La Selección de Curazao hizo historia al lograr la clasificación al Mundial 2026, en lo que será su debut mundialista absoluto. Este logro sorprendió a todo el planeta, ya que se trata de un país del que se habla poco y está fuera del radar futbolero. Pero, su clasificación, tiene un plan por detrás que lleva años y dio sus frutos.
Curazao es un país ubicado en una isla al surdel Mar Caribe, de solo 444 kilómetros cuadrados, que pertenece al Reino de los Países Bajos. Tiene una población de 162.000 personas (la mayoría vive en la capital) y hasta 2010 formaba parte de las Antillas Neerlandesas. Será el país con menos personas y más pequeño en disputar una Copa del Mundo.
Su seleccionado de fútbol se afilió a la FIFA en 2011 y realizó un camino ascendente en tiempo récord, dejando por detrás a otros países de la zona que aún no logran despegar y están lejos de competir a nivel continental. Aprovechando la ampliación de cupos, pero dejando en el camino a equipos fuertes como Jamaica, en 2026 tendrá el privilegio de disputar un Mundial.
Así es el plan que llevó a Curazao al Mundial 2026
El plantel que logró la histórica clasificación de Curazao al Mundial 2026 tiene una particularidad: ninguno de los futbolistas nació en la isla. Esto devela el plan que la Federación lleva a cabo desde 2026, año en el que Patrick Kluivert asumió como director técnico e inició una verdadera revolución.
Debido a que se trata de un país dentro del Reino de Países Bajos, tanto Kluivert como los dirigentes comenzaron hace una década con la búsqueda de talentos neerlandeses que tenían raíces curazoleñas. De esta manera, el seleccionado nacional empezó a nutrirse de jugadores con roce europeo (en general, en divisiones del ascenso) que marcaban la diferencia contra muchas naciones de Concacaf.
El primer gran logro fue clasificar a la Copa de Oro 2017: si bien terminó último en su grupo, fue una señal de que estaban para hacerse notar en el continente. Ya sin Kluivert pero con la continuación del mismo proyecto, Curazao ganó la Copa del Caribe en 2017: en un abrir y cerrar de ojos, se convirtió en la isla más fuerte a nivel selecciones de la región.
En 2019 clasificó por segunda edición consecutiva a la Copa de Oro y dio el gran golpe: pasó segundo en su zona y llegó a los cuartos de final, donde fue eliminado por Estados Unidos por un ajustado 1-0. En 2025 disputó el certamen por tercera ocasión y no pudo superar fase de grupos, pero ya consolidándose como un participante habitual.
Su actual entrenador es Dick Advocaat, quien asumió en el cargo en 2024 y logró darle una clara identidad al equipo: fuerte defensivamente y rápido en ataque cuando el rival deja espacios. En las Eliminatorias se hizo fuerte de local y, en la fase final, sorpendió al dejar en segundo lugar a Jamaica, quien en la previa era el candidato a quedarse con el cupo directo.
Curazao, el heredero oficial de la Selección de Antillas Neerlandesas
La tradición futbolera en Curazao no empezó en 2011: en 1909 acuñó el primer club de la historia de las Antillas, llamado CVV Republic. El mismo fue fundado por jóvenes estudiantes neerlandeses y el primer partido fue en el patio de una iglesia.
La Selección también tiene historia antes del siglo XXI, aunque fuera de FIFA: los más ancianos pobladores aún recuerdan el empate 3-3 contra Feyernoord, en Rotterdam, de julio de 1946. En aquel equipo la gran figura era el arquero Ergilio «La Pantera Negra» Hato.
Por aquellos años, Curazao también ganó un torneo internacional organizado en su isla y se colgó la medalla de bronce en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 1946. Pero, a partir de 1948, pasó a integrar la Selección de Antillas Neerlandesas: los jugadores curazoleños fueron la base del plantel que ganó dos doradas en los Juegos de la región. Aseguran que, en la década de 1950, era un equipo que podría haber clasificado al Mundial.
Hoy en día, tanto la FIFA como la Concacaf reconocen a Curazao como el heredero oficial de Antillas Neerlandesas, por loque le computan todos los logros de aquel seleccionado.