Daniel Noboa se ha consolidado como el candidato a batir debido a su alta aprobación y al control que ha ejercido sobre las cárceles. La eliminación de la improvisación y una leve recuperación económica también refuerzan su posición como presidente-candidato.
Hace apenas un año, Noboa entró en la política ecuatoriana. Tras el asesinato de Fernando Villavicencio y su destacada actuación en el debate presidencial de la primera vuelta, Noboa se aseguró un lugar en la segunda vuelta con el 24,16% de los votos, detrás de Luisa González de la Revolución Ciudadana (RC), quien obtuvo el 33,1%.
El 15 de octubre de 2023, Noboa fue elegido presidente de la República con el 52,23% de los votos, frustrando las aspiraciones de la RC de regresar al poder.
Tras asumir el cargo el 23 de noviembre de 2023, y después de nueve meses de gestión en Carondelet, Noboa, quien inicialmente fue visto como un outsider en la política ecuatoriana, es ahora el principal candidato a repetir en la presidencia, gracias a su alto nivel de aprobación.
Noboa comenzó su mandato con una aprobación del 54% en noviembre. A principios de febrero de 2024, después de declarar el conflicto armado interno contra el crimen organizado tras un atentado en Guayaquil, su aprobación subió al 81%, según Cedatos, y actualmente se sitúa en 57%.
En febrero de 2025, Noboa se enfrentará a una segunda evaluación de su gestión, donde la seguridad, la economía y la institucionalidad serán determinantes para su continuidad en el poder.
Analistas coinciden en que los resultados en seguridad serán fundamentales para evaluar su gestión, destacando que el control de las cárceles ha sido clave en la lucha contra la inseguridad. Sin embargo, también subrayan que la violencia en las calles sigue siendo un desafío importante.
En cuanto a la economía, aunque se han observado leves señales de recuperación, la gestión de Noboa aún enfrenta desafíos significativos debido al lento crecimiento del país.
Finalmente, expertos sugieren que Noboa debería centrarse en actuar como presidente más que como candidato, potenciando sus puntos fuertes y dejando de lado la fase de aprendizaje en la función ejecutiva.
Fuente: La Hora.
