Belém: La metrópoli amazónica que lidera la lucha por la selva

La Amazonía suele evocarse como un rincón de selva impenetrable, pero la realidad de esta región es mucho más compleja y cosmopolita. Con más de 40 millones de habitantes, este vasto territorio alberga metrópolis vibrantes donde la cultura, el lujo y la naturaleza conviven en un equilibrio fascinante. Una de estas joyas es Belém, la capital del estado de Pará en el norte de Brasil.

Con una población que supera los 2 millones de habitantes, Belém ha sido seleccionada por el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva para albergar la próxima Cumbre de la Amazonía. Este encuentro diplomático reunirá a representantes de Ecuador, Colombia, Venezuela, Guayana, Perú, Surinam, Bolivia y Brasil, junto con invitados de potencias forestales como Indonesia y la República Democrática del Congo.

Una ventana al pasado: La «París de América»

Ubicada estratégicamente entre la bahía de Guajará y los ríos Guamá y Acará, Belém es un crisol de biodiversidad y urbanismo. Fundada por colonos portugueses en 1616, la ciudad conserva una herencia arquitectónica que le valió el sobrenombre de la «París de América» durante la época dorada del caucho.

Pasear por sus calles es realizar un viaje temporal: desde el Fuerte del Castillo que protegía la urbe de invasores, hasta los barrios modernos que se expanden hacia el continente. Su corazón comercial late en el mercado de Ver-o-Peso, el centro de abastecimiento a cielo abierto más grande de Latinoamérica, donde el pescado fresco, las frutas exóticas y las pociones tradicionales de «Dona Cheirosinha» forman parte del ecosistema local.

Cultura y rehabilitación social

El majestuoso Teatro de la Paz, de estilo neoclásico, es otro pilar de la ciudad. Además de su belleza arquitectónica, destaca por su labor social: mediante proyectos musicales, busca la reinserción de personas privadas de libertad, utilizando el arte como herramienta de transformación humana.

Para quienes buscan modernidad, la Estación de las Docas ofrece un complejo gastronómico de primer nivel a orillas del río, comparable con zonas turísticas internacionales. Sin embargo, detrás de este brillo urbano, Belém enfrenta el reto de la deforestación y el tráfico de fauna.

Refugios de biodiversidad y ciencia

Como respuesta a la crisis ambiental, espacios como el Mangal de las Garzas funcionan como pulmones y centros de recuperación. Este parque de 40.000 metros cuadrados trabaja junto a científicos para rehabilitar aves y especies víctimas del maltrato humano o el avance urbano.

Asimismo, el Museo Emílio Goeldi, con más de 150 años de trayectoria, se posiciona como la institución de investigación científica más antigua de la Amazonía, custodiando un herbario y un parque botánico esenciales para el estudio del bioma.

Vida en las islas: Desafíos de sostenibilidad

La región de Pará cuenta con paraísos fluviales como la isla de Marajó, famosa por su particular uso de búfalos para el patrullaje policial, y la isla de Combú, un refugio de cacao y açaí a pocos minutos de la ciudad. En estos sectores, la lucha de las comunidades es diaria.

«La selva vale mucho más en pie que derrumbada; nuestra idea es progresar con absoluto respeto por la naturaleza», afirma Ivette dos Santos, líder de una asociación de mujeres que elaboran productos artesanales con aceites naturales.

A pesar de su belleza, estas zonas enfrentan paradojas críticas:

  • Contaminación hídrica: Aunque rodeados de ríos, sufren por la falta de agua potable debido a desechos industriales y mineros.
  • Impacto del turismo: La construcción desenfrenada de casas de lujo y piscinas pone en riesgo los recursos locales.
  • Infraestructura: La inestabilidad eléctrica limita la producción de emprendedores locales como Izete Costa, productora de chocolate artesanal.

Belém se prepara así para un futuro decisivo. La cumbre de esta semana es solo el primer paso hacia un reto mayor: la organización de la COP30 en 2025, donde el mundo entero pondrá sus ojos en esta ciudad para definir las estrategias globales contra el cambio climático.

Fuente: Infobae

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