Las minúsculas partículas de plástico, conocidas como microplásticos, se han convertido en un visitante silencioso en nuestra vida diaria, infiltrándose en objetos tan comunes como nuestra taza de café, la ropa que vestimos o los alimentos que consumimos. Si bien la comunidad científica continúa desentrañando los efectos exactos en la salud humana, una verdad innegable es su omnipresencia.
Ante esta realidad, especialistas nos alertan sobre fuentes inesperadas y nos ofrecen claves para disminuir nuestra exposición a estos contaminantes tan cotidianos como preocupantes.
¿Qué Son los Microplásticos y Cómo Invaden Nuestra Rutina?
Definimos a los microplásticos como fragmentos de plástico de tamaño inferior a cinco milímetros, originados mayormente por la descomposición de desechos plásticos. La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) ha confirmado la presencia de estas partículas tanto en los alimentos como en sus embalajes. Sin embargo, la entidad señala que aún no existe evidencia concluyente que demuestre riesgos claros para la salud de las personas.
El químico Chris DeArmitt, un experto en polímeros, explica que, dado lo extendido del uso de plásticos en nuestra sociedad, es prácticamente imposible evitar por completo el contacto con estas partículas, que incluso forman parte del polvo que respiramos. El especialista enfatiza que, según la FDA, la exposición actual es mínima y no se considera tóxica, aunque el debate científico continúa activo.

Incluso, algunas investigaciones recientes sugieren posibles conexiones entre los microplásticos hallados en el cerebro y el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas. No obstante, DeArmitt pone en duda la solidez de dichos estudios y reitera que, hasta la fecha, las autoridades sanitarias no han emitido alertas oficiales al respecto.
Organizaciones internacionales de gran relevancia, como el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), han documentado la creciente presencia de microplásticos y promueven activamente investigaciones sobre sus efectos en nuestros ecosistemas y en la salud humana. El PNUMA impulsa políticas para mitigar la contaminación plástica y subraya la necesidad de intensificar los estudios a nivel global, reconociendo el desafío que estos contaminantes representan.
Fuentes Inesperadas de Microplásticos en Nuestro Día a Día
Sorprendentemente, muchos productos que consideramos inofensivos pueden ser fuentes significativas de microplásticos, tal como lo detallan diversos análisis:
- Vasos y envases de papel: A pesar de ser percibidos como alternativas más ecológicas, estos recipientes suelen contar con recubrimientos plásticos, como el polietileno, para resistir la humedad. Los expertos advierten que el calor intensifica la liberación de microplásticos. Por ello, se recomienda optar por tazas y recipientes reutilizables de materiales como acero inoxidable, vidrio o cerámica, especialmente para bebidas calientes.
- Bolsas de té: Una sola bolsa de té puede llegar a liberar hasta 11.600 millones de microplásticos. Es importante saber que muchas bolsas de té, incluso aquellas que aparentan ser de papel, contienen nylon u otros plásticos. Para evitar esto, se sugiere preparar infusiones en teteras tradicionales o utilizando infusores de acero inoxidable.

- Productos de higiene oral: Algunas pastas dentales todavía contienen microesferas plásticas. Además, el uso de cepillos dentales, hilo dental e implantes dentales también puede incrementar la exposición. Los especialistas recomiendan buscar alternativas libres de microplásticos, como pastas dentales en formato de pastillas, en polvo o preparaciones caseras bajo supervisión profesional.
- Mariscos: Los microplásticos presentes en los océanos se bioacumulan en la fauna marina, llegando finalmente a nuestra mesa. Un estudio realizado en la costa del Pacífico de Oregón reveló la presencia de partículas plásticas en la mayoría de las muestras de mariscos analizadas. Moderar su consumo y consultar a un profesional puede ser útil para reducir la ingesta.
- Sales: La contaminación no se limita a la sal marina. Los expertos señalan que la sal rosada del Himalaya presenta el contenido más elevado de microplásticos entre las variedades estudiadas. Se aconseja limitar el consumo general de sal y potenciar el uso de hierbas y especias para disminuir la exposición.
- Ropa: Gran parte de las prendas, especialmente las diseñadas para la práctica deportiva, están fabricadas con fibras sintéticas como poliéster, acrílico o nylon. Durante el lavado, estas fibras desprenden microplásticos que pueden ser absorbidos por la piel. Se recomienda revisar los materiales al comprar ropa y priorizar las fibras naturales siempre que sea posible.

Estrategias Clave para Minimizar la Exposición
Si bien eliminar por completo los microplásticos de nuestra vida diaria resulta una tarea casi imposible, los expertos coinciden en la efectividad de medidas sencillas para reducir significativamente nuestro contacto con ellos:
- Prefiera recipientes de vidrio, acero inoxidable o cerámica en lugar de aquellos fabricados con plástico.
- Opte por ropa confeccionada con fibras naturales.
- Utilice utensilios de cocina fabricados en madera.
- Lea atentamente las etiquetas de sus productos de higiene personal y busque activamente aquellos libres de microplásticos.
- Modere el consumo de mariscos y sales que puedan estar más expuestos a la contaminación.
- Elija infusores y filtros no plásticos para la preparación de su café o té.

El impacto de los microplásticos en la salud humana sigue siendo un campo de investigación activo. Aunque algunos estudios apuntan a posibles vínculos con enfermedades, expertos como DeArmitt reafirman que, basándose en la información de la FDA y la evidencia científica actual, la exposición es baja y no representa un peligro conocido.
Si bien el organismo estadounidense no ha emitido alertas específicas, sí recomienda mantener la vigilancia e implementar precauciones. La adopción de pequeños cambios en nuestros hábitos diarios puede ser un paso importante para reducir nuestra exposición a los microplásticos y, consecuentemente, salvaguardar nuestra salud a largo plazo.
Fuente: Infobae