Paz Mental: ¡10 Claves de Neuropsicóloga para tu Bienestar!

Muchas personas piensan que la paz mental es un ideal lejano, inalcanzable debido a mentes inquietas, ansiedades o la necesidad de control. Sin embargo, lejos de ser un don místico, la calma interior se cultiva activamente a través de la comprensión de nuestros propios procesos mentales.

Hoy en día, es común confundir la paz mental con la ausencia de dificultades. Nada más lejos de la realidad: la vida está plagada de desafíos, tropiezos y situaciones incómodas que son inevitables. La verdadera tranquilidad reside en la habilidad de navegar estos momentos, no en eludir su existencia.

La neuropsicóloga Marta Jiménez, a través de un revelador video en sus redes sociales (@martajimenezpsicologia), ha presentado «las diez leyes para una vida con paz mental». Estos principios, similares a mandamientos, proponen que alcanzar la serenidad es posible mediante la aceptación de nuestras experiencias internas y la comprensión de lo que escapa a nuestro control externo.

De la autoexigencia a la aceptación: El camino hacia la serenidad

Jiménez inicia su decálogo con una máxima fundamental: «No controlarás lo que está fuera de tu control, como las opiniones, decisiones y actos de los demás». La frustración a menudo surge cuando intentamos influir en lo que escapa a nuestra influencia, y reconocer esta limitación es el primer paso hacia la paz.

Entender que no todo puede controlarse es el primer paso para alcanzar la paz mental. (Freepik)

En contraste, el foco debe estar en nuestro mundo interior: «Escucharás tus emociones«, insta la experta. Ignorarlas o reprimirlas solo intensifica su manifestación. Igualmente crucial es el autocuidado a través de un diálogo interno compasivo: «No te hablarás como si te odiaras, porque tus palabras se convierten en tu realidad».

Otra idea esencial compartida por la especialista es la necesidad de desterrar las reacciones impulsivas. Actuar desde el impulso puede llevarnos a malentendidos, palabras hirientes y conflictos prolongados. Su consejo es claro: «Respira, piensa y luego habla«.

Jiménez enfatiza la importancia de no priorizar las necesidades ajenas por encima de las propias. Esto implica no cargar con culpas ajenas —»Devuelve lo que no te pertenece«— ni vivir en una constante búsqueda de aprobación —»vivir para agradar al resto«—, lo cual representa una traición a nuestro propio desarrollo y autonomía.

La neuropsicóloga dedica una atención especial al poder del pensamiento en la consecución de la paz mental. En primer lugar, aboga por soltar el pasado, aquello que ya no se puede modificar. Gran parte de la rumiación mental se centra en eventos pasados, y mientras que algunos pueden ofrecer lecciones para el presente, otros solo nos anclan en un bucle del que es imposible avanzar.

En segundo lugar, Jiménez reitera una advertencia recurrente en sus contenidos: «No creerás todo lo que piensas, porque tu mente no siempre dice la verdad». Los pensamientos intrusivos nos llevan a detectar constantemente fallos, a menudo desde una perspectiva sesgada que puede desencadenar espirales de negatividad. Identificarlos y no darles espacio para que se arraiguen es vital.

En tercer lugar, la experta subraya que eliminar la exigencia de la perfección es fundamental para una mente serena: «Eres humano, no una máquina». En una era donde el valor personal a menudo se mide por logros y producción, los errores son magnificados. Cambiar esta perspectiva y ver los fallos como oportunidades de aprendizaje y crecimiento es un paso clave.

El último mandamiento de Marta Jiménez es un recordatorio empoderador: «Recordarás que la paz mental está a tu alcance, porque no se encuentra, se entrena día a día, decisión a decisión». Con una intención genuina de cambio y una práctica constante, la serenidad es, sin duda, un objetivo alcanzable.

Fuente: Infobae

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