El Champagne se mantiene como el referente indiscutible a nivel global, lo que ha llevado a que diversas regiones vitivinícolas del mundo busquen replicar su excelencia. Este proceso tradicional, conocido como método Champenoise, se basa en una segunda fermentación realizada botella por botella, utilizando principalmente cepas Chardonnay y Pinot Noir. Sin embargo, más allá de la hegemonía francesa, la industria ha evolucionado hacia propuestas con identidad propia.
En el Cono Sur, y particularmente en Argentina, se ha consolidado una producción de espumantes con sello distintivo. A diferencia de los ya conocidos Cava español o el Prosecco italiano, las bodegas regionales han dejado de intentar imitar a Francia para enfocarse en el sentido del lugar y la calidad del terroir, logrando resultados que hoy compiten con los mejores del mercado internacional.
El gran salto cualitativo se originó en los viñedos de altura. Al cultivar uvas en zonas más frescas, se obtiene una acidez natural elevada y una madurez óptima, elementos esenciales para crear vinos base profundos y tensos que dan vida a blends excepcionales.

Categorías y Estilos según el Azúcar
La etapa final de la producción, donde se añade el licor de expedición, es la que define el perfil del vino que llegará a su mesa. Actualmente, existe una tendencia creciente hacia los espumosos más naturales, conocidos como Nature, que se presentan sin azúcares añadidos para mostrar la pureza de la uva.
| Categoría | Características Principales | Recomendación |
|---|---|---|
| Nature | Sin azúcar añadida, seco y puro. | Platos con pescados o mariscos. |
| Extra Brut | Equilibrado con baja dosificación. | Carnes blancas y aperitivos. |
| Rosé | Notas de frutos rojos y estructura. | Carnes rojas ligeras o pastas. |
| Dulce | Frutado y con azúcar residual. | Postres y tortas navideñas. |
Para disfrutar plenamente de estas bebidas, la temperatura es un factor crítico. Mientras que las etiquetas económicas pueden servirse muy frías para suavizar sus bordes, los ejemplares de alta gama deben estar entre los 8 y 12 grados para permitir que su complejidad aromática se despliegue.

¿Cuál es la copa ideal?
Aunque la copa flauta es un ícono festivo, los expertos sugieren que no es la mejor opción técnica. Tampoco lo es la copa ancha y chata asociada históricamente a María Antonieta, ya que disipa los aromas con demasiada rapidez. Hoy en día, la recomendación de las casas expertas es utilizar una copa de vino blanco de tallo alto.

Este diseño permite que las burbujas lleguen a la superficie de forma controlada y que la nariz del consumidor aprecie los aromas sin que el gas carbónico resulte molesto. Además, facilita que el líquido recorra el centro de la lengua, equilibrando la percepción de la acidez y la textura.
Consejos prácticos para su celebración
El brindis es una tradición que ha perdurado siglos, impulsada incluso por figuras históricas como Napoleón Bonaparte, quien celebraba sus triunfos con burbujas. Para que su evento sea un éxito, considere estos puntos clave:

- Cálculo de botellas: Si el espumoso acompañará toda la cena, se recomienda una botella por cada cinco personas. Si es solo para el brindis, la cantidad puede ser menor, pero siempre es preferible contar con unidades extra de Extra Brut o Nature.
- Uso de la frapera: Mantener la temperatura es vital. Utilice un recipiente con agua y abundante hielo en lugar de dejar la botella fuera de refrigeración por mucho tiempo.
- El servicio: Es preferible servir pocas cantidades de forma frecuente que llenar la copa, evitando así que el vino se caliente y pierda su efervescencia.
- Hidratación consciente: Para prolongar el disfrute y mantener el bienestar, lo ideal es intercalar una copa de agua por cada copa de vino espumoso.

Finalmente, recuerde que el presupuesto no debe ser una limitación, ya que actualmente existen opciones con burbujas finas y persistentes en diversos rangos de precio, permitiendo que la cultura del buen brindar esté al alcance de todos en estas festividades.
Fuente: Infobae