¡No uses tus medias más de un día! El peligro oculto

¿Sabías que esa práctica tan común de usar el mismo par de medias más de una vez puede exponerte a millones de microorganismos? La experta en microbiología, Primrose Freestone, revela que nuestros pies son verdaderos «incubadoras» de bacterias y hongos, y los calcetines son el ambiente perfecto para su proliferación.

Nuestros pies, especialmente entre los dedos, concentran una cantidad sorprendente de glándulas sudoríparas. Esto crea un ecosistema cálido y húmedo que los microbios adoran. Se alimentan de nuestro sudor y las células muertas de la piel, ¡y sus desechos son los culpables del temido mal olor!

El riesgo microbiológico de reutilizar tus calcetines

La doctora Freestone describe nuestros pies como una «microscópica selva tropical», hogar de hasta 1.000 especies diferentes de bacterias y hongos. Cuando usamos calcetines, estamos creando el caldo de cultivo ideal para que estos organismos prosperen.

Los pies albergan hasta 1.000 especies de microorganismos, lo que convierte a los calcetines en un entorno ideal para su proliferación

El sudor es su combustible principal. Cuanto más sudamos, más nutrientes tienen para multiplicarse, intensificando el olor. Y las medias, al retener esa humedad, se convierten en un hogar acogedor para ellos. Incluso después de un solo uso, ¡las bacterias pueden sobrevivir en tejidos como el algodón hasta 90 días si no se lavan!

¿Qué tipo de microbios habitan en tus calcetines?

Tras un día de uso, un par de calcetines puede albergar entre 8 y 9 millones de bacterias. ¡Una cifra que palidece comparada con las aproximadamente 83.000 bacterias encontradas en una camiseta! Esta alta concentración puede incluir patógenos peligrosos.

Los análisis comparativos muestran que los calcetines concentran millones de bacterias más que otras prendas como las camisetas

Entre los microorganismos encontrados, no solo hay bacterias inofensivas, sino también especies como Aspergillus, Candida y Cryptococcus, capaces de provocar infecciones. Algunas bacterias, como la Staphylococcus hominis, producen olores desagradables que recuerdan a la cebolla podrida, mientras que la Staphylococcus epidermis genera un aroma parecido al del queso. Estos microbios no solo son una cuestión de mal olor, sino un riesgo potencial para tu salud.

El peligro de transferir microbios a otras superficies

Los gérmenes de tus calcetines no se quedan ahí. Se transfieren fácilmente a zapatos, camas e incluso sofás, aumentando el riesgo de contagio de afecciones como el pie de atleta.

Los microbios de las medias pueden transferirse a zapatos, camas y sofás, incrementando el riesgo de contagio de pie de atleta

Si sufres de pie de atleta, es crucial que evites compartir calcetines o zapatos, y seas precavido al caminar descalzo en lugares públicos como vestuarios o baños. Los expertos también recomiendan no usar el mismo par de zapatos varios días seguidos, permitiendo que se sequen completamente entre usos para frenar la proliferación bacteriana.

Claves para una buena higiene de pies y calcetines

Para mantener a raya el mal olor y las infecciones, la experta aconseja:

  • Evitar calzado y calcetines que promuevan la sudoración excesiva.
  • Lavarse los pies al menos dos veces al día.
  • Utilizar antitranspirantes específicos para pies.

En cuanto al lavado de calcetines, un lavado simple con agua tibia y detergente suave puede no ser suficiente para eliminar todos los microorganismos. Para una desinfección efectiva:

  • Utiliza detergentes con enzimas.
  • Lava en agua caliente, ya que la alta temperatura es crucial para eliminar bacterias y hongos.
  • Si solo puedes lavar a baja temperatura, planchar los calcetines con vapor caliente es una excelente alternativa para eliminar bacterias y esporas de hongos.

Según los expertos, secar los calcetines al aire libre también es beneficioso, ya que la radiación ultravioleta de la luz solar actúa como agente antimicrobiano

Opciones y materiales a considerar

Existen en el mercado calcetines antimicrobianos que incorporan metales como plata o zinc para combatir las bacterias causantes del mal olor. Los calcetines de bambú son otra excelente opción, ya que permiten una mejor circulación del aire y facilitan la evaporación del sudor, dificultando el crecimiento bacteriano.

Sin embargo, para los calcetines de materiales convencionales como algodón, lana o fibras sintéticas, la regla de oro sigue siendo la misma: un solo uso antes de lavarlos. ¡Tu salud y tu comodidad te lo agradecerán!

Fuente: Infobae

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