Sam Altman, la figura al frente de OpenAI, ha revelado una faceta sorprendentemente humana y, para algunos, un tanto inusual: confiesa sentirse «un poco mal» al apoyarse en ChatGPT, la poderosa inteligencia artificial que él mismo impulsa, para resolver inquietudes del día a día relacionadas con la paternidad de su hijo.
Durante una reciente entrevista en el programa The Tonight Show de NBC con Jimmy Fallon, Altman compartió abiertamente cómo la IA se ha convertido en una herramienta indispensable en su vida, incluso para aspectos tan personales como la crianza. «No me imagino haber pasado por esto, haber descubierto cómo criar a un recién nacido sin ChatGPT», admitió, reconociendo que, aunque históricamente la humanidad ha resuelto estas cuestiones sin ayuda tecnológica, la conveniencia actual es innegable.

A pesar de la utilidad evidente, Altman no esconde una leve incomodidad ante la idea de delegar preguntas tan fundamentales en una máquina. «Me siento un poco mal al preguntarle a una tecnología que se jacta de plantear preguntas de conocimiento tan amplio como: ‘¿Por qué mi hijo deja de tirar la pizza al suelo y de reírse?'», confesó con un toque de humor y reflexión.
Una anécdota ilustra a la perfección su dependencia. En una reunión social, al escuchar a otros padres hablar sobre los hitos de desarrollo de sus bebés, una preocupación surgió al notar que su hijo aún no gateaba. «Corrí al baño y pensé: ‘¿Tengo que llevar a mi hijo al médico mañana por la mañana?'», recordó. La consulta a ChatGPT disipó sus temores, confirmando que el desarrollo de su pequeño se encontraba dentro de los parámetros normales.
El directivo destacó la sorprendente personalización que percibe en las respuestas del chatbot. «Es personalizado, como si ChatGPT te conociera», explicó. Añadió que, en su rol de CEO de OpenAI y rodeado de personas de alto rendimiento, podría ser tentador proyectar esas expectativas en su hijo. Sin embargo, la IA le brindó un consejo reconfortante: «Deberías relajarte y él estará bien, da igual», una perspectiva que alivió su ansiedad paterna.

Sam Altman y su esposo, Oliver Mulherin, dieron la bienvenida a su hijo en febrero de 2025. A pesar de su alta visibilidad pública, la pareja ha optado por mantener un perfil discreto, protegiendo su vida familiar del constante escrutinio mediático.
Reflexiones sobre el futuro de la IA y la infancia
Más allá de las anécdotas personales, Altman aprovechó para reflexionar sobre el impacto profundo y las implicaciones futuras de la inteligencia artificial en la estructura familiar y la crianza de las nuevas generaciones. En intervenciones previas, ya había anticipado: «Mi hijo nunca crecerá siendo más inteligente que la IA». Su visión es clara: «Los niños del futuro solo conocerán un mundo con IA», marcando el inicio de una era donde la tecnología será omnipresente desde la infancia.
El CEO de OpenAI también expresó su preocupación ante la velocidad vertiginosa con la que la inteligencia artificial se está integrando en todos los aspectos de la sociedad. «Una de las cosas que me preocupa es el cambio de ritmo que está ocurriendo en el mundo ahora mismo. Esta tecnología tiene tres años. Ninguna otra tecnología ha sido adoptada tan rápido por el mundo», advirtió. Este ritmo acelerado plantea un desafío mayúsculo para la adaptación social y la comprensión colectiva de estos avances.

«Debemos asegurarnos de presentarla al mundo de forma responsable, donde la gente tenga tiempo para adaptarse, aportar y descubrir cómo hacerlo… es fácil imaginar que nos equivoquemos», enfatizó. La necesidad de un despliegue cuidadoso y reflexivo es primordial para mitigar posibles errores y asegurar que la IA beneficie a la humanidad.
Sin embargo, no todas las voces comparten este optimismo. Autores como Lincoln Michel han expresado una visión más crítica. «Es curioso que el principal argumento de ChatGPT sea decirles a todos que son tontos, que no pueden manejar por sí mismos tareas que los humanos han hecho desde siempre», escribió Michel en la plataforma X, cuestionando la narrativa que la IA estaría fomentando una dependencia excesiva en la población.
Fuente: Infobae