«Creo que aquí no saben lo que es encontrarse con un árbol de cinco mil años. Aquí esos árboles están convertidos en puertas”, dice en el Parlamento Europeo en Bruselas a DW Llanka Millán, artista plástica mapuche.
«Este lugar está totalmente rodeado de naturaleza muerta, saqueada, de todas partes del mundo. Esos mal llamados recursos han construido estos grandes edificios, haciéndole creer a la gente que así es el paraíso. Es una falacia. No somos más importantes que la Tierra misma”, afirma Llanka Millán.
Se acerca una siguiente cumbre sobre el clima
A pocos días de que se inicie la COP30 en Belem do Pará (del 10 al 21 de noviembre de 2025), Llanka Millán toca puertas europeas para intentar abrir canales a una manera bastante distinta de plasmar la relación con la Tierra, de ejemplificar las consecuencias del modelo económico en el cambio climático, en carne viva.
«Somos las voceras de la Tierra. Podemos transmitir lo que está sucediendo. A pesar de las amenazas y la persecución, nos quedaremos ahí, a pesar de los intereses en nuestros territorios por el agua, por los minerales, para hacer monocultivos”, sigue Llanka Millán, hija de la lideresa mapuche Moira Millán, quien desde hace cuatro décadas reivindica los derechos de la gente de Wallmapu, los derechos de la Tierra, las voces de los árboles.
El momento es oportuno con miras a la COP30, la cumbre contra el cambio climático. Entretanto, está comprobado que la conservación de los bosques es clave en esa lucha.
No obstante, en 2024, según un informe del World Resources Institute, se perdieron de forma permanente unas 8,1 millones de hectáreas de bosques, entre ellas 6,73 millones de hectáreas de bosques primarios, cuya destrucción liberó 3,1 millones de toneladas métricas de gases de efecto invernadero.
DW