El fenómeno fan de Rosalía ha demostrado su poder de convocatoria una vez más. La artista española ha logrado agotar en cuestión de horas las entradas para los ocho conciertos que tiene programados en nuestro país para los meses de marzo y abril del próximo año. Concretamente, la intérprete de «Motomami» llenará dos de los recintos más emblemáticos: el Movistar Arena en Madrid, donde se espera la asistencia de unas 70.000 personas, y el Palau Sant Jordi en Barcelona, con capacidad para más de 72.000 seguidores. En total, se estima que alrededor de 142.000 afortunados podrán disfrutar de su espectáculo en España, como parte de una gira internacional que contempla 42 fechas en 17 países.
La altísima demanda ha superado todas las expectativas, provocando una estampida digital por conseguir un boleto. Los rumores apuntan a que la preventa, que se habilitó de manera escalonada para clientes del Banco Santander y registrados en la web de la cantante, vendió «la gran mayoría de entradas» en un abrir y cerrar de ojos. Los precios oscilaban, según los reportes, desde los 51 euros hasta los 561 euros, un rango que no impidió el frenesí de los compradores.
Sin embargo, la experiencia de compra se ha visto empañada por la frustración y las quejas. «El Lux Tour ha sido, de lejos, la peor experiencia comprando entradas que he tenido nunca«, confesaba Andrea Sánchez, una joven de 23 años que intentaba hacerse con entradas para Madrid. La polémica se intensificó la semana pasada al conocerse que las fechas elegidas para la capital coinciden con la Semana Santa, un período que tradicionalmente dispara los costos de transporte y alojamiento. Los conciertos en Madrid se llevarán a cabo el 30 de marzo y los días 1, 3 y 4 de abril, mientras que en Barcelona las fechas son el 13, 15, 17 y 18 de abril.
«Resulta incomprensible que haya programado únicamente ocho fechas en España y solo en dos ciudades, y, además, ubicando cuatro de los ocho conciertos en plena Semana Santa, cuando los precios de transporte y alojamiento se disparan, todo por seguir la estética religiosa del disco«, lamentaba Andrea, apuntando a la posible estrategia de la artista para mantener la coherencia visual de su álbum.
Otras fans, como Lucía, comparan la situación con la vivida el pasado mayo durante la venta de entradas para Bad Bunny, que obligó a añadir conciertos ante la avalancha de solicitudes. «No sé ni por dónde empezar, si por las fechas que parecen elegidas por Fe, la plataforma de compra que se derrite con solo mirarla o la preventa del Santander, en la que ya participa más gente que en las elecciones generales«, comentaba con incredulidad.

Las críticas se han dirigido directamente hacia Ticketmaster y Live Nation, las empresas de venta de entradas. «Tiene un problema de raíz tan grande que ya ni sorprende. Colas infinitas, fallos cuando estás a punto de pagar y una experiencia que parece diseñada para que abandones por desesperación», explicaba Lucía, reflejando la sensación de impotencia de muchos compradores.
Andrea, por su parte, coincide en que «la mayor parte de las entradas se agotaron en la preventa exclusiva de Santander, dejando fuera a cualquiera que no tuviera una tarjeta de ese banco». Su amiga Lucía añade que las preventas son cada vez «menos exclusivas», lo que genera mayor frustración: «Un sinsentido total que cuando llega la venta general, lo único que queda libre es tu propia frustración«.
La jornada de venta general fue, según Andrea, un auténtico calvario: «las colas virtuales superaban las 50.000 personas, la web se caía constantemente, expulsaba a los usuarios y, cuando por fin conseguías acceder, no había ni un solo ticket disponible». A esto se sumaban los «precios abusivos» y unos gastos de gestión de más de 10 euros que «no se reflejan en ninguna mejora del servicio».
La Reventa: Un Problema Que Se Agrava
Como era de esperar, el fenómeno de la reventa de entradas no se ha hecho esperar. «Mientras a la gente normal no se le permite ni entrar, los bots sí, y plataformas como Viagogo ya están llenas de entradas triplicando el precio original«, denunciaba Andrea.
Según informes de la empresa de venta ‘Fan-to-Fan’, Rebel Tickets, los precios en la reventa ya superan los 1.200 euros en internet. «Los revendedores profesionales y estafadores aprovechan las ganas del público de disfrutar del concierto e intentan revender las entradas con incrementos del 400% o incluso más del doble del precio original«, explicó Asier Bengoa, CEO de Rebel Tickets.
Elia Montoya, de 26 años, quien sí logró conseguir entradas, criticó duramente el sistema: «Todo el sistema se tendría que replantear cómo está conformado, desde la lucha contra la reventa hasta el colapso continuo de todas y cada una de las plataformas de venta. Conseguir entradas para disfrutar de tu artista favorito ya se ha convertido en un privilegio y esto debe de acabar«.
Finalmente, Lucía sentenció: «Rosalía puede sacar un disco nuevo… pero la verdadera performance artística es vernos pelear por entradas como si fueran agua en el desierto. ¿Lo peor de todo? Que nos hemos acostumbrado. Lo de Rosalía no es una excepción, es el síntoma de un sistema que hace tiempo dejó de pensar en el público«.
Fuente: Infobae