Carbono Azul: ¿Nuestras Marismas Almacenan Menos de lo Que Creemos?

Una reciente y crucial investigación, liderada por la prestigiosa Universidad de Rhode Island, ha puesto bajo la lupa la precisión de los métodos convencionales utilizados para cuantificar el carbono azul almacenado en nuestros valiosos humedales costeros, con especial énfasis en las marismas salinas. Los hallazgos, publicados en diciembre de 2025, sugieren que la técnica más empleada hasta la fecha podría estar inflando las cifras de carbono acumulado, así como la capacidad de estos ecosistemas para ganar elevación y, por ende, resistir el implacable aumento del nivel del mar.

Materia Orgánica «Invisible»: El Punto Ciego en las Mediciones

El estudio, encabezado por las reconocidas científicas Erin Peck, profesora asistente en la Graduate School of Oceanography, y Serina Wittyngham, profesora asistente en la Universidad del Norte de Florida, ha identificado una limitación fundamental en la forma en que se mide el carbono orgánico presente en los sedimentos de nuestras costas.

Estos ecosistemas funcionan como sumideros de carbono y barreras naturales frente al aumento del nivel del mar (University of Rhode Island/Erin Peck)

La metodología habitual parte de la suposición de que toda la materia orgánica detectada en los sedimentos contribuye tanto al almacenamiento de carbono como al volumen físico. Sin embargo, el equipo de investigación demostró de manera contundente que esta premisa no se sostiene en numerosos casos.

La revelación central gira en torno a la identificación de la “materia orgánica sin volumen”. Este concepto abarca fracciones de materia orgánica que se encuentran disueltas en el agua intersticial, adheridas de forma tenue a partículas, o integradas en la estructura de minerales de arcilla. Estas fracciones, crucialmente, no aportan al volumen físico del sedimento ni refuerzan la resiliencia estructural del ecosistema.

Por lo tanto, las estimaciones que no diferencian estos tipos de materia orgánica tienden a sobreestimar tanto el potencial de secuestro de carbono como la capacidad adaptativa de los humedales frente al incremento del nivel del mar.

Un Descubrimiento Forjado con Miles de Datos y Colaboración Científica

Esta exhaustiva investigación se basó en el análisis de más de 23.000 muestras de sedimento de marismas, recolectadas de diversos sistemas costeros. Peck y Wittyngham constataron que la fracción de materia orgánica sin volumen había sido sistemáticamente omitida en los cálculos habituales.

Partes invisibles del carbono orgánico no influyen en la solidez del sedimento ni en la capacidad de las marismas para elevarse (Imagen Ilustrativa Infobae)

Según la Universidad de Rhode Island, la Dra. Peck relató el origen del hallazgo: “Este descubrimiento surgió de una pregunta simple. Serina y yo estábamos intentando convertir componentes de un núcleo de sedimento de masa a volumen y nos dimos cuenta de que los resultados no cuadraban. Finalmente, notamos que quizá estábamos pasando por alto algo obvio: no todas nuestras masas contribuyen al volumen”.

La investigadora Wittyngham aportó una clara analogía para explicar el concepto: “Comenzamos este ‘experimento mental’ pensando en el azúcar disuelto en agua: puedes disolver una enorme cantidad sin que el volumen del agua cambie. Lo mismo sucede con la materia orgánica disuelta en los sedimentos”, según detalló la Universidad de Rhode Island.

Además, el proyecto se distinguió por su enfoque intrínsecamente interdisciplinario. Peck y Wittyngham colaboraron estrechamente con modeladores, biogeoquímicos y especialistas de diversas áreas para revisar cálculos y obtener una comprensión profunda del impacto de este hallazgo.

“Este problema podría afectar a cualquier investigador de carbono azul en distintos ecosistemas, y queríamos asegurarnos de comprender a fondo sus consecuencias”, manifestó Wittyngham, según recogió la Universidad de Rhode Island.

El análisis de más de 23.000 sedimentos, a cargo de un equipo diverso, reveló resultados que afectan la estimación global del carbono azul (Freepik)

Repercusiones para la Gestión Ambiental y el Avance Científico

El reconocimiento de que no toda la materia orgánica medida contribuye al volumen físico ni al fortalecimiento de las marismas abre la puerta a la corrección de las cifras de secuestro de carbono y de la capacidad de los humedales para resistir el ascenso del nivel del mar. Este ajuste se vuelve indispensable para la planificación de proyectos de restauración, la contabilidad ambiental y la elaboración de modelos predictivos.

Con la vista puesta en el futuro, el equipo científico aspira a desarrollar factores de corrección que permitan ajustar las mediciones previas y subsanar la limitación metodológica, sin desestimar el valor de los datos recopilados hasta ahora. Peck y Wittyngham enfatizan la importancia de mantener una colaboración fluida con la comunidad científica internacional para refinar estas mediciones y asegurar que los métodos permanezcan abiertos y accesibles para todos.

“Nos entusiasma la idea de cooperar con colegas de todo el mundo para mejorar las mediciones de carbono azul y garantizar que sean útiles para todos”, afirmó Peck, según la Universidad de Rhode Island.

La identificación de esta brecha metodológica representa una oportunidad sin precedentes para fortalecer la ciencia del carbono azul, optimizar la gestión de nuestras costas y perfeccionar las predicciones sobre la resiliencia de las marismas ante los desafíos que plantea el cambio climático.

Fuente: Infobae

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