¿Limitaciones Físicas? El Secreto Detrás del Arte de Jackson Pollock

El fascinante vínculo entre las **condiciones físicas** y la **genialidad artística** ha sido tema de análisis durante mucho tiempo. Ahora, una investigación reciente arroja nueva luz sobre la singular metodología de pintura de Jackson Pollock, sugiriendo una conexión inesperada.

Según los estudiosos de la obra de Pollock, como Francis O’Connor, el renombrado artista estadounidense habría experimentado desde su nacimiento una **reducción en su destreza motriz**. Se postula que complicaciones durante el parto, como la **circulación del cordón umbilical**, habrían afectado de forma permanente su equilibrio y coordinación, elementos cruciales que moldearon el característico gesto en sus icónicas «drip paintings».

Aunque no existen registros médicos concluyentes sobre las particularidades biomecánicas de Pollock, una indagación contemporánea ha examinado cómo las **variaciones en el equilibrio y la coordinación** pueden ser determinantes en la gestación de obras artísticas que evocan el estilo del maestro.

Pintura de Pollock

El físico y psicólogo Richard Taylor, de la Universidad de Oregón, ideó hace más de dos décadas un intrigante experimento denominado Dripfest. En esta dinámica participaron dieciocho niños de entre 4 y 6 años, junto a treinta y cuatro adultos jóvenes (de 18 a 25 años). A todos se les encomendó la tarea de salpicar pintura sobre grandes hojas de papel en el suelo, replicando la técnica de vertido de Pollock.

Las creaciones resultantes fueron sometidas a rigurosos análisis: el análisis fractal, que evalúa la complejidad visual y la escala de los patrones, y el análisis de lacunaridad, que mide los espacios entre los grupos de pintura y el grado de agrupamiento. Cabe destacar que el análisis fractal ha sido fundamental en investigaciones previas para diferenciar las obras auténticas de Pollock de falsificaciones, alcanzando una precisión del 99% con modelos de inteligencia artificial. El objetivo en esta ocasión era discernir el impacto de las diferencias biomecánicas entre niños y adultos en la técnica de salpicado de pintura.

Las creaciones de los niños exhiben patrones de menor escala y mayor agrupamiento

Los resultados fueron reveladores. Las composiciones de los adultos mostraron dimensiones fractales mayores y parámetros de lacunaridad inferiores, lo que sugiere obras más densas e intrincadas. En contraparte, las producciones de los niños exhibieron patrones de menor escala y un agrupamiento más pronunciado.

En términos prácticos, mientras los adultos generaban trazos que se movían en diversas direcciones, los niños tendían a cambiar la trayectoria con menos frecuencia. Esta discrepancia podría atribuirse a que los niños experimentan mayores desequilibrios, poseen límites físicos más restringidos y exhiben respuestas musculares menos coordinadas. Para corroborar esta teoría, los investigadores sugieren la incorporación de sensores de movimiento en futuros estudios.

Los autores del estudio, publicado en la revista Frontiers of Physics, señalan: «Estas dos poblaciones se encuentran en distintas fases de desarrollo de su fisiología del equilibrio biomecánico. Debido a sus [de los niños] menores respuestas musculares coordinadas, a menudo sobrecorrigen y tardan más en restablecerse tras alcanzar sus límites».

Matthew Fairbanks

Un dato particularmente interesante surge al comparar los valores de fractalidad y lacunaridad de la obra Number 14 (1948) de Pollock. Si bien estos parámetros se ubican dentro de la distribución observada en los adultos, se encuentran cerca de los valores obtenidos por los niños.

La investigación no se detuvo en la cuantificación de la «piel» y los «huesos» de las pinturas. Un estudio posterior, llevado a cabo en 2018, expuso parte de la colección Dripfest a casi un centenar de jueces voluntarios. Los resultados indicaron que los espectadores experimentaron un mayor placer al contemplar patrones más sencillos y abiertos, características predominantes en las obras creadas por los niños.

Para el doctor Taylor, estos hallazgos recalcan que las limitaciones físicas de un artista no son necesariamente un impedimento para la creación de obras maestras. El investigador evoca ejemplos como:

“Las cataratas de Claude Monet, los desafíos psicológicos de Vincent van Gogh y la enfermedad de Alzheimer de Willem de Kooning nos recuerdan que las condiciones que presentan dificultades en aspectos de nuestra vida cotidiana pueden conducir a logros magníficos en el arte”.

Fuente: Infobae

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