J Balvin y Valentina Ferrer: La divertida verdad sobre los apodos

La complicidad y el sentido del humor son los pilares de la relación entre el astro del reguetón J Balvin y la modelo argentina Valentina Ferrer. Recientes momentos compartidos en redes sociales revelan una intimidad donde las bromas sobre la nostalgia y la atención del público se mezclan con una conexión palpable.

Desde la calidez de su hogar en Nueva York, la escultural modelo hizo partícipes a sus seguidores de una charla desenfadada con el intérprete de «Mi Gente». Ferrer compartió una anécdota que dibujó una sonrisa en el rostro de muchos, preguntándole a Balvin en tono jocoso:

«Josecito dice… desde que está conmigo, o sea, hace ocho años, ¿qué le dejaron de decir, papacito?»

Esta pregunta hacía alusión a los cariñosos apodos que el público solía dedicarle al artista en el pasado. El propio J Balvin, lejos de negarlo, confirmó con una mezcla de ironía y melancolía ese sentimiento. Enumeró con una sonrisa:

«Papacito, bizcocho», recordando así los sobrenombres que resonaban en sus multitudinarios conciertos antes de que su vida sentimental tomara otro rumbo.

La conversación, cargada de esa particular chispa latina, continuó con el artista urbano admitiendo abiertamente:

«Marica, todas las cosas me decían en los conciertos, desde que nos conocimos».

Esta frase evidencia el giro que ha dado la interacción con su base de fans desde el inicio de su relación con Ferrer. Lejos de esquivar la temática, la modelo propuso una solución juguetona, invitando a la audiencia a revivir esos halagos:

«Bueno, digan en este concierto. Digan en este concierto, papacito hermoso, precioso», sugirió Ferrer, estimulando una reacción divertida.

J Balvin y Valentina Ferrer comparten momentos de complicidad en redes sociales.

Sin embargo, la respuesta de Balvin fue de resignación teñida de humor: «Nunca más. No, no, no, no. Me bajaste la ilusión», reconoció, atribuyendo de forma cómica a su pareja la responsabilidad de este cambio en la percepción del público.

El intercambio continuó con una dinámica de reproches y bromas mutuas. Ferrer exclamó con incredulidad:

«No me rompas los huevos. A mí, mirá, no me cambié los planes. Pero no, ahora soy la culpable», mientras Balvin, con una sonrisa pícara, asentía: «Cien por ciento».

Sorprendida por la revelación, Ferrer confesó, con un toque de dramatismo cómico: «Desde hace ocho años. Yo ni lo sabía y me vine a enterar hoy y estoy repreocupada».

El peculiar diálogo concluyó con un broche de oro, marcado por la complicidad y el humor que los caracteriza. Ferrer, entre risas, sentenció: «Como pollo con la mano», y Balvin, fiel a su estilo, remató la anécdota con un guiño: «Si no les nace, no lo digan, pues, que no se puede».

El artista ha sido abierto sobre su proceso de salud mental y su relación.

Los seguidores de la pareja no tardaron en reaccionar, y los comentarios rápidamente inundaron las plataformas, destacando la evidente armonía y el cariño entre ellos. Algunos comentarios apuntaban:

  • «Claramente, le está tomando el pelo porque los dos están divinos desde que llegó Río a sus vidas.»
  • «No es inseguridad, es el hecho de que Balvin es un artista y le hace falta el cariño que años atrás tenían sus seguidoras.»
  • «Ya estás entrado en años bro, pero lo cierto es que como el vino, te pones mucho mejor con el paso del tiempo.»

La emotiva ocasión en Medellín: Lágrimas y amor familiar

En un concierto que quedará grabado en la memoria de sus fanáticos en Medellín, J Balvin conmovió a miles al no poder contener las lágrimas ante un mensaje sorpresa. La proyección en pantalla de su pareja, Valentina Ferrer, y su pequeño hijo, Río, provocó una profunda emoción en el artista.

La ausencia física de su familia, quienes no pudieron acompañarlo debido a un proceso de documentación de Ferrer que le impedía viajar desde Argentina, hizo que la aparición virtual fuera aún más significativa. El intérprete, visiblemente afectado, dejó fluir su llanto ante la multitud, que respondió con una ovación de apoyo incondicional.

Al finalizar este emotivo momento, J Balvin se tomó un instante para recomponerse. Las imágenes que circularon en redes sociales lo muestran respirando profundo y secándose el rostro, preparándose para regresar al escenario. Tras el concierto, compartió sus sentimientos:

«Una noche inolvidable, llena de emociones reales. Un concierto hecho con amor, hecho por la gente de Medellín. Bailarines colombianos, un equipo increíble y 7 horas de pura vibra y corazón. Los amo, Medellín, con mi alma».

Esta experiencia subraya la importancia que la familia tiene para el reguetonero, mezclando la intensidad de su carrera profesional con la dulzura de sus lazos afectivos.

Fuente: Infobae

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