El revés oficialista en el referéndum y consulta popular del 16 de noviembre generan coletazos en la Asamblea Nacional, en donde, si bien Acción Democrática Nacional (ADN) mantiene una mayoría, ciertos movimientos y votaciones empiezan a generar ruido.
La bancada de gobierno en el Legislativo se ha vuelto cada vez más hermética y evasiva a la hora de referirse a sus vicisitudes internas. Tras los resultados electorales, se evitó hablar de ganadores o perdedores o asumir responsabilidades directas.
Por eso, no cayeron nada bien entre algunos legisladores las expresiones del presidente Daniel Noboa que, el 28 de noviembre reconoció que los resultados de la consulta fueron un «remezón» interno.
Sobre ministros y asambleístas, Noboa dio a entender que todos estaban esperanzados, como en otras ocasiones, que fuera el presidente el que ejecute la estrategia ganadora en la parte final de la campaña.
«Pero esto es un trabajo conjunto. Todos tienen que trabajar, caminar, comunicar y luchar de la misma forma que lo hacemos nosotros», dijo Noboa, achacando parte de la derrota a sus asambleístas.
Votaciones son la clave
De todas formas, el bloque de ADN junto a sus aliados mantienen hegemonía en la Asamblea. Desde el 16 de noviembre, el Pleno del Legislativo ha tenido 17 votaciones de las cuales en 14 se ha impuesto con más de 80 votos.
La mayoría en resoluciones referentes a pedidos de fiscalización a municipios encargados del tránsito, apoyo a las relaciones con Estados Unidos o ratificaciones de que la Asamblea respalda a las personas con discapacidad, con apoyo incluso de Revolución Ciudadana (RC).
Sin embargo, tres votaciones con una mayor carga política por la coyuntura, han puesto a pensar a más de uno en la fragilidad de esa mayoría.
La primera ocurrió el 29 de noviembre, cuando el legislador Hernán Zapata pedía que la Asamblea apruebe una resolución para «rechazar la falta de transparencia» en los procesos de contratación que lleva adelante el Municipio de Quito.
La solicitud era por demás oportuna para el oficialismo en momentos en los que se recrudecía la disputa del alcalde de Quito, Pabel Muñoz, con el presidente Daniel Noboa, a propósito de los contratos suspendidos por el Sercop por las fiestas de la capital.
Sin embargo, la propuesta de Zapata de incluir el tema en el orden del día de esa sesión apenas alcanzó 75 de 77 votos necesarios. Hubo cuatro aliados ausentes en esa votación, dos de ellos de las propias filas de ADN: Eckenner Recalde y Dominique Serrano.
Ellos llegaron minutos después de la votación, su argumento habría sido que se encontraban realizando actividades legislativas en territorio. «Eso sí causó molestia y alerta», le dijo a PRIMICIAS alguien cercano a la bancada oficialista.
Ese mismo sábado 29 de noviembre, el Pleno de la Asamblea tambien debatió la Proforma Presupuestaria 2026 enviada por el presidente Daniel Noboa.
El oficialismo esperaba su aprobación con más de 80 votos, sin embargo alcanzó 78 de 77 necesarios. En esa ocasión, el exmilitante de Pachakutik, Manuel Choro, votó en contra, mientras que los aliados Carmen Tiupul y Edwin Jarrin no se presentaron a la sesión.
El 3 de diciembre, en cambio, aprovechando el rechazo que generó en ciertos sectores la presentación de la obra ‘Aristócratas: crónicas de una marica incómoda’ en la capilla del Museo de la Ciudad, Andrés Castillo propuso discutir una resolución al respecto.
Específicamente, para exigir al Municipio de Quito, con el que el oficialismo se ha abierto un frente, que respete los espacios tradicionales y patrimoniales de la ciudad. El punto pasó ‘raspando’ con 78 votos y muchos aliados dijeron «no» o se abstuvieron. Está pendiente la resolución final.
Con el oficialismo aún convaleciente, han empezado a surgir en la Asamblea propuestas de generar un nuevo bloque que estaría conformado por los independientes y los asambleístas de partidos y movimientos políticos que, por su número, no llegan a ser bancada.
El objetivo sería revisar algunos temas de la agenda legislativa y hasta leyes y reformas aprobadas como la aplicación del Método de D’Hont incluido en un paquete de cambios en el Código de la Democracia.
La idea está en una etapa muy embrionaria, pero, si se concreta, la intención es incluir a los denominados asambleístas provinciales, los tres del Partido Social Cristiano (PSC), los tres que quedaron en Pachakutik y hasta algunos exmiembros de Pachakutik: una docena de integrantes.
«Quito merece autoridades que trabajen con más coordinación», dice Niels Olsen en sesión por las fiestas de fundación
Sin embargo, en este grupo también existe desconfianza creada a raíz de sus votaciones individuales, unas veces apoyando las tesis de la bancada de ADN y otras más cercanas a las propuestas correístas.
Ese panorama pone aún más cuesta arriba las intenciones del gobierno de Daniel Noboa de hacer modificaciones en la Constitución por vía legislativa como planea el Ejecutivo.
Para eso hay dos vías que deben ser determinadas por la Corte Constitucional: la reforma parcial para la cual se necesitan 77 votos, que por ahora los tiene ADN, y la enmienda constitucional que requiere en la Asamblea 101 votos, que nadie los tiene por sí solo.
Fuente: Primicias