Aunque el Gobierno de Daniel Noboa ha resuelto apoyar la política migratoria de su par de Estados Unidos, Donald Trump y recibir a ciudadanos extranjeros, aún se desconoce bajo qué condición humanitaria llegarán y con qué recursos y logística asumirá Ecuador esta responsabilidad.
Este acuerdo se ha concretado este 4 de septiembre de 2025, en la visita oficial del secretario de Estado de los Estados Unidos, Marco Rubio, al presidente de la República, Daniel Noboa.
El Palacio de Gobierno recibió a Rubio, quien previamente estuvo en México, estableciendo mecanismos para luchar contra el narcotráfico y el crimen organizado.
Minutos antes de las 09:00, Marco Rubio ingresó al Palacio de Carondelet, pese a que Daniel Noboa no salió a recibirlo y tampoco lo acompañó al encuentro con decenas de periodistas que lo esperaban para una rueda de prensa.

Envió a la canciller Gabriela Sommerfeld, quien confirmó que para los Estados Unidos es importante la política migratoria y “Ecuador va a apoyarlo”, sentenció.
“Es algo simbólico, importante y lo vamos a hacer en una forma coordinada. Protegiendo los intereses del Estado ecuatoriano y con el derecho a veto para personas que no sean de nuestro interés, o que no veamos conveniente para el Ecuador que puedan ingresar mientras se tramitan sus papeles. Lo vamos a hacer porque es importante para nuestros socios”, manifestó Sommerfeld a una pregunta que hizo un reportero estadounidense.
No obstante, lo que no precisó es bajo qué condición ingresaría esta población y cómo se financiará este mecanismo.
De su lado, Marco Rubio anunció una cooperación económica que bordearía los $ 13, 5 000 000 y se analizaría otro monto de $ 6′000.000 para la compra de drones; es decir, una cooperación para el combate al narcotráfico.
En una entrevista en la cadena Ecuavisa, del 1 de septiembre último, Sommerfeld explicó que como parte de la cooperación bilateral, el Gobierno de Noboa se comprometió a recibir “refugiados de ciertas nacionalidades” y precisó que esto no se asimila al convenio entre Estados Unidos y El Salvador, cuyo régimen recibe a personas con antecedentes penales en un centro exclusivo de reclusión.
“En el caso de Ecuador va a ser un programa limitado que responde a personas refugiadas de ciertas nacionalidades, que no mantengan ningún tipo de antecedente de delincuencia, que estén en buen estado de salud, que no estén enfermos, etc. Cubriendo en lo que Ecuador sí puede aportar en número limitado”.
La expectativa es que por año lleguen unas 300 personas.

El catedrático y diplomático Gonzalo Ortiz Crespo apuntó que Ecuador “nunca” ha recibido personas bajo estos términos, pero el Gobierno tendría que evaluar las condiciones económicas y sociales para su llegada.
Ante la cautela con la que se conduce este acuerdo, Ortiz explicó que no serían refugiados los que vendrían, sino personas que están pidiendo asilo en los Estados Unidos y estarían en territorio nacional hasta que se resuelva su situación.
El compromiso de Daniel Noboa se da a la par de la política migratoria de su homólogo Donald Trump que ha suscrito varias órdenes ejecutivas para sellar sus fronteras, como declarar una “invasión” a los Estados Unidos por “extranjeros ilegales” con lo que movilizó a sus fuerzas armadas.
Adicionalmente, suspendió indefinidamente la admisión de refugiados al considerarla perjudicial para los intereses nacionales de su país, que funcionaba desde la guerra de Vietnam.
Un refugiado es una persona que huye de su país de origen por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social u opiniones políticas; o porque no puede regresar porque su vida, su seguridad y su libertad se han visto amenazadas.
Actualmente, el Estado ecuatoriano tiene en su población a 80.589 refugiados de 95 países, que han sido reconocidos desde 1978. El núcleo más numeroso son ciudadanos de Colombia que asciende a 20.858.
Estadísticas de la Cancillería reflejan que hay 6.266 solicitudes de refugio de las que 3.456 son ciudadanos venezolanos y 2.540 colombianos, 65 cubanos, 60 de Perú, trece de Ucrania y 96 de otros 33 países.
Al 2024, se receptaron 14.547 solicitudes de reconocimiento de la condición de refugiado de las que 7.001 fueron de nacionalidad venezolana.
El año anterior se reconoció esa condición a 4.199 personas, de las que 3.578 fueron colombianos y 442 venezolanos, entre otros.
A Gonzalo Ortiz le llama la atención esta predisposición de Ecuador para alcanzar este acuerdo frente a la situación “apremiante” por la que atraviesa el país; y además, porque la Asamblea Nacional, de mayoría gobiernista de la bancada Acción Democrática Nacional (ADN), dio de baja el Estatuto Migratorio entre Ecuador y Venezuela suscrito en el 2010.
Ese instrumento lo firmaron los expresidentes Rafael Correa y Hugo Chávez, respectivamente, y facilitaba la obtención de visas temporales y permanentes y permitía la regularización.
A la par, cifras de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) detallan que solo en julio de 2025 ingresaron 19.558 ciudadanos venezolanos a Ecuador.
Estos acercamientos se definen en un momento en el que la administración de Trump señaló a Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, como cabecilla del cartel de Los Soles y movilizó a su fuerza naval hacia el mar Caribe para atacar a aquellos grupos delincuenciales que buscan transportar droga a sus fronteras.
El analista en materia de seguridad Mario Pazmiño, coronel en servicio pasivo, considera que el Gobierno nacional tendría que analizar detenidamente estos ejes bilaterales y observar “qué tan preparado está el Ecuador para recibirlos y darles garantías. Eso hay que analizarlo en detalle”, sugirió.
De su lado, en una entrevista con Univisión, Noboa dijo: “Se ha conversado, más que nada es la disposición, que tengamos una buena disposición, al final del día, lo que hará Ecuador es un análisis de qué personas son, si no son violentas, si no tienen antecedentes de violencia y si podemos cooperar con Estados Unidos en eso, lo haremos”, sostuvo Noboa.
Asimismo, puntualizó que el número de migrantes que se prevé recibir no es alto y aclaró que Ecuador no será como El Salvador, en referencia a la recepción de ciudadanos expulsados de Estados Unidos, algunos condenados por delitos.
Fuente: El Universo