La plataforma de streaming Netflix ha posicionado en su lista de lo más visto una conmovedora historia real: la película «Togo». Esta producción nos transporta a 1925 para revivir la crucial participación de un perro en una desesperada carrera por salvar vidas en Alaska.
Estrenada originalmente por Disney en 2019 y añadida al catálogo de Netflix en diciembre de 2025, «Togo» rescata del olvido uno de los episodios más emblemáticos de la historia estadounidense, centrándose en un canino que demostró una valentía excepcional.
En el crudo invierno de 1925, la aislada localidad de Nome, en Alaska, se enfrentó a una terrible amenaza: una epidemia de difteria. Con más de 10.000 habitantes y condiciones de vida extremadamente difíciles, la comunidad se vio en jaque.
La urgencia por conseguir la antitoxina, medicamento vital y escaso, obligó a las autoridades a buscar una solución a cientos de kilómetros de distancia. La única opción viable para transportar el suero se encontraba en Nenana, a una distancia de 1.085 kilómetros.

Las adversas condiciones climáticas, incluyendo temperaturas gélidas de hasta –34°C y el riesgo de tormentas de nieve, descartaron por completo el uso de aeronaves. El destino de la población recayó entonces en la improvisada y audaz logística de equipos de perros de trineo.
Así nació lo que se conocería como «La gran carrera de la misericordia«, una épica cadena de relevos conformada por 20 equipos de mushers y sus perros, encargados de llevar el salvador suero.
El Legado de Togo: Corazón de la Expedición
Entre los valientes participantes, destacó el experimentado musher de origen noruego, Leonhard Seppala, junto a su líder de trineo, Togo, un Siberian Husky de 12 años. Ellos asumieron la ruta más desafiante y extensa de la misión.
Según datos del American Kennel Club (AKC), Seppala y Togo cubrieron una asombrosa distancia de aproximadamente 425 kilómetros. Esta hazaña contrasta con los cerca de 50 kilómetros promedio que completó cada uno de los demás equipos.

La producción cinematográfica, dirigida por Ericson Core y con la magistral actuación de Willem Dafoe interpretando a Seppala, narra los peligros inherentes al viaje. Escenas dramáticas muestran la travesía por el traicionero Norton Sound y las gélidas temperaturas.
“Después de pensar en el hielo y la oscuridad y el viento terrible… cuando Nome necesitó la vida en pequeños paquetes de suero, fueron los perros quienes lo llevaron hasta allí”, relató Seppala en su autobiografía, según recoge el AKC.
La película también explora la profunda conexión entre el musher y su perro, superando obstáculos iniciales. Togo, en sus inicios, fue un cachorro enfermizo que parecía más una carga que un miembro útil del equipo, llegando incluso a ser regalado.
Sin embargo, su lealtad y determinación se manifestaron cuando, tras ser entregado, escapó de su nuevo hogar y recorrió kilómetros hasta regresar con Seppala, demostrando su indomable espíritu.

Balto: La Sombra de la Fama
A pesar de la magnitud de su hazaña, Togo no fue el primer perro en recibir el reconocimiento público. El tramo final de la carrera, de unos 85 kilómetros, fue completado por el equipo liderado por Balto, otro perro de Seppala, bajo la guía del musher Gunnar Kaasen.
La celebridad recayó sobre Balto, quien inmortalizó su nombre con una estatua en Central Park y numerosos honores, dejando a Togo en un segundo plano durante décadas. La película de Disney+ sugiere que la fama de Balto se debió a una combinación de suerte y circunstancias favorables.
«Togo» narra cómo este valiente can lideró el tramo más peligroso y arduo de la expedición, sorteando hielo inestable y rescatando a su equipo de quedar varado en un témpano.
La cinta se apega a los registros históricos, presentando los eventos con fidelidad, incluso en sus momentos más tensos y dramáticos.

Reconocimiento Tardío y El Verdadero Héroe
Togo, nacido en 1913, era un cachorro descrito como enfermizo e inquieto por el AKC. Su incorporación al equipo de Seppala, tras su regreso no autorizado a casa, marcó el inicio de su leyenda.
Tras imponerse en prestigiosas carreras como la All-Alaska Sweepstakes en 1915, 1916 y 1917, su fama local creció, pero la verdadera consagración llegaría mucho después de la epidemia. Para muchos, Togo era el héroe indiscutible de la gesta.
El trayecto que lideró no solo fue el más extenso, sino también el más arriesgado. El AKC recuerda cómo, en el regreso a través del Norton Sound, Seppala lanzó una cuerda a Togo, quien logró arrastrar a todo el equipo y salvar las vitales provisiones.
Togo vivió hasta los 16 años, falleciendo en Maine bajo el cuidado de la musher Elizabeth Ricker, una amiga de los Seppala. Este dato difiere del desenlace mostrado en la película, que sugiere que el perro permaneció con su dueño hasta el final.

A lo largo del siglo XX, se han realizado múltiples esfuerzos para reivindicar el lugar de Togo en la historia. En 1983, su cuerpo disecado fue expuesto en la sede de la Iditarod Trail Sled Dog Race, que sigue parte del recorrido de 1925.
Dos décadas después, en 2001, se erigió una estatua en su honor en el Seward Park de Nueva York.
La figura de Leonhard Seppala también es honrada. Desde 1967, se otorga el “Leonhard Seppala Humanitarian Award” durante la Iditarod, reconociendo al musher que demuestra mayor cuidado hacia sus perros.
El elenco, encabezado por Willem Dafoe como Leonhard Seppala y Julianne Nicholson como Constance Seppala, aporta profundidad al relato. El icónico rol de Togo fue interpretado por Diesel, un descendiente directo del legendario perro.

Casi un siglo después, la magnitud de la travesía liderada por Seppala y su inseparable compañero sigue cautivando al público. Como escribió Seppala, citado por el American Kennel Club: “Pensaba en el hielo, la oscuridad y la ironía de que cuando Nome necesitó la vida, solo los perros pudieron entregarla”.
Fuente: Infobae