La conexión entre lo que comemos y cómo nos sentimos está ganando terreno en la conversación sobre salud mental. Investigaciones recientes sugieren que las deficiencias nutricionales podrían ser un factor clave en el desarrollo y la manifestación de ciertos trastornos de ansiedad y depresión, un área que antes se abordaba casi exclusivamente con fármacos y terapia.
Tradicionalmente, el tratamiento de la ansiedad y la depresión se centraba en medicamentos como los ISRS (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina) y la psicoterapia. Sin embargo, la ciencia ha comenzado a explorar el potencial de los micronutrientes, como el magnesio y la colina, para impactar directamente en el funcionamiento cerebral y aliviar los síntomas ansiosos.

Un caso que ilustra esta nueva perspectiva es el de Ebony Dupas, residente en Estados Unidos. Tras experimentar síntomas de paranoia y preocupación constante, análisis médicos revelaron un marcados déficit de magnesio. Este hallazgo llevó a un enfoque terapéutico complementario, sumando suplementos nutricionales a su tratamiento.
El Rol Vital de los Micronutrientes en el Bienestar Psíquico
La evidencia científica actual apunta a que una dieta deficiente en micronutrientes esenciales puede ser un caldo de cultivo para trastornos como la ansiedad y la depresión. El complejo eje intestino-cerebro juega un papel crucial en la producción de neurotransmisores vitales, como la serotonina, fundamental para el equilibrio emocional. De hecho, una gran parte de la serotonina del cuerpo se produce en el intestino.
Estudios dirigidos por el psiquiatra Alexander Rawji han identificado la asociación entre la falta de magnesio, vitaminas del complejo B, vitamina D, ácidos grasos omega-3, colina y L-teanina, y la aparición de síntomas psiquiátricos.

En el ámbito experimental, se ha logrado inducir comportamientos de ansiedad en animales al disminuir sus niveles de magnesio. Si bien los resultados en humanos son aún variados y requieren mayor investigación, algunos estudios preliminares sugieren que la suplementación con magnesio podría ser beneficiosa para la ansiedad leve y el insomnio, especialmente en individuos con deficiencias previas.

Suplementos, Alimentación y los Retos del Diagnóstico Nutricional
La oferta de suplementos de magnesio es diversa, presentando formas como citrato, malato, glicinato, óxido y cloruro. El especialista Rawji subraya que cada presentación tiene una eficacia y absorción distintas, lo que complica la emisión de recomendaciones universales. Esta complejidad se extiende a otros micronutrientes, donde múltiples factores interactúan.
Las estadísticas en Estados Unidos revelan un panorama preocupante: un 94% de la población no consume suficiente vitamina D, el 52% tiene niveles insuficientes de magnesio y un alarmante 92% carece de colina. Estas cifras resaltan la importancia de considerar la alimentación como pilar en el abordaje de la salud mental. No obstante, aún se debate el alcance exacto del impacto de los suplementos frente a los tratamientos farmacológicos.

En el caso de Dupas, la combinación de suplementos de magnesio, L-teanina, vitaminas B y omega-3, junto a una baja dosis de antidepresivos, le brindó una recuperación notable en pocas semanas. Sin embargo, la literatura y la experiencia clínica indican que la mayoría de las personas no experimentan mejoras drásticas solo con suplementos, haciendo indispensable la supervisión médica y la personalización del tratamiento.
Voces Expertas y Guía Dietética para el Bienestar
Rawji aconseja la realización de análisis de sangre para identificar deficiencias, especialmente en casos complejos o en pacientes polimedicados. Sin embargo, advierte que las pruebas de laboratorio no siempre reflejan con exactitud los niveles reales de micronutrientes en el organismo, particularmente en el caso del magnesio.

El especialista enfatiza que los suplementos deben verse como un complemento a estrategias integrales, y no como un sustituto de tratamientos convencionales. «Si esperas que el magnesio funcione como un ansiolítico farmacéutico, te decepcionarás», afirmó.
Otras figuras destacadas, como Uma Naidoo, directora de psiquiatría nutricional en el Massachusetts General Hospital, señalan que muchos profesionales aún desvinculan la dieta de los síntomas de sus pacientes, perdiendo la oportunidad de intervenciones sencillas pero efectivas. Para ella, la nutrición es una herramienta de sanación.

La recomendación general de los expertos es optar por una dieta rica y variada que cubra las necesidades de micronutrientes. Para el magnesio, se sugieren vegetales de hoja verde, frutos secos y legumbres. Las vitaminas B se encuentran en leche, huevos y granos integrales; la colina, en huevos, frijoles y vegetales crucíferos; la vitamina D en pescados grasos y huevos; y la L-teanina, en el té verde.
De esta forma, la nutrición se erige como una pieza fundamental en el cuidado de la salud mental, aunque la ciencia continúa profundizando para delimitar con mayor precisión el rol de los suplementos en el tratamiento de la ansiedad y la depresión.
Fuente: Infobae