Cada 1 de octubre se conmemora el Día del Pasillo Ecuatoriano, uno de los géneros musicales que caracterizan al país. Esta fecha fue elegida por el natalicio de Julio Alfredo Jaramillo Laurido, más conocido como J.J. Uno de los mejores exponentes de la música ecuatoriana, quien nació en Guayaquil el 1 de octubre de 1935.
El Ruiseñor de América grabó innumerables discos en todos los géneros, participó en coproducciones fílmicas y su nombre consta en biografías locales y extranjeras. Así también, el Dúo Benítez & Valencia, Potolo Valencia y Carlota Jaramillo fueron artistas que permitieron la llegada de este género musical a las estaciones radiales y que el mismo se extendiera por Latinoamérica.
El pasillo nació en la Gran Colombia como resultado de una fusión entre diversos ritmos indígenas como el yaraví y ritmos europeos como el vals y el bolero español, recorriendo varios países. Sin embargo, fue en Ecuador donde se arraigó y desde entonces ha formado parte de la música nacional.
El 17 de octubre de 2012, El Ministerio Coordinador de Patrimonio, el Ministerio de Cultura y el Instituto Nacional de Patrimonio Nacional, iniciaron el proceso para declarar al pasillo como patrimonio cultural del Ecuador, por considerar que es la “música que identifica a los ecuatorianos”.
El Pasillo Ecuatoriano fue declarado Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad, el 14 de diciembre del 2021 por la UNESCO.
¿En dónde aprender más sobre el Pasillo Ecuatoriano?
En la esquina de las calles García Moreno y Bolívar en pleno Centro Histórico se encuentra el Museo del Pasillo, creado para recordar canciones y artistas que han dejado en alto el Ecuador. El recorrido dentro de este Museo empieza con una introducción a la historia de la música en el país y la exhibición de instrumentos de distintas épocas. Así mismo hay una sección dedicada a la radiodifusión y un área que recrea el ambiente de una vieja cantina, con un escenario al fondo, donde se realizan presentaciones de distintos géneros musicales en vivo.
El patrimonio constituye una herencia, un legado y sobre el pasillo se han realizado estudios suficientes que pueden mostrarlo, con una rica base teórica, como un verdadero bien patrimonial. Por otra parte, es importante promover la producción actual de este género y los espacios para su difusión.