un salario total de USD 17.800 mensuales. Esto pese a que en la nómina de la Vicepresidencia consta un salario mensual acumulado de USD 4.869 y en su nómina la Cancillería no registra una partida presupuestaria para las compensaciones de Abad.
Sin embargo, la Segunda Mandataria está limitada por decreto ejecutivo a una “única función”, que es tratar temas relacionados con su encargo de colaborar con la paz entre Israel y Hamás.
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