En el corazón de la gastronomía mexicana late el atole, una bebida ancestral que acompaña desde desayunos familiares hasta antojitos nocturnos. Su legado se hunde en las raíces prehispánicas, donde el maíz era el pilar de la alimentación cotidiana.
Con el paso de los siglos, esta bebida espesa ha evolucionado, adoptando una rica paleta de sabores que van desde las frutas más exóticas hasta el delicado dulzor de las semillas y nueces. Entre sus más preciadas versiones, el atole de avellana brilla con luz propia, ofreciendo una experiencia aromática y reconfortante que fusiona la textura clásica del atole con la suave calidez de la avellana tostada.

Prepara tu Propio Atole de Avellana Casero
Aquí te presentamos una guía sencilla para elaborar esta delicia en casa:
Ingredientes Esenciales:
- 1 taza de avellanas naturales
- 1 taza de masa de maíz (o ½ taza de harina de maíz nixtamalizado)
- 1 litro de leche (opción vegetal es bienvenida)
- 1 litro de agua
- 1 raja de canela
- ¾ taza de azúcar (ajustable a tu gusto)
- 1 pizca de sal
Pasos para la Preparación:
- Intensifica el Sabor: Tuesta ligeramente las avellanas en un sartén a fuego medio, moviéndolas constantemente para un dorado uniforme. Este paso es clave para resaltar su aroma.
- Prepara la Pasta: Una vez tostadas y enfriadas, tritura las avellanas en una licuadora hasta obtener una pasta o polvo fino. Si buscas una textura más sedosa, puedes colarla.
- Disuelve la Base: Mezcla la masa de maíz con una taza de agua hasta eliminar por completo los grumos. Si usas harina de maíz, sigue el mismo procedimiento.
- Calienta la Infusión: En una olla amplia, combina el resto del agua, la leche y la raja de canela. Calienta a fuego medio hasta que esté a punto de hervir.
- Incorpora y Mezcla: Reduce el fuego e integra gradualmente la mezcla de masa mientras bates sin cesar. Añade la avellana molida y continúa revolviendo para prevenir grumos y que la mezcla se adhiera al fondo.
- El Punto Perfecto: Agrega el azúcar y la pizca de sal. Cocina a fuego bajo durante unos 15 a 20 minutos, removiendo constantemente hasta alcanzar la consistencia espesa y homogénea deseada.
- ¡A Disfrutar! Retira la raja de canela y sirve tu atole de avellana bien caliente.

Más allá de su exquisito sabor, la avellana aporta valiosos nutrientes como la vitamina E, grasas saludables y minerales, transformando este atole en una bebida reconfortante y a la vez nutritiva.
El atole de avellana es la viva estampa de la tradición mexicana elevada a una experiencia culinaria memorable. Su preparación casera te da la libertad de ajustar la textura y el dulzor a tu medida, culminando en un momento de puro placer. Para redondear la ocasión, considera acompañarlo con un buen pan dulce, galletas crujientes o unos deliciosos tamales.
Fuente: Infobae