En un fascinante cruce de talentos, el actor Adam Sandler y la estrella pop Ariana Grande han compartido una conversación reveladora, destapando los entresijos de sus producciones más recientes: Jay Kelly y Wicked: For Good. Este encuentro, documentado por la prestigiosa revista Variety, nos acerca a las profundidades de sus procesos creativos y la valentía con la que abordan roles complejos.
La admiración mutua fluyó desde el primer instante. Grande confesó, «Crecí adorando todas tus películas», a lo que Sandler respondió con su característico humor, «Ponemos mucha Ariana en el coche. Hoy les pregunté a mis hijos qué canciones querían escuchar y me gritaron cincuenta diferentes». Esta complicidad inicial sentó las bases para un diálogo sincero sobre los retos emocionales que enfrentan en sus carreras artísticas.

Grande elogió sin reservas la actuación de Sandler en Jay Kelly, describiéndola como «tan desgarradora». Detalló, «Lloré cinco veces. No fue solo contenerme, sino lágrimas corriendo y desmoronándome por completo». Esta profunda conexión emocional, narró Grande, se intensificó al presenciar una escena entre Sandler y la actriz Laura Dern en una estación de tren, que la conmovió hasta las lágrimas.
Sandler, evocando la esencia de su icónico personaje Bobby Boucher en The Waterboy, sugirió que la intensidad de las escenas podría resonar con sentimientos de soledad. Grande, en total acuerdo, afirmó: «Todas tus interpretaciones cómicas también tienen mucha verdad. ‘The Waterboy’ es devastador», subrayando la habilidad de Sandler para infundir autenticidad incluso en sus roles más divertidos.
Detrás de cámaras y la construcción de personajes
Sandler ofreció detalles fascinantes sobre el rodaje de Jay Kelly, en particular una escena compartida con George Clooney. Relató cómo la presencia de una orquesta en vivo durante la filmación amplificó la emotividad del momento, creando una conexión genuina entre ambos actores.

Sobre su experiencia en Wicked: For Good, Sandler confesó haber visto la película con su familia, dedicando la proyección a elogiar la actuación de Grande: «La pusimos en la pantalla central y hablamos durante toda la película sobre lo grandiosa que eras y lo que significaban las escenas para nosotros». Esta anécdota resalta el impacto familiar de la música y las interpretaciones de Grande.
Grande, por su parte, explicó la complejidad de sus escenas de llanto en la película. «En la vida soy llorona, pero no es tan fácil cuando actúo», confesó. Detalló cómo tuvo que crear «detonantes para Glinda», distanciándose de sus propias emociones para encarnar al personaje de manera convincente.

Ambos artistas reflexionaron sobre la presión inherente a la actuación y la necesidad de ofrecer actuaciones memorables. Sandler admitió, «No quiero decepcionar al equipo que trabaja duro, esperando a que yo llegue a ciertos lugares. Tampoco quiero fallarme a mí mismo». Su dedicación se extiende a la profunda conexión que sintió con el guion de Noah Baumbach.
Grande indagó sobre los inicios de Sandler en la actuación, confirmando su formación en el Instituto Strasberg. Sandler compartió cómo compaginaba sus estudios de actuación con el stand up por las noches, una dualidad que marcó su temprana carrera.
El diálogo destacó la maestría de Sandler para equilibrar la comedia y el drama. «Siempre me entusiasmó más la comedia, pero en el fondo quería hacer algunos dramas», confesó. Subrayó su meticuloso proceso de preparación, asegurando que conoce a fondo a sus personajes, «Fuiste 100% Glinda la Bruja Buena, nunca Ariana», elogió a Grande.
Colaboraciones y aprendizajes junto a otros actores
Grande compartió su asombro ante la versatilidad de Jeff Goldblum en el set de Wicked: For Good. «Es fascinante verlo alternar entre el Mago y Jeff», comentó, destacando su habilidad para desconectarse del personaje entre tomas.

Sandler recordó las técnicas de grandes actores como Dustin Hoffman, quien inicia la conversación en personaje antes de la escena. «Es bueno aprender de los grandes», sentenció, resaltando la importancia de la observación y el aprendizaje continuo.
La conversación también abordó el impacto de George Clooney en su desarrollo actoral. Sandler relató cómo aprendió de su colega, «Observé a Clooney y aprendí de él. Es muy concentrado antes de cada toma», añadiendo que en ciertas escenas lograron una sincronización perfecta.

Grande detalló su experiencia trabajando con Cynthia Erivo y el prolongado proceso de cinco años para Wicked: For Good. Mencionó la necesidad de reentrenar su voz y perfeccionar su técnica actoral bajo la guía de su profesora, Nancy Banks, a quien describió como «más una sanadora que otra cosa».
La conexión entre comedia y drama fue nuevamente tema de conversación, con Grande reconociendo a The Waterboy como un puente emocional. «Suena loco, pero Bobby Boucher me hace llorar mucho», confesó.
Sandler bromeó sobre un hipotético remake de The Waterboy, sugiriendo a Ben Stiller y a Grande para los roles protagónicos. Grande, entre risas, afirmó: «No, las cosas perfectas deben quedarse como están. Haces un trabajo magnífico al dar humanidad a la comedia. Eso desarma», elogiando la habilidad de Sandler para infundir profundidad en sus personajes cómicos.

El lado humano en “Wicked” y el trabajo físico en el cine
Sandler compartió su conmovedora reflexión sobre la revelación del Hombre de Hojalata en la adaptación cinematográfica de Wicked, destacando el impacto emocional de ver a los personajes enfrentar sus vulnerabilidades. Grande enfatizó la importancia de mostrar el lado humano de los villanos, señalando que «eso es lo hermoso de ‘Wicked’, muestra cómo quienes cometen maldades alguna vez fueron víctimas».
La conversación tomó un giro más ligero al discutir el vestuario de Grande en la película. Sandler preguntó sobre un «vestido de gala», a lo que Grande respondió refiriéndose al icónico «Bubble Two», el vestido lavanda. Describió su flexibilidad y los pequeños sacrificios por el arte: «Cualquier cosa por el arte. Me gusta llegar a casa con un moretón o rasguño sin explicación».
Sandler también relató sus propias experiencias con lesiones en el set, incluyendo un incidente con Ben Stiller durante el rodaje de The Meyerowitz Stories, donde sufrió un moretón que duró dos semanas.

Grande compartió una anécdota similar con Stiller en Focker-in-Law, admitiendo que la adrenalina a menudo la hacía ignorar el dolor. Detalló la dinámica familiar en la película, donde su personaje, a pesar de la desconfianza inicial de Stiller, es rápidamente aceptado por Robert De Niro y el resto de la familia.
Sandler bromeó sobre la intensidad de Stiller, pero reafirmó su respeto: «Es un caballero y me encanta verlo alternar entre el actor y el director».
Un cierre desde el humor y la empatía
La entrevista concluyó con una reflexión humorística sobre la comunicación animal. Sandler planteó la pregunta: «¿Deberían los animales hablar más?». Grande respondió con profundidad: «Creo que ya están hablando. El problema es que no los escuchamos lo suficiente». Sandler coincidió, ilustrando la idea con la expresión animal: «Te miran como diciendo: ‘¿No escuchaste lo que te dije?'». Grande cerró la conversación, afirmando: «Si realmente miras y escuchas, te lo están diciendo todo».
Este intercambio entre Adam Sandler y Ariana Grande deja una clara impresión: las respuestas más profundas a menudo se encuentran en la atención a los detalles y a los silencios, tanto en el universo del cine como en nuestra vida cotidiana.
Fuente: Infobae