Sueño y Movimiento: ¿Es Real Cumplir las Metas de Salud?

Cada noche, millones de ecuatorianos revisan en sus dispositivos cuántos pasos acumularon y cuántas horas de sueño registraron. Sin embargo, balancear las demandas diarias con el anhelo de una vida más activa y saludable se ha convertido en un verdadero desafío.

La rutina moderna, a menudo, parece alejarnos de las metas de movimiento y descanso que soñamos alcanzar. Pero, ¿qué tan factible es realmente cumplir estas recomendaciones? Un reciente estudio, liderado por la prestigiosa Universidad Flinders de Australia y publicado en Communications Medicine, arroja luz sobre esta interrogante crucial: ¡menos del 13% de la población mundial logra cumplir de forma constante las recomendaciones mínimas de sueño y movimiento diario!

Según datos liderados por la Universidad Flinders, la mayoría de las personas encuentra difícil dormir entre siete y nueve horas y caminar al menos 8.000 pasos cada día (Imagen Ilustrativa)

El equipo de investigación, bajo la dirección de Josh Fitton, analizó una montaña de datos: más de 28 millones de días registrados por dispositivos de salud pertenecientes a más de 70.000 personas de diversas partes del mundo. El objetivo era claro: entender la realidad de nuestros hábitos.

Organizaciones de renombre como la Organización Mundial de la Salud (OMS) sugieren pautas claras: entre siete y nueve horas de sueño por noche y al menos 8.000 pasos diarios. No obstante, como señala Fitton, «La gran mayoría encuentra difícil alcanzar ambos objetivos al mismo tiempo». Esta es la dura realidad que enfrentamos.

El Sueño: El Pilar Inesperado de un Día Activo

El estudio desvela una conexión sorprendentemente fuerte: la calidad del descanso nocturno parece ser un factor determinante para nuestra energía y actividad al día siguiente. Los datos indican que quienes durmieron bien, tendieron a moverse más durante la jornada posterior. Sin embargo, ¡ojo!, realizar más actividad física no se tradujo directamente en un mejor sueño esa misma noche.

«Nuestros resultados demuestran que el descanso de calidad y en cantidad suficiente tiene un impacto más fuerte sobre la actividad física del día siguiente, que el movimiento sobre el sueño nocturno», enfatiza el investigador. Esto significa que priorizar un buen descanso podría ser la clave para tener la energía necesaria para movernos más.

Cerca del 17% de los participantes durmió menos de siete horas y caminó menos de 5.000 pasos diarios, combinación que aumenta riesgos de enfermedades crónicas (Imagen Ilustrativa)

Un dato intrigante del informe es que, en promedio, dormir entre seis y siete horas por noche se vinculó con los mayores recuentos de pasos al día siguiente. Sin embargo, Fitton aclara un punto vital: «no se trata de reducir el sueño: la eficiencia del descanso, la capacidad de dormir profundamente sin despertares resultó igual de clave». Dormir bien, más allá de la cantidad exacta, parece ser el verdadero secreto.

¿Son Realistas las Metas de Salud Actuales?

La investigación, al abarcar diversas geografías y hábitos culturales, impulsa un necesario debate sobre la viabilidad de las recomendaciones de salud en la vida real. Fitton sostiene con contundencia: «Solamente una fracción mínima de la población puede sostener simultáneamente los requisitos de horas dormidas y pasos diarios», incluso con la ayuda de la tecnología.

Las guías de organismos internacionales subrayan la importancia de equilibrar cantidad y calidad de sueño con niveles adecuados de actividad física (Imagen Ilustrativa)

El propio estudio reflexiona sobre la compleja interacción entre salud, sueño y actividad física. Se sugiere la necesidad de replantear las estrategias para fomentar cambios sostenibles en la población. «Necesitamos analizar cómo combinan estas guías y buscar enfoques para que la gente pueda cumplirlas en la práctica, de acuerdo a las demandas reales de la vida cotidiana», concluyen los investigadores.

El Descanso: El Primer Paso Hacia el Bienestar

Para quienes deben jonglar con responsabilidades laborales, familiares y múltiples compromisos, priorizar el sueño emerge como la estrategia más eficaz para potenciar la energía y el bienestar a largo plazo. El profesor Danny Eckert, investigador principal del equipo, profundiza en esta idea:

«Cuidar las horas y la calidad del sueño contribuye no solo a sentirse mejor, sino a contar con mayor disposición y motivación para moverse al día siguiente.»

Eckert ofrece consejos prácticos para mejorar nuestro descanso: reducir el uso de pantallas antes de dormir, mantener un horario de sueño estable y crear un ambiente tranquilo en el dormitorio. Subraya que «El sueño no es solo una pausa pasiva —señaló—, sino un agente activo que alimenta la capacidad de vivir saludablemente».

En definitiva, la ciencia respalda al sueño como el punto de partida fundamental para integrar más actividad física y prevenir enfermedades, construyendo así una rutina que logre un equilibrio saludable entre las exigencias de la vida moderna y nuestro bienestar.

Fuente: Infobae

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