Humanos más monógamos de lo pensado: estudio revela sorprendente parentesco

¿Sabías que los humanos somos más monógamos de lo que se pensaba, al punto de parecernos a los suricatos y castores en esta característica? Un revelador estudio de la prestigiosa Universidad de Cambridge, en el Reino Unido, ha puesto al descubierto que nuestra especie se sitúa sorprendentemente cerca de estos animales en cuanto a patrones de apareamiento exclusivo y la formación de vínculos de pareja a largo plazo.

La investigación, publicada en la prestigiosa revista Proceedings of the Royal Society: Biological Sciences, analiza la composición de las familias humanas comparando la frecuencia de hermanos completos (aquellos que comparten ambos progenitores) con la de hermanos medios (compartiendo solo uno de ellos). Los resultados son contundentes: en promedio, un 66% de los hermanos humanos son completos, una cifra que nos ubica firmemente en el séptimo lugar de once especies mamíferas estudiadas por su comportamiento de apareamiento monógamo.

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Este hallazgo es especialmente significativo, ya que se basa en la proporción real de hermanos completos y medios, y no solo en normas culturales o matrimoniales. El estudio cruza datos genéticos de más de 100 sociedades humanas con información de 34 especies de mamíferos, revelando que el promedio de hermanos completos en mamíferos socialmente monógamos es del 70,6%, mientras que en especies no monógamas apenas alcanza el 8,6%. Como afirma el Dr. Mark Dyble, uno de los autores principales del estudio, «la frecuencia general de hermanos completos es coherente con la caracterización de la monogamia como el sistema de apareamiento modal en los humanos».

Patrones reproductivos bajo la lupa

El enfoque innovador de este trabajo radica en la comparación directa de la composición familiar entre humanos y otros mamíferos. Al observar los resultados reales de los patrones reproductivos, se obtiene una imagen más fiel de nuestras prácticas, independientemente de las reglas sociales o las excepciones individuales. Para lograr esto, el equipo científico recurrió a una combinación de datos arqueológicos, obtenidos a través del análisis de ADN antiguo en yacimientos de Europa y Asia, y registros etnográficos de diversas sociedades preindustriales alrededor del globo.

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Aunque es cierto que la diversidad cultural humana presenta una amplia gama de prácticas matrimoniales, con la poliginia (un hombre con varias esposas) permitida en la mayoría de las sociedades preindustriales analizadas, la mayoría de los matrimonios siguen siendo monógamos. El estudio también reconoce la existencia de otros modelos como la monogamia en serie, la poliandria y la reproducción fuera de la pareja, aunque esta última representa una minoría de los nacimientos.

El ser humano, una especie «claramente monógama»

Un detalle fascinante del estudio es que la mayoría de los hermanos medios en humanos corresponden a la línea paterna. Esto sugiere una mayor variabilidad en la reproducción masculina, lo cual se alinea con la mayor prevalencia de la poliginia frente a la poliandria en nuestras sociedades. A pesar de que los registros etnográficos puedan tener márgenes de error en la atribución de paternidad, la fuerte consistencia con los datos genéticos y genealógicos avala la fiabilidad de los resultados.

Esta investigación de Cambridge aporta un valioso entendimiento a los debates sobre la evolución de la cooperación y la estructura social humana. La alta proporción de hermanos completos es un factor que promueve comportamientos altruistas y la construcción de redes de parentesco sólidas, elementos cruciales para el desarrollo de sociedades complejas. En palabras de Dyble, «los patrones de apareamiento humano producen distribuciones de hermanos que se agrupan claramente con especies socialmente monógamas«.

Fuente: Infobae

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