Parte de la historia política del Ecuador terminó en la Basílica, la Catedral y el cementerio de San Diego. Con una amplia historia que data de 1667, más de un personaje o ciudadano común ha enterrado a sus seres queridos en los féretros, catacumbas y mausoleos que en medio de gárgolas o grandes monumentos incentivan el ambiente de estos predios.
Mucha gente se pregunta: “¿Dónde están enterrados los expresidentes fallecidos?”. La primera parada fue a la iglesia la Basílica. Entre las calles Venezuela y Caldas, en el centro histórico de Quito, una gran construcción que guarda reliquias religiosas pero también políticas.
El panteón presidencial oculto bajo la Basílica
Luego de caminar por varias salas, en el patio central de este templo neogótico, en una especie de sótano, más de diez gradas, entre inmensas paredes de piedra, se encuentra el panteón de jefes de Estado. Aquí descansan cuatro expresidentes.
Antonio Flores Jijón, presidente desde 1888 hasta 1892; Mariano Suárez Veintimilla, presidente en 1947; Andrés F. Córdova Nieto, encargado del Poder Ejecutivo entre 1939 y 1940; y Camilo Ponce Enríquez, presidente desde 1956 hasta 1960.
Ellos son los exmandatarios que reposan en este camposanto que está adornado, en su totalidad, de mármol; las paredes son blancas puras y, al fondo de un corredor, dos cóndores andinos como estatuas intensifican la identidad de este sitio tradicional.
“En su construcción, el Gobierno de la época y quienes estaban a cargo decidieron rendir homenaje a todos los jefes de Estado que han fallecido y que la familia pueda darle homenaje a la trayectoria de estas personas”, señaló Andrés Moreno, párroco de la Basílica del Voto Nacional.
Los nichos son blancos, cada uno tiene un logo bañado en oro del escudo del Ecuador y detrás hay varios cenizarios con una base alargada y una cúspide, donde se ubica el cuerpo cremado del expresidente fallecido.
“En este momento tenemos cuatro presidentes que han sido enterrados, la capacidad del panteón es de 50 nichos y 130 cenizarios, es decir, todavía faltan muchos, pero en el transcurso de los años en la práctica se ha visto que la familia de los presidentes deciden enterrarlos en otros lugares. Sin embargo, esto está disponible para cualquier persona que haya sido elegida, constitucionalmente, como presidente del Ecuador”, sostuvo el religioso.
La familia de los expresidentes enterrados en este cementerio, en específico de Mariano Veintimilla, todavía se acerca al panteón para dejar una oración y pedir por el alma del otavaleño, quien falleció el 23 de octubre de 1980.

El simbolismo católico en torno a los expresidentes fallecidos
En la antigüedad se creía que, después de la muerte, descansar a los pies de una iglesia enaltecía los ojos de Dios y permitía estar más cerca de él, según el padre Andrés Moreno.
El púlpito del panteón es tan elegante como lúgubre. Dos cóndores a los lados y la escultura de un Cristo en la mitad, cobijada por una frase: “Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”.
“Tiene referencia con el tema de los presidentes que durante su mandato le respondieron a la patria de acuerdo a la responsabilidad que les han otorgado, pero cuando fallecen tienen que responderle a Dios. Ese es el sentido del pasaje bíblico que está en el fondo”, contó el párroco de la Basílica.
El Cristo del fondo es tapado por una especie de manta hasta las piernas, el torso descubierto y las manos en señal de asunción al cielo connotan el descanso del alma y de redención a Dios. Sin embargo, tiene otro detalle característico del mundo andino, pues el rostro tiene un parecido significativo a un indígena.
“Yo quedé impactado porque demuestra que, definitivamente, si morimos, morimos a lo físico, a lo humano, pero resucitamos y evolucionamos como un ave fénix al reencuentro con Dios”, añadió Moreno.

La Catedral Metropolitana también guarda a sus expresidentes
En la iglesia la Catedral, diagonal al Palacio de Carondelet, también reposan los restos de Gabriel García Moreno, quien gobernó desde el 10 de agosto de 1869 hasta el 6 de agosto de 1875, día en que murió por el colombiano Faustino Lemus Rayo, exmilitar en el gobierno de García Moreno, y cayó en un extremo de la casa presidencial, donde reza una placa en piedra: “Lugar donde cayó el presidente García Moreno”. De igual forma, el expresidente Juan José Flores se encuentra enterrado en este templo.
Antonio José de Sucre, uno de los que fue prócer de la libertad, reposa en una sala privilegiada de la iglesia, junto con su sable y varias condecoraciones.

San Diego: el camposanto de los líderes y la historia popular
Donde existe una mayor cantidad de nombres es en el cementerio de San Diego. Un rincón patrimonial en el barrio que lleva el mismo nombre desde su inauguración en 1872. La historia cuenta que varios soldados que participaron en la batalla del Pichincha y perdieron la vida en guerra fueron enterrados en el lugar.
Entre las calles Chimborazo e Imbabura, a lo lejos se observan grandes monumentos religiosos, inmensos muros con nichos ocupados y pocos carros que se parquean en un territorio olvidado.
Allí reposan ocho exlíderes políticos, entre ellos Neptalí Bonifaz, Gonzalo Córdova, Aurelio Mosquera Narváez, Leonidas Plaza Gutiérrez, Manuel Sotomayor y Luna, Flavio Alfaro y Luis Felipe Borja.
No obstante, el más importante es José María Velasco Ibarra, quien fue presidente por cinco ocasiones desde 1934. Su último periodo fue de 1968 a 1972, gobernó por más de trece años y solo completó uno de sus mandatos en los años 50.
Los restos de Velasco Ibarra reposan junto a los de su esposa, Corina Durán. No existe data de algún familiar del expresidente, pero sorpresivamente su tumba siempre está con flores.

La gente no olvida: flores para Velasco Ibarra
Curiosamente, Rosa Simbaña, mujer adulta, quien se bajó de un vehículo pequeño junto con su nieto, dijo que entraba a visitar a su esposo. Sin embargo, parte del ramo era para el exmandatario.
“Viví uno de los periodos de Velasco Ibarra y sus discursos eran emocionantes. Ver su nombre en este sitio me trae mucha nostalgia. No soy solo yo. Los pocos visitantes siempre le dejan flores. Hoy le dejaré estas rosas rojas. Él no debe ser olvidado”, aseveró la ciudadana.
No solo presidentes: entre tumbas ilustres y personas en líos con la ley
En San Diego también descansan escritores como Nicolás Martínez y geógrafos reconocidos como Luis Tufiño. Pero otra de las tumbas más recordadas es la de Luz María Endara, también nombrada Mama Lucha, un conocido personaje que tuvo problemas con la ley en Quito.
La Banda de Los Chicos Malos, así se hacía llamar este grupo de extorsionadores que operaba bajo el mando de Mama Lucha, a quien todos respetaban en barrios como San Roque o La Colmena. Murió en Quito en junio de 2026, a los 72 años.
Fuente: El Universo