¡Cuida tus Ojos! Ajustes Clave para tu Pantalla y Visión

En nuestra era digital, las pantallas se han vuelto extensiones de nosotros mismos. Desde el primer saludo matutino hasta el último video nocturno, pasamos incontables horas frente a celulares, computadoras y tabletas. Es fundamental, entonces, que aprendamos a cuidar nuestra salud visual y a optimizar la configuración de nuestros dispositivos para que nos asistan, y no nos perjudiquen.

Estudios recientes revelan que la media global de uso de pantallas ronda las siete horas diarias. En nuestro continente, cifras como las de Colombia, que alcanzan las ocho horas y cuarenta minutos, evidencian la necesidad de estar alerta. Ignorar ajustes básicos como el brillo y la distancia adecuados puede desencadenar problemas visuales a largo plazo.

Configuraciones Esenciales para una Visión Saludable

La ciencia actual enfatiza la armonía entre las funciones tecnológicas de nuestros aparatos y el entorno que nos rodea. Lejos de mitos sobre la «luz azul», el factor determinante para el confort visual reside en cómo gestionamos el brillo y la intensidad del uso de las pantallas.

El informe TFOS (2023) es contundente: «el factor más importante para la comodidad visual es equilibrar el brillo del dispositivo con la iluminación del entorno, más que los filtros o modos de confort». Esto significa que, antes de activar cualquier modo especial, debemos asegurar que el brillo de nuestro equipo se adapte a la luz ambiental, sin deslumbrar ni quedarse opaco. En ambientes muy luminosos, subamos el brillo; en lugares oscuros, reduzcámoslo. Así, evitaremos el choque lumínico que causa fatiga y sequedad ocular.

Mantener una distancia mínima de 40 centímetros para celulares y 50 a 60 centímetros para computadoras previene la fatiga ocular.

La distancia de visualización es otro pilar fundamental. Se recomienda mantener los teléfonos móviles a mínimo 40 centímetros y los monitores de computadora entre 50 y 60 centímetros. Esta separación permite que el músculo ocular trabaje de forma más relajada, reduciendo la fatiga excesiva.

Además, la posición de la pantalla es clave. Colocarla al nivel de los ojos, evitando encorvar el cuello o adoptar posturas forzadas, disminuirá la tensión en cuello y hombros. También es vital evitar trabajar en completa oscuridad o bajo luz directa sobre el dispositivo, ya que esto provoca molestos reflejos.

Para los más jóvenes, la distancia es aún más crítica. Dado que su sistema visual está en pleno desarrollo y es más vulnerable, el uso prolongado de pantallas a corta distancia puede incrementar significativamente el riesgo de miopía infantil.

Ubicar las pantallas al nivel de los ojos y evitar posturas irregulares reduce dolores en cuello y hombros.

Hábitos que Marcan la Diferencia para tu Visión

Las pausas regulares son uno de los aliados más potentes en la protección visual. La famosa regla del 20-20-20 se ha convertido en un método infalible: cada 20 minutos frente a la pantalla, dedica 20 segundos a enfocar la mirada en un objeto situado a 20 pies de distancia (aproximadamente 6 metros).

Un estudio publicado en Contact Lens and Anterior Eye (2023) valida su efectividad para disminuir la fatiga y la sequedad ocular.

El parpadeo consciente es otro hábito preventivo esencial. Al concentrarnos en la pantalla, tendemos a parpadear menos, lo que reduce la lubricación natural de nuestros ojos. Forzar el parpadeo de manera intencional ayuda a distribuir la película lagrimal y a prevenir la sensación de ardor y la presencia de cuerpos extraños.

La regla 20-20-20 ayuda a disminuir la fatiga visual: cada 20 minutos de pantalla, descansar la vista 20 segundos.

Tu entorno de trabajo o estudio debe contar con una luz ambiental indirecta, preferiblemente detrás o sobre la pantalla, para evitar deslumbramientos y mejorar la nitidez. Trabajar en completa penumbra o con una iluminación ambiental excesivamente superior a la de la pantalla multiplica el cansancio visual y la incomodidad, especialmente durante largas jornadas.

En caso de molestias persistentes, recuerda: evita frotarte los ojos, ya que esto puede incrementar el riesgo de infecciones y agravar condiciones como el queratocono.

Fuente: Infobae

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