Protocolos de seguridad en espacios de alta afluencia se deben replantear tras atentado, dicen expertos: ‘Que se integre lo preventivo, lo tecnológico y social comunitario’

El atentado con coche bomba en una zona comercial y turística de la avenida Joaquín Orrantia, en el norte de Guayaquil, debe ser un llamado de atención para que los organismos de seguridad y entes privados ajusten sus mecanismos de seguridad y protocolos.

En eso coinciden expertos de seguridad luego del ataque terrorista en el que murió una persona y una veintena quedaron heridas y causó además daños en fachadas de seis edificios de la zona.

Este atentado demuestra que ya no se trata con delincuencia común, sino con organizaciones criminales que cuentan con preparación de alto nivel e instrucción internacional.

“Nos demuestran que no tienen miedo, que tienen una buena contrainteligencia de la que tienen Policía y Ejército, estos son los resultados para que el pueblo sepa que ellos existen, dan a notar que pueden introducirse a cualquier sector o sitio del país”, expuso Jorge Triviño, experto en seguridad, respecto al atentado.

Expuso que estos grupos demuestran que si desean generar actos de mayor violencia pueden hacerlo y se mantienen midiendo fuerzas frontales con la fuerza pública.

En el actual escenario, Triviño consideró que el tema de la seguridad se le “está escapando de las manos” al Gobierno, por lo que expresó su preocupación.

A su vez, Javier Gutiérrez, también experto en seguridad, resaltó que el reciente atentado no ha sido deliberado, sino que tuvo una debida planificación y con sus respectivos procesos de capacitación para un adecuado manejo tecnológico, operativo y logístico para lo ocurrido.

“No es un simple enojo de un grupo enojado porque se le obstruye su trabajo en alguna minera, es algo premeditado… ese nivel de operación que aplicaron quiere decir que hay la intención de que esa preparación les sirva para practicar ataques posteriores, debemos estar alertas a que esta situación se pueda replicar; eso es lo grave que debemos considerar”, expuso.

Así como Triviño, Gutiérrez apuntó que es imprescindible replantear los protocolos de seguridad en zonas de alta circulación, como corredores comerciales, sitios de recreación o espacios turísticos.

Requieren un enfoque que integre lo preventivo, lo tecnológico y social comunitario, evidentemente se lo ha aplicado en ciudades de Latinoamérica que han enfrentado situaciones de extrema violencia y del grupo ETA en el país Vasco, en España, e Irlanda con actos terroristas”, expuso.

Explosión de coche bomba dejó daños en seis edificios de la zona. Foto: El Universo

Cambios en infraestructura física y capacitaciones

En ese sentido, sugirió la combinación de medidas de infraestructura como barreras y controles vehiculares, además de intensificar las capacidades blandas con inteligencia y cooperación público-privada.

A corto plazo, dijo que se pueden aplicar medidas físicas en zonas de alta afluencia ciudadana. Allí, dijo, se podrían colocar barreras físicas, como bolardos, para establecer perímetros de control vehicular a fin de que no circulen cerca de fachadas, aceras o áreas peatonales. Asimismo, carriles de acceso con puntos de revisión de manera aleatoria o permanente.

Agregó que se deben aplicar puntos de control para eventos específicos y también de horarios específicos en ingreso de proveedores, para disminuir la carga vehicular.

Entre las medidas, Triviño sugirió que en los ingresos a estacionamientos de centros comerciales también se deben dar controles de automotores, como el reconocimiento con una barra que tiene un espejo para revisiones en la parte baja del vehículo y de las partes posteriores.

“Así la gente se enoje, así la gente pase el tiempo y tenga que hacer colas, es necesario vivir de esa manera, no pueden dejar sin que un carro sea revisado. Estamos viviendo en una época de inseguridad bastante grande y todos los ecuatorianos debemos colaborar con las instituciones encargadas”, expuso.

Para expertos, debe haber mayores controles de accesos vehiculares. Foto: Francisco Verni Peralta

Triviño dijo que se deben dar acciones disuasivas, con la tecnología como aliada. En ese sentido, enlistó la importancia de más cámaras e inteligencia artificial que tengan reconocimiento facial.

Al detectar los rostros de personas que se dedican a extorsiones, secuestros y otros delitos puede ser más fácil ubicar a los implicados, expuso.

“La única forma que esto se vaya terminando es tener claro quiénes son los delincuentes y que el dato preciso lo tenga la Policía para empezar a actuar”, expuso Triviño.

A su vez, Gutiérrez resaltó que las cámaras sofisticadas pueden detectar comportamientos especiales, como un carro estacionado en una zona no autorizada, y así la fuerza pública prevenga.

Resaltó además la necesidad de aplicarse protocolos directos de comunicación entre las administraciones de entidades, como hoteles y centros comerciales, con unidades de emergencia y seguridad pública.

Acciones con apoyo de entidades de Estado para seguridad

Además, Triviño enfatizó que el Gobierno tenga más cercanía con las comunidades para hacer mesas de trabajo y se aporte con información que facilite las acciones de seguridad.

También, Gutiérrez dijo que se debe contar con más profesionales sobre explosivos, y que se capacite más al personal de centros comerciales, hoteles y espacios comerciales, para actuar ante esta clase de emergencias, aplicar simulacros, mejorar capacidades de actuación en primeros auxilios e identificación de objetos sospechosos.

A nivel de gestión y administración, Triviño consideró que se debe dar una depuración en las instituciones de seguridad y agilizar reformas en la Ley de Seguridad para que los guardias de servicio privado sirvan de apoyo complementario.

Actualmente, Triviño dijo que estos servidores tienen limitaciones y se exponen a procesos judiciales en caso de actuar en defensa propia, o se mueven del sector para dar apoyo a una persona que lo necesite fuera de su perímetro donde están contratados.

Dándole que pueda actuar un elemento de seguridad de una manera inmediata, pero de esta forma hemos visto que en la Península un guardia evitó un atraco y mató a una persona en un centro comercial, y fue detenido, procesado; quién quiere trabajar así”, expuso.

En el plano estatal, Gutiérrez mencionó que se necesitan medidas de políticas públicas y además subvenciones o subsidios para que la seguridad pública y privada cuenten con más recursos humanos que protejan estas zonas que son el motor de las ciudades.

“Lo que sucedió es un reto, necesitamos consensuar, el llamado nuevamente de articulación permanente entre el Gobierno y gobiernos locales, necesitamos protocolos en espacios públicos, estandarizar”, detalló Gutiérrez.

Por ahora, las actividades en la zona de la av. Orrantia se van retomando de a poco en los negocios.

Entre las acciones, desde el Municipio se ha sugerido que se evite el ingreso de automotores sin placas a los espacios de estacionamientos y además se analiza la puesta de una Estación de Atención Segura (EAS) en la zona.

Fuente: El Universo

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