El empleo de calidad lo crea el empresario privado y no el Estado a través de gasto público

En los últimos días, Pablo Dávalos, economista, docente universitario y vinculado a sectores de izquierda, dijo que: “quizás por desconocimiento de cómo funciona la economía, pero hay la errada percepción de que los empresarios crean empleos. No es así. En una economía moderna, lo que realmente crea empleo es el consumo.  A mayor consumo más empleo. Su nombre técnico es demanda efectiva”.

Así, desde sectores académicos, políticos y sociales se menosprecia el papel del empresario y se justifica la existencia de un Estado “lo más grande posible”, que gaste mucho para que mueva la economía.

De acuerdo con Carla López, economista, esto ha llevado a una economía burocratizada,  en donde ser formal sale más caro que la informalidad.

“Está instalada la idea que la economía se reactiva con más gasto público (consumo estatal) y con eso basta para que se cree empleo. Esto avala leyes que complican la generación empresas y la inversión privada”, puntualizó.

Al respecto, el exministro de Producción, Julio José Prado, ha afirmado que solo a alguien que nunca ha administrado ni un carrito de hot dogs, y jamás ha entendido realmente de negocios y economía, se le puede ocurrir decir que las empresas no crean empleo, sino que el consumo por sí solo crea empleo.

“La economía funciona porque la demanda y la oferta se retroalimentan, y detrás de todo esto hay emprendedores y clientes de carne y hueso. Por supuesto, no existe la una sin la otra, y cuando se encuentran crean mercados y desarrollo”, apuntó.

Asimismo, Prado recalcó que los negocios para florecer no necesitan un “ministerio del consumo”, sino “menos economistas y profesores con conceptos no solo caducos, sino equivocados y peligrosos”.

¿Cómo explica la manera en que los empresarios generan empleo y riqueza?

El exministro Prado aseguró que se puede explicar cómo funcionan los negocios en la vida real a través de un ejemplo con carritos de hot dogs:

Hay gente a la que le gustan los hot dogs.

Un emprendedor ve una oportunidad y manda a fabricar un carrito, busca el lugar, paga las patentes municipales, saca facturas, consigue proveedores, contrata a una persona para atender el turno de la noche cuando hay más demanda.

Hasta aquí la demanda generó necesidad, la necesidad fue cubierta por un emprendedor. El empleo y el dinero hasta ahora han salido solo del empresario que ha invertido esperando un retorno futuro, pero el consumidor de hot dogs no ha gastado un solo dólar.

3 El carrito de hot dogs gusta a los clientes, el emprendedor vende varios hot dogs cada noche, paga sus costos y le queda algo de ganancia que puede usar para ahorro, consumo inmediato o para invertir a futuro en otra persona que atienda el turno de la tarde o en otro carrito.

Todos han ganado. La demanda incentivó una oferta, pero sin el emprendedor que invierta no existía ni negocio ni empleo.

Ahora supongamos que a alguien se le ocurre dar un bono para consumir hot dogs. Esto con el objetivo de reactivar una economía deprimida.

Según el economista Pablo Dávalos “la demanda crea empleo” en la industria de hot dogs. Así que si hay más demanda habrá más empleo.

El Gobierno crea el bono, pero debe financiarlo, lo cual, a su vez, requiere de un impuesto (porque los bonos para hot dogs no están en el presupuesto).

5 Con el bono sube la demanda de hot dogs, pero el empleo sigue igual. Para que suba el empleo, el emprendedor debe invertir en un segundo carrito o contratar al menos una persona más.

Quiere hacerlo, pero ahora debe pagar el aumento de impuestos para financiar el bono para que la gente le compre sus hot dogs. No tiene para invertir y, por tanto, sigue vendiendo (ahora un poco más de hot dogs) pero no ha aumentado ni el empleo ni la inversión.

6 Al año siguiente el Gobierno se da cuenta que ha creado un bono que solo beneficia al malvado empresario capitalista de hotdogs, no se ha creado empleo, aunque el empresario gana más.

Entonces, puede decidir dos cosas. Por un lado, quitar el bono para comprar hot dogs. Por otro lado, crear un impuesto sobre las ganancias extraordinarias.

“En cualquier caso, el dueño del carrito hot dogs no tiene para pagar más y mantener su negocio. Entonces, deja de operar”, aseveró Prado.

7 Como la demanda de hot dogs sigue existiendo, pero ya el carrito original no está y a los otros emprendedores tampoco les interesa el negocio en esas condiciones, surge un empresario informal que no paga impuestos, no factura y no paga el salario mínimo.

Se coloca en la misma calle, gana dinero del cual el fisco nunca verá ni un dólar, vende un producto de inferior calidad, y genera empleo de mala calidad. (JS)

Consecuencias de la políticas económicas basadas en falsas creencias

-Más de 54% de toda la economía ecuatoriana es informal. No paga impuestos y genera empleos precarios.

-Con corte al 31 de julio de 2024, más de 5,6 millones de ecuatorianos están en el desempleo o en la informalidad. Esto significa que 65 de cada 100 ecuatorianos no encuentran oportunidades laborales o sobreviven ganando un tercio del salario básico en la informalidad.

-Hasta agosto de 2024, el Servicio de Rentas Internas (SRI) ha anunciado un récord de recaudación de impuestos, mientras en 14 de 24 provincias las ventas están en número rojos.

– El 63,5% de los jóvenes con empleo, de entre 15 y 24 años, es informal. Lo mismo sucede con el 56,3% de las personas entre 45 a 64 años; el 48,5% de entre 35 a 44 años, el 40,3% de entre 25 a 34 años y más del 79% en las personas de más de 65 años.

– Más de 3 de cada 10 adultos ecuatorianos han empezado o gestionado un negocio; pero menos de un tercio se mantiene abierto a los dos años.

“Sin empresa no hay empleos, solo compraventa mutua de bienes poco elaborados (una empresa agrega etapas, herramientas, marca)”, Juan Fernando Carpio, economista y docente universitario.

“El consumo se da si existe generación de riqueza previa. Es la esencia de la Ley de Say. Dicha riqueza solo se genera por una decisión de inversión productiva, la cual, obviamente tiene presente el mercado en necesidades y deseos. Si usted ahoga la inversión, no hay consumo”, Alejandro Barrera Escobar, economista y docente universitario.

Fuente: La Hora.

 

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