La icónica figura de Hollywood, Dick Van Dyke, un nombre sinónimo de entretenimiento clásico, ha compartido recientemente el secreto detrás de su impresionante longevidad: el abandono de hábitos perjudiciales. El actor, recordado por sus inolvidables roles en Mary Poppins y Chitty Chitty Bang Bang, se acerca a la asombrosa cifra de 100 años este 13 de diciembre, una meta que él mismo confiesa no esperaba alcanzar.
Durante un evento íntimo en su residencia de Malibú, Van Dyke, quien ha sido galardonado con múltiples premios Emmy, atribuyó su vitalidad actual a la decisión de renunciar al alcohol y al tabaco. «Probablemente sea la razón por la que todavía estoy aquí», afirmó, subrayando la importancia de este cambio radical en su estilo de vida para haber logrado una vida tan extensa y plena.

Un Viaje Hacia la Autoconciencia y el Bienestar
El camino hacia la sobriedad no fue inmediato. Van Dyke reconoció que solo en su mediana edad pudo comprender la profundidad de su «personalidad adictiva«, una tendencia a intensificar cualquier placer, que finalmente lo llevó a buscar tratamiento para el alcoholismo en 1972. Este paso marcó un punto de inflexión decisivo en su vida.
Si bien superar la dependencia del alcohol fue un desafío considerable, el actor describió el abandono del tabaco como una batalla aún mayor. En declaraciones pasadas, Van Dyke llegó a afirmar que dejar de fumar le tomó «una eternidad» y fue un proceso «mucho peor que el alcohol», destacando el esfuerzo monumental que supuso esta renuncia, ahora vista como un pilar de su extraordinaria salud.

Más allá de los cambios físicos, Van Dyke enfatizó la importancia de cultivar una mentalidad positiva. Explicó que su bienestar también se nutre de su decisión consciente de no albergar resentimientos ni ira, considerándolos elementos «corrosivos y letales». Esta filosofía de vida contrasta marcadamente con la experiencia de su padre, quien falleció a los 73 años, sumido en la preocupación constante por el estado del mundo.
A los 100 Años: Gratitud y Humor ante el Paso del Tiempo
Al aproximarse su centenario, Dick Van Dyke irradia una profunda gratitud y una notable ausencia de temor ante el final. «He tenido una vida tan plena y emocionante que no me puedo quejar», ha declarado, sintiéndose «de maravilla» y sin experimentar mañanas de mal humor. Incluso ha bromeado, diciendo que si hubiera sabido que viviría tanto, se habría cuidado mejor, manteniendo intacto su célebre sentido del humor.
Otro factor crucial en su bienestar, según Van Dyke, es su matrimonio con Arlene Silver, maquilladora de profesión y 46 años menor que él. La pareja, casada desde 2012, ha encontrado en su relación un pilar de felicidad diaria. Arlene es descrita por el actor como «la responsable de que siga viviendo el momento», demostrando que la diferencia de edad no ha sido un obstáculo en su sólida unión.

La Alegría de la Vida y la Melancolía de los Recuerdos
Sin embargo, alcanzar casi un siglo de vida también conlleva la inevitable pérdida de seres queridos. Van Dyke ha compartido la tristeza por la partida de amigos cercanos, como Ed Asner, con quien soñaba con revivir «La extraña pareja». «Eso hubiera sido muy divertido», recordó con nostalgia.
Su esposa, Arlene, ofrece una perspectiva conmovedora pero realista: «Ha sobrevivido a todos. Esa es la maldición de vivir casi 100 años». A pesar de estas reflexiones, el legendario actor se aferra a las alegrías que la vida aún le brinda: su familia, su matrimonio y la oportunidad de inspirar a nuevas generaciones con su legado.

Fuente: Infobae