El escenario político en Venezuela ha dado un giro inesperado que sitúa al régimen de Nicolás Maduro en una posición defensiva. Las tácticas orientadas a fracturar a la oposición parecen haber fallado, mientras que la figura de Edmundo González Urrutia se consolida como el candidato de consenso de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD). Expertos señalan que el oficialismo enfrenta ahora un dilema estratégico ante la resiliencia de una disidencia que ha sabido sortear cada obstáculo administrativo y judicial.
La resiliencia de la unidad opositora
Para el consultor político Giulio Cellini Ramos, el chavismo se encuentra atrapado en su propia red de impedimentos. A pesar de los intentos por minar la participación ciudadana, la oposición ha logrado mantener una estructura cohesionada. “El gobierno planteó permanentemente obstáculos y dilemas estratégicos que la oposición supo resolver, nombrando candidaturas sustitutas las veces que fuera necesario”, explicó el analista, destacando que el deseo de cambio político supera actualmente el 70% en las encuestas de opinión pública.
Tácticas de confusión en la papeleta electoral
Una de las maniobras más evidentes para desviar el voto hacia González Urrutia es la proliferación de candidaturas alternativas y la intervención de partidos tradicionales. A continuación, se detallan los elementos que buscan confundir al electorado:
- Tarjetas judicializadas: Partidos históricos como Acción Democrática y Copei están en manos de directivas impuestas por el Tribunal Supremo, favoreciendo al régimen.
- Multiplicidad de aspirantes: Existen ocho candidatos adicionales en el tarjetón que no representan la unidad opositora pero usan símbolos similares.
- Control informativo: La censura en medios tradicionales y las fallas de internet dificultan que el mensaje de la PUD llegue con claridad a las zonas rurales.
El gran desafío para la oposición será masificar la pedagogía electoral para que el ciudadano identifique la tarjeta de «la manito» como la opción válida para el cambio.
El factor militar y la mediación internacional
La estabilidad de una posible transición democrática depende, en gran medida, del comportamiento de las Fuerzas Armadas. Cellini Ramos enfatiza que los militares son determinantes no solo para el respeto de los resultados el 28 de julio, sino para asegurar la gobernabilidad de un nuevo ejecutivo. Paralelamente, los presidentes Gustavo Petro (Colombia) y Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil) han propuesto un marco de garantías postelectorales.
| Propuesta | Objetivo Principal |
|---|---|
| Paz Política | Evitar la persecución de los sectores derrotados. |
| Justicia Transicional | Establecer responsabilidades sin cerrar las vías de negociación. |
| Gobierno de Integración | Incluir a diversos sectores, incluso del chavismo moderado. |
Este plan busca ofrecer una «salida dorada» a los altos jerarcas del oficialismo que temen represalias legales tras abandonar el poder.
El rol de las figuras clave en el nuevo Gobierno
Ante una eventual victoria de la oposición, el papel de María Corina Machado será fundamental, aunque aún no se define si será de forma directa o a través de su liderazgo político. Lo que parece inminente es la necesidad de un Gobierno de Unidad Nacional que permita la reinstitucionalización de Venezuela. “La libertad está por encima de la justicia, lo que no quiere decir impunidad”, concluye Ramos, sugiriendo que el éxito del proceso dependerá de la capacidad de integrar a quienes hoy sostienen la estructura estatal y deseen contribuir al retorno de la democracia.
Fuente: Infobae