Caminar: la clave sencilla para una vida larga y saludable

En la era moderna, la cultura del fitness nos ha impulsado a creer que la salud y un físico envidiable solo se logran con entrenamientos extenuantes y carreras diarias. Sin embargo, el renombrado experto en longevidad, Dan Buettner, nos trae un mensaje mucho más accesible: «Si caminas, nadas o trotas a diario, eso añade más de tres años a tu esperanza de vida». Esto significa que no es necesario emular a un atleta de élite para mejorar nuestra salud.

Esta perspectiva es respaldada por autores como Mark Sisson, quien en su obra Born to Walk desmitifica la idea de que la evolución nos diseñó para correr maratones. Según Sisson, nuestro cuerpo está intrínsecamente adaptado para una actividad física de baja intensidad pero constante y funcional.

El poder de la caminata para una vida plena

Si bien correr ofrece indiscutibles beneficios para nuestro organismo y estamos biológicamente preparados para ello, su sostenibilidad a largo plazo es cuestionable. La sobrecarga, especialmente sin la guía de un profesional, puede derivar en lesiones frecuentes, afectando rodillas y caderas debido al impacto repetido. Esto genera una fatiga que no siempre es compatible con un estilo de vida activo y continuado.

«La mayoría de la gente cree que correr es la clave para una buena salud a largo plazo, pero la verdad es mucho más sencilla», recalca Buettner. La acción de caminar, junto a movimientos corporales constantes pero de baja intensidad, fortalece nuestras articulaciones, optimiza la circulación sanguínea y mantiene niveles de energía estables.

Persona mayor caminando en un parque con un bastón.

En años recientes, hemos sido testigos de un crecimiento exponencial en la práctica deportiva y la cultura fitness. Paralelamente, ha surgido el fenómeno de la «runnorexia», un término no oficial que describe a corredores compulsivos, incapaces de detenerse a pesar de lesiones o compromisos. Aunque aún no se clasifica formalmente, su frecuencia es cada vez mayor.

Integrando el movimiento a nuestro diario vivir

Dan Buettner ha observado que las poblaciones más longevas del planeta, como las de Okinawa, Cerdeña, Nicoya o Ikaria, no basan su longevidad en actividades extremas. Su secreto radica en la integración del movimiento en sus rutinas diarias: caminan, trabajan, cocinan y socializan, todo mientras se mantienen activos.

La clave reside en hacer del movimiento parte intrínseca de nuestro estilo de vida, no una obligación, sino una consecuencia natural de nuestras actividades. En estas regiones, es común alcanzar entre 8.000 y 12.000 pasos diarios de forma espontánea, simplemente viviendo su día a día.

Aunque parezca simple, caminar también requiere técnica y estrategia. La frecuencia es fundamental. Alterar el terreno nos prepara para diversas condiciones y se pueden incorporar «sprints ocasionales«. Buettner sugiere que 30 segundos de carrera intensa cada 5 minutos pueden ser muy beneficiosos.

En resumen, el mensaje de los expertos es claro y directo: caminar es el pilar fundamental para una vida saludable y longeva. Complementarlo con rutinas suaves y sostenibles es la fórmula para un bienestar duradero.

Fuente: Infobae

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