Los inversionistas a nivel global cierran un ciclo excepcional. Se proyecta que las bolsas de valores en Estados Unidos, Europa, India y Japón finalicen el 2025 alcanzando o rozando máximos históricos. Para algunos mercados, este representa el tercer año consecutivo de ganancias con cifras de doble dígito, impulsado en gran medida por la fiebre de la Inteligencia Artificial (IA) y un optimismo renovado en el sector corporativo.
No obstante, detrás de estos récords, el año ha sido un viaje turbulento. En abril, el sistema financiero global experimentó momentos de pánico ante la amenaza de aranceles comerciales drásticos por parte de la administración de Donald Trump. A continuación, analizamos los cinco sucesos más determinantes para el mercado en este 2025:
1. Crisis de confianza en el dólar y el Tesoro
Durante el mes de abril, Estados Unidos mostró señales de inestabilidad propias de un mercado emergente. Tras el anuncio de aranceles agresivos, las acciones cayeron y los inversores se deshicieron de los bonos del Estado. Lo inusual ocurrió cuando, pese al alza de los rendimientos de los bonos, el dólar perdió fuerza debido al nerviosismo de los operadores.
Aunque la calma regresó cuando Trump moderó su postura, la fe absoluta en el Tío Sam ha quedado fracturada. Actualmente, los inversores extranjeros son mucho más cautelosos y buscan protegerse ante posibles caídas futuras del dólar, que ya no es visto como un refugio infalible.
2. El sorpasso de los mercados rezagados
Si bien Wall Street lideró los años anteriores con alzas del 26% en 2023 y 23% en 2024, este año la corona se desplazó hacia otras latitudes. Las plazas europeas brillaron, especialmente en países que antes se consideraban periféricos como Grecia, Italia y España. Sin embargo, el verdadero ganador fue el mercado emergente.
| Índice / Mercado | Crecimiento 2025 |
|---|---|
| Corea del Sur (Kospi) | +70% |
| Emergentes (MSCI) | +27% |
| Desarrollados | +19% |
3. Tasas a la baja, pero deuda costosa
A pesar de que los principales bancos centrales, incluyendo la Reserva Federal de EE.UU. y el Banco Central Europeo, ejecutaron múltiples recortes en las tasas de interés, los costos de endeudamiento a largo plazo no bajaron en la misma proporción. En lugares como Alemania y Japón, los rendimientos de los bonos a diez años incluso subieron.
Este fenómeno, conocido como la operación de devaluación, sugiere que los mercados temen un retorno de la inflación y un endeudamiento gubernamental insostenible. Los prestamistas ahora exigen más retorno por el riesgo de que las monedas pierdan su valor real en el futuro cercano.
4. El fracaso del Bitcoin como ‘Oro Digital’
Muchos esperaban que el Bitcoin actuara como un refugio contra la inflación, pero la realidad en 2025 fue distinta. Mientras el oro físico escaló un 60% y la plata duplicó su valor, la criptomoneda más famosa del mundo retrocedió un 7%.
El Bitcoin se ha comportado más como un activo de riesgo tecnológico que como un resguardo de valor estable.
La fuerte caída de esta divisa digital coincidió con el ajuste de precios en gigantes tecnológicos como Nvidia, dejando claro que, ante la incertidumbre real, los inversores prefieren los metales tradicionales por encima de los códigos binarios.
5. El declive del capital privado
Las firmas de inversión en mercados privados enfrentan su cuarto año consecutivo de caída en la captación de nuevos fondos. Con el aumento de los costos de financiamiento y la incertidumbre geopolítica, comprar y vender empresas privadas se ha vuelto una tarea compleja y costosa. Ante la falta de interés de los grandes clientes institucionales, estas firmas ahora intentan atraer a inversores individuales, aunque queda por ver si el público minorista querrá asumir un riesgo que los expertos están evitando.
Fuente: Infobae