Krasznahorkai: «Ángeles» sin alas toman tiempo y espacio

En un emotivo discurso al recibir el Premio Nobel de Literatura, el reconocido escritor húngaro Lászlo Krasznahorkai hizo un llamado a la reflexión sobre la presencia de «nuevos ángeles sin alas». Entre ellos, señaló al magnate Elon Musk, cuyas «planes demenciales» están, según Krasznahorkai, «adueñándose del espacio y el tiempo» de las personas.

Desde el podio de la Academia Sueca, Krasznahorkai (nacido en Gyula, Hungría, en 1954) confesó que su deseo inicial era dedicar sus palabras a la esperanza. Sin embargo, ante la escasez de este sentimiento en sus propias reservas, prefirió enfocarse en estos enigmáticos «nuevos ángeles».

“Estos seres no portan alas ni capas que los envuelvan con dulzura. Caminan entre nosotros, vestidos con ropa común, y su número es incierto. Irrumpe inquietantemente en diversas facetas de nuestra vida”, describió el autor.

El escritor profundizó en la idea de que estos «ángeles modernos» no parecen provenir de un «allá arriba» tradicional, sugiriendo que este espacio, junto a las concepciones angélicas pasadas, ha cedido su lugar a un «eterno ALGÚN LUGAR» donde las «estructuras insanas» orquestadas por figuras como Elon Musk dictan el ritmo del espacio y el tiempo.

Lászlo Krasznahorkai recibe flores de Mats Malm, Secretario Permanente de la Academia Sueca.

Krasznahorkai añadió una dimensión crucial a su análisis: “Estos ángeles modernos, desprovistos de alas, carecen también de mensaje alguno. Simplemente coexisten entre nosotros, vestidos de forma anónima. Si deciden revelarse, se acercan a uno de nosotros y, en un instante, la venda cae de nuestros ojos. Un encuentro sucede, dejándonos atónitos: ¡un ángel está ante nosotros! Pero… no nos ofrecen nada, ni una palabra, ni una luz que ilumine nuestro oído. Parecen mudos, solo nos observan, buscando nuestra mirada. En esa búsqueda, hay una súplica para que seamos nosotros quienes les transmitamos un mensaje”.

La dignidad en los márgenes

En una intervención destacada por su profundidad, dada la agenda limitada de Krasznahorkai por motivos de salud, el escritor también abordó una de sus preocupaciones recurrentes: la dignidad e inocencia de quienes habitan los márgenes de la sociedad. Su amigo y traductor al español, Adan Kovacsics, resaltó que el interés del húngaro por las personas en situación de pobreza ha sido una constante en su trayectoria.

La conferencia del Nobel, un momento de reflexión.

A los 19 años, Krasznahorkai optó por suspender sus estudios de Derecho para vivir en la calle y comprender mejor a los «excluidos». Esta vivencia forjó un profundo respeto por las personas en situación de marginalidad, un tema central en su discurso.

El autor narró un conmovedor episodio ocurrido en el metro de Berlín hace años: observó a un «vagabundo, encorvado por el dolor y con una mirada que imploraba compasión, intentando orinar sobre las vías cuando fue sorprendido por un policía».

Esta escena le lleva a reflexionar: “Ser humano, criatura asombrosa, ¿quién eres? Inventaste la rueda, el fuego, comprendiste que la cooperación era tu único camino para sobrevivir… Creaste los sentimientos, la empatía”.

La erosión de la imaginación

«Hasta que de repente, empezaste a no creer en nada. Y, gracias a los artilugios que tú mismo creaste, destruyendo la imaginación, ahora solo te queda la memoria a corto plazo. Este barro te tragará, te arrastrará al pantano”, vaticinó el escritor, a quien la crítica literaria estadounidense Susan Sontag definió como el gran “maestro del apocalipsis”.

El húngaro Laszlo Krasznahorkai habló de los

La influencia de Franz Kafka, su «héroe literario», y una sensibilidad extrema por la belleza a través de la literatura, impregnaron sus palabras. Krasznahorkai, de apariencia humilde y tímida, confesó que su aspiración inicial era escribir un solo libro, pero no convertirse en escritor, «porque no quería ser nadie».

Los libros de Lászlo Krasznahorkai, Premio Nobel de Literatura.

Tras publicar su primera novela (Tango Satánico, 1985), llevada al cine por su amigo Béla Tarr, sintió que no era perfecta y deseó mejorar su estilo, lo que lo impulsó a escribir otro libro. Este proceso de autocrítica y perfeccionamiento se ha mantenido a lo largo de su carrera.

“Mi vida es una corrección permanente”, reconoció con franqueza.

España, un escenario recurrente

Su traductor, Adan Kovacsics, relata que el escritor reside actualmente en una zona rural de Hungría, aunque también pasa temporadas en Trieste y Viena. “La melancolía, la resistencia, la preocupación por aquellos que solo persiguen la destrucción siguen estando en el centro de la mirada de este escritor único”, comenta Kovacsics.

Krasznahorkai se erige como el segundo escritor húngaro en obtener el Premio Nobel de Literatura, siguiendo los pasos de su influyente amigo y predecesor, el fallecido Imre Kertesz, quien lo recibió en 2002.

El autor ha manifestado abiertamente su oposición a las políticas del presidente húngaro, Viktor Orbán.

La presencia de España es notable en su obra, con relatos ambientados en la Alhambra de Granada o en La Pedrera de Barcelona. Lugares como Extremadura, Andalucía, Madrid y la propia Barcelona han sido escenarios frequentados por el escritor, según señala Kovacsics.

La editorial Acantilado ha publicado en español una extensa obra del autor, incluyendo siete novelas y un libro de relatos:

  • Melancolía de la resistencia (2001)
  • Al Norte la montaña, al Sur el lago, al Oeste el camino, al Este el río (2005)
  • Guerra y guerra (2009)
  • Ha llegado Isaías (2009)
  • Y Seiobo descendió a la Tierra (2015)
  • Tango satánico (2017)
  • Relaciones misericordiosas (2023)
  • El barón Wenckheim vuelve a casa (2024)

Fuente: Infobae

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