Durante un año y medio Joao Rojas, delantero de Barcelona, vivió la etapa más dura de su carrera. Una lesión en su tobillo derecho lo alejó de las canchas, lo enfrentó a la incertidumbre y casi le arrebató el sueño que ha perseguido desde niño. Hoy, completamente recuperado y con el corazón lleno de gratitud, asegura que su regreso al balompié es un milagro de Dios.
“Fueron momentos muy duros, una situación muy difícil para mí. Por instantes pensé que no volvería a jugar”, confesó.
Pero como él mismo dice siempre, “la fe mueve montañas”. Su confianza en Dios y su perseverancia lo llevaron a recuperarse por completo y volver al lugar donde siempre quiso estar: el campo de juego.
“Estoy de regreso porque sé que Dios tiene un propósito conmigo”, afirmó Rojas con una sonrisa durante su visita a Santa Elena, donde presentó su nuevo sueño: un proyecto social y deportivo que busca abrir oportunidades a niños y jóvenes con talento.
Ese sueño empezó a hacerse realidad el viernes 7 de noviembre, cuando el futbolista firmó un convenio de cooperación entre su Fundación Joao Rojas y la Prefectura de Santa Elena. Con este acuerdo se impulsará la creación de un Centro de Alto Rendimiento pensado para chicos apasionados por el deporte que muchas veces no cuentan con los recursos necesarios para desarrollarse.
“Quiero que los jóvenes vean en el deporte una salida, una esperanza. El fútbol me dio mucho, y ahora quiero devolver algo de eso”, expresó emocionado el jugador, quien fue aplaudido de pie por el público.
La llegada de Joao fue todo un acontecimiento. Los niños lo esperaban ansiosos para tomarse una foto o pedirle un autógrafo. Los hinchas toreros lo rodearon entre gritos y aplausos, y él no se cansó de sonreír, abrazar y agradecer.
“Vamos por la Copa Libertadores, ese es el objetivo”, decía entre risas. Y cuando un seguidor le preguntó si era “emelecista o barcelonista”, respondió sin dudar: “Respeto al Emelec, pero mi corazón ahora es amarillo. Por eso estoy donde debo estar”.
Con esta alianza, Joao Rojas no solo celebra su regreso al fútbol, sino también el inicio de una nueva etapa en su vida: la de inspirar a otros a levantarse, creer y nunca rendirse.
Porque si algo aprendió en este camino es que los milagros sí existen y que, cuando se tiene fe, la vida siempre ofrece una segunda oportunidad.
Fuente: Diario Extra