Guayaquil atraviesa un escenario complejo. La violencia ligada al narcotráfico ha incrementado las extorsiones y afectado directamente a los negocios, el turismo y las ventas. A eso se suman carencias en educación y formación profesional, además de déficits en infraestructura y servicios.
“Los niveles de inseguridad no solo limitan la libertad de los ciudadanos, también frenan la economía”, advirtió Miguel Ángel González, presidente ejecutivo de la Cámara de Comercio de Guayaquil (CCG). Para él, la situación exige que los líderes empresariales dejen de pensar de manera aislada y construyan respuestas colectivas.
Seis ejes de acción
Durante cuatro horas de trabajo, 70 CEOs y directivos de empresas de distintos sectores —desde retail y exportación hasta servicios, alimentos y turismo— se dividieron en seis mesas: seguridad, talento, visión de ciudad, competitividad, productividad e infraestructura.
En seguridad, los grupos plantearon corredores de transporte vigilados, zonas con monitoreo público–privado y un consejo de sociedad civil que coordine acciones con la Policía Nacional. “Hay cosas que dependen exclusivamente del Estado, pero también podemos organizarnos para generar alertas y apoyar la labor de las autoridades”, apuntó González.
En el eje de talento, se discutió cómo conectar a la academia con la empresa a través de avales, programas especializados y mentorías para jóvenes. Jorge Calderón, rector del Tecnológico Universitario Argos, subrayó que la academia es un actor fundamental porque desde ella «se conciben ideas y se pueden dar soluciones, además de orientar la formación de futuras carreras y profesiones para que respondan a las necesidades reales de las empresas de distintos sectores»
La mesa de visión de ciudad, por su parte, propuso recuperar valores e identidad de Guayaquil mediante estrategias compartidas entre gremios, universidades y empresas familiares.
En productividad y competitividad, los empresarios coincidieron en crear un marketplace de conocimiento que vincule la demanda empresarial con la oferta de talento, además de estandarizar indicadores y establecer un banco colaborativo de problemas y soluciones.
Finalmente, en infraestructura se resaltó la importancia de las alianzas público–privadas y la necesidad de aprovechar el río Guayas como vía de conexión y transporte, un tema que ha reaparecido en varios planes urbanísticos.
De las ideas a la acción
El encuentro, denominado Forjando Guayaquil, utilizó la metodología del caso del IDE Business School, que obliga a analizar problemas desde distintas perspectivas antes de aterrizar propuestas. Evelyn Icaza, estudiante del IDE y facilitadora del evento, destacó que la clave estará en el seguimiento: “Las conclusiones deben convertirse en una hoja de ruta ejecutable. Eso implica mesas permanentes que midan avances y aseguren resultados tangibles”.
En esta línea, la CCG será el ente coordinador de los compromisos, con el reto de evitar que las propuestas se diluyan en el tiempo.
En un mes se realizará una segunda edición del Think Tank, con otro grupo de 70 empresarios. Con los insumos de ambas sesiones se elaborará una ruta de proyectos priorizados para seguridad, empleo, innovación y desarrollo urbano, divida en propuestas para las autoridades locales y nacionales y otras serán de aplicación propia del sector empresarial.
La CCG, con 136 años de existencia y cerca de 10.000 socios, busca que este espacio se convierta en una plataforma estable de diálogo y propuestas entre el sector privado, la academia y las autoridades locales. Para los organizadores, la diferencia está en abordar la crisis no como un callejón sin salida, sino como una oportunidad de transformar la ciudad hacia un modelo más competitivo y sostenible.
Fuente: Primicias