Sigourney Weaver recordó su primer encuentro con el guion de Avatar y cómo la llevó a replantearse los límites de la actuación. “Cuando leí el guion de Avatar pensé: ‘Esto es imposible. No hay nada en esta página que se pueda hacer. Las piedras flotantes, los bichos que volaban, los seres de todos los colores…’”.
Así lo relató en una entrevista con Vanity Fair en vísperas del estreno de Avatar: Fuego y ceniza. A pesar del asombro inicial, aceptó el desafío convencida de que James Cameron, quien ya había dirigido Aliens, era el único capaz de convertir lo inalcanzable en realidad.
El reto de la tecnología y la imaginación actoral
Weaver compartió que la experiencia en Avatar fue un reto en todos los sentidos. “Para mí fue algo fascinante y aún sigo asombrada, pero debo decirte que como actriz en realidad es algo muy simple: tienes que usar un casco y tienes electrodos o algo así y vas en leotardos”, comentó entre risas.
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Relató el proceso de adaptación a la captura de movimiento y ese instante de libertad plena cuando “gritan ‘Acción’ y sientes una libertad increíble”.
Según la actriz, este formato exige que el intérprete confíe plenamente en su imaginación: “Demanda al actor algo puro en esencia: creer realmente que estás en otro planeta, que tu imaginación y solo tu imaginación te alimenta. Tienes que creer que esa habitación tan grande y vacía es Pandora”, narró para Vanity Fair.
El escepticismo de Weaver ante la tecnología persiste en su recuerdo: “Inicialmente solo piensas que el casco pesa mucho y cosas así, pero no entendí el tipo de preparación física silenciosa que debía hacer fuera del set y que en teoría debía convertirme en una persona mucho más joven. Lo confieso: nunca creí ni por un segundo que iba a funcionar”.
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Finalmente, el proceso tecnológico, que en principio le parecía una locura, acabó por conquistarla: “La tecnología te permite tomar ese riesgo y luego no tienes que preocuparte por nada más. Te conviertes en algo distinto a través de este proceso”.
Una relación inquebrantable con James Cameron
La conexión entre Weaver y James Cameron atraviesa toda la entrevista. Ante la pregunta sobre el secreto del director, la actriz respondió: “Jim es un hombre que hace solo las cosas que le gustan, y además no tiene nada de convencional. Le da igual que algo se haya hecho o intentado antes, porque él tiene su propia visión”.
Weaver destacó el perfeccionismo y la tenacidad del director: “Su paciencia, su sentido de la perfección y su determinación no resisten ningún tipo de comparación con nadie que yo conozca: nunca trabajé con otro director como él”.
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Subrayó que la pasión y la búsqueda de avanzar están por encima del interés económico: “No es la clase de persona que dice: ‘Oh, puedo ganar mucho haciendo esto con una tecnología como la Performance Capture’. No, su deseo siempre viene de una necesidad muy apasionante que tiene que ver con avanzar, con movernos más allá de lo que pensamos que es posible, buscar el límite”, afirmó para Vanity Fair.
La admiración es mutua y Weaver no vaciló en ofrecer un consejo a los nuevos talentos: “Mi consejo para cualquier persona en este negocio siempre es el mismo: nunca apuestes contra Jim Cameron, porque perderás hasta la camisa”.
Más allá de la ciencia ficción: el mensaje de “Avatar”
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Para Weaver, Avatar supera cualquier etiqueta de género: “No creo que esta trilogía sea ciencia ficción, me parece un nombre estúpido para lo que contamos. Son películas de aventuras que suceden en el futuro, en otros mundos, pero que hablan de algo tan complejo como el hecho de ser humano y cómo podemos conservar esa humanidad en lugares en los que todo es nuevo y desconocido, un problema que parece casi imposible resolver”.
Considera que el mensaje esencial de Avatar radica en la esperanza y la resiliencia: “Ver estas películas me hace confiar en que si no caemos en la tentación de aceptar el caos y el pánico, conseguiremos resolver todos los problemas que ahora mismo afectan al planeta. Es bonito ver a la familia que protagoniza la película y que en realidad habla de nosotros como especie y de cómo podemos encontrar el camino correcto”, indicó en Vanity Fair.
Inseguridades, autenticidad y el desafío familiar
El camino de Weaver, desde sus inicios en la televisión hasta convertirse en referente del cine de género, estuvo marcado por las dudas y la búsqueda de autenticidad.
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“Como tantos actores y actrices jóvenes, cuando empecé —con Alien y otras películas—, no tenía ni idea de lo que estaba haciendo, pero estaba rodeada de gente con tantísimo talento que de algún modo me dejé llevar”, detalló a Vanity Fair.
“Cuando salí de la escuela de drama, estaba muy desanimada. Básicamente me habían dicho que lo dejara correr y me dedicara a otra cosa. Así que cuando empecé, no tenía ningún tipo de confianza en mí misma, simplemente lo hacía y punto”, señaló.
La actriz identificó la inseguridad como una parte inherente al oficio y explicó cómo aprendió a convivir con ella: “Esa inseguridad forma parte del proceso de interpretación y de dedicarse a esta profesión”.
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En el plano personal, destacó el reto de conciliar la familia y la carrera: “Fue un reto intentar conciliar mi vida familiar con mi vida profesional. Por suerte, tuve la ayuda de mi marido, Jim Simpson, con el que llevo 40 años. Él es director de teatro y siempre entendió muy bien cuáles eran las exigencias de lo que yo hacía. Tenerlo de compañero fue una increíble bendición”.
“Mis mayores retos fueron cómo crear un hogar seguro para mi familia o cómo criar a mis hijos en un mundo tan complicado. Esos son desafíos con los que cualquier ser humano puede identificarse y no tienen que ver necesariamente con el hecho de ser actriz”, agregó.
Nuevas aventuras y confianza renovada
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Entre sus proyectos recientes, Weaver se mostró entusiasmada por su participación en la saga Star Wars: The Mandalorian and Grogu: “Sí, fue increíble porque estuve en la Comic-Con para presentarla y había miles de personas esperándonos. Me sentí muy honrada de que la gente tuviera tanto entusiasmo y tantas ganas de ver qué hemos hecho. Es algo que me sigue sorprendiendo y que habla de lo grande que es esta industria”, contó a Vanity Fair.
A las puertas del estreno de Avatar: Fuego y ceniza, la actriz reafirma su unión profesional con Cameron y su disposición a seguir explorando nuevos mundos a su lado. La confianza en el director y la predisposición a soñar en grande impulsan una carrera que sigue abriéndose a nuevas aventuras.
Fuente: Infobae