Biólogo y fotoperiodista, Lucas Bustamante es un ecuatoriano que logró documentar una historia en las páginas de la revista National Geographic.
Bustamante lleva 18 años fotografiando la naturaleza y, en su camino, se encontró con las tortugas gigantes de Galápagos, curiosos animales que le permitieron llevar su relato a más de 100 países.
En un hecho fortuito, Lucas coincidió con una de las editoras de la revista, quien preguntó por su trabajo, lo observó y de inmediato quedó fascinada.
Ella personalmente realizó la gestión, consiguió la aprobación y, luego de seis años, se convirtió en el primer ecuatoriano que publicó una historia con National Geographic.
“Es un orgullo supergrande como fotógrafo y artista ecuatoriano. Mi editora estaba supercontenta. Es la primera vez que una historia es documentada por un ecuatoriano y, desde 1588, es la primera vez que un ecuatoriano publica en una revista de National Geographic», destacó el fotógrafo.
Él se ha paseado por América, Asia y África revelando verdaderos paisajes en tres de los continentes más diversos del mundo. Sin embargo, cuando llegó a las islas Galápagos, se asombró del inmenso ecosistema que este lugar dispone y de la gran cantidad de fauna y flora que encontró para documentar.
Allí se inició la historia. Las tortugas gigantes se convirtieron en protagonistas y Bustamante no dudó en recabar información sobre estos animales, que se transformaron en símbolo de las “islas Encantadas”. En ese preciso momento, se enamoró de la aventura.
“Fue una experiencia indescriptible investigar sobre estos animales. Las tortugas gigantes son las que dieron el nombre a las islas cuando empezaron a venir los primeros barcos, ya que Galápagos significa montura y la montura es similar al caparazón de las tortugas”, dijo.
Las “Complejo Chelonoidis nigra”, como su nombre científico lo avala, llegan a vivir más de 300 o 400 años y pueden pasar hasta seis meses sin comer ni beber nada. Por ello, durante décadas estuvieron al borde de la extinción.
“Piratas que llegaban hasta las islas cogían tortugas gigantes para alimentar a la embarcación, debido a que pueden estar meses sin tomar agua o comer algo. Cuando Galápagos se empezó a poblar, también eran usadas para consumo interno”, contó Bustamante.
Es hasta 1959 cuando el Parque Nacional Galápagos abre sus puertas al mundo de la investigación y conservación. Especialistas se dieron cuenta de que solo el 10 % de la población de tortugas sobrevivió a las emboscadas de personas externas y empezaron a reproducirlas en cautiverio para tener lo que ahora conocemos como ranchos de tortugas gigantes.
Lucas recordó que la expedición para registrar el reportaje la realizó en seis islas diferentes, bajo condiciones climáticas extremas. “Había zonas donde el sol se mantenía incandescente por doce horas constantes y otras donde solo llovía. Fue algo para valientes”, añadió.
De las anécdotas más extravagantes que pudo archivar, está la expedición por el volcán Wolf. “Una de las cosas más chéveres fue caminar hacia la cumbre del volcán Wolf, que está a 1.700 metros de altura y hace meses experimentó una erupción. Llegar a la cima es largo y complicado porque todo es roca volcánica”, manifestó Bustamante.
El reto era llegar a observar las tortugas que estaban en la cima. Lucas aseguró que no todos pueden llegar y es más difícil sacar fotos de ellas por el terreno donde se mueven. “Nosotros tuvimos que aproximarnos y hacer fotos totalmente en silencio. Mantener la distancia y respetar su camino es una de las reglas principales”, aseguró.
Su catálogo de fotos es amplio. Paisaje, terreno, clima, color y diseño se fusionaron en una perfecta mezcla para que los archivos se exhiban por todo el mundo. No obstante, de todo su arsenal, el también cofundador de una empresa de ecoturismo se queda con una toma en particular.
“La foto que hice de una tortuga bebé que está saliendo del huevito es magnífica. Me pareció interesante que las tortugas gigantes pueden pesar hasta 900 kilos y vivir más de 175 años; sin embargo, cuando nacen son animalitos pequeños y frágiles. Eso es surreal”, apuntó.
El autor de tres libros y del descubrimiento de trece especies nuevas sostuvo que las personas, en su mayoría ecuatorianos, subestiman la belleza de las islas Galápagos, creen que solo es playa y diversión, cuando lo importante está en su identidad.
“Las islas son un compromiso de identidad y protección. Hay muchas personas que buscan Galápagos para establecerse, pero lo que no saben es que no hay agua dulce, no puedes llevar un carro, es mucho más caro todo. Creo que las islas deberían establecerse, principalmente, como un centro de estudio de especies marítimas y terrestres”, afirmó.
Así, Lucas Bustamante ha dedicado 18 años de su vida a la fotografía. Él sueña con que esta sea una herramienta para promover la educación y la conservación ambiental y cultural.
“Jamás empecé este proyecto pensando en que iba a tener espacio en la revista National Geographic, pero seguiré haciendo esto por un año más. Trabajar en la preservación de las tortugas es algo que me apasiona», concluyó.
Lucas se encuentra terminando dos fotolibros, uno sobre Ecuador y otro de tours fotográficos que oferta en su agencia de viajes.
Fuente: El Universo