En junio de este año, militares llegaron hasta un inmueble ubicado en Montecristi, en Manabí, donde se sospechaba que se refugiaba Adolfo Macías, alias Fito.
Cuando los militares entraron a la casa, hallaron a cuatro hombres en el área de la piscina: Carlos Enrique C. Z., Cristian Germán M. V., Eduardo Alejandro H. C. y Freddy Alberto Z. Z.
A ellos les preguntaron sobre el paradero de Fito, pero negaron conocerlo.
Tras la revisión del inmueble, los militares encontraron debajo de la lavandería un doble fondo que conducía a un escondite donde se encontraba Fito.
En el lugar se halló un arma de fuego tipo fusil, marca HULU, serie 43-H24YD-000349, con su respectiva alimentadora, además de un cartucho color rojo calibre 12. El arma estaba sobre una mesa de un cuarto de juegos.
Los cuatro sospechosos que estaban con Fito fueron detenidos. Por ello se abrió un proceso por armas de fuego y municiones, un delito tipificado y sancionado en el art. 361 del COIP.
La versión del agente de tránsito implicado
Tras la operación, el Gobierno identificó a Cristian Germán M. V. como un funcionario que laboraba en la Agencia de Tránsito de Manta. Las autoridades indicaron que era presuntamente el lugarteniente de Fito.
En su versión dentro del proceso, Cristian Germán M. V. indicó que desde 2012 ingresó a laborar en el Municipio de Manta como asistente operativo de la Dirección de Tránsito.
Cuando se creó la empresa de Movilidad, Cristian Germán M. V. pasó a esa entidad. Señaló que el entonces alcalde de Manta, Agustín Intriago, lo nombró subdirector operativo de tránsito, encargado. Dijo que tras la muerte del alcalde, Marciana Valdivieso, quien asumió la Alcaldía, le pidió que retomara su cargo de supervisor.
El funcionario señaló que en ese trabajo sufrió amenazas de Los Lobos y Los Pepes. Según él, un fiscal le aconsejó que hiciera teletrabajo por precaución.
En su versión, el agente dijo que por temor a las amenazas dormía en las noches en casas de amigos. Supuestamente, un amigo, Carlos C., otro de los detenidos con Fito, le indicó que cuidaba una casa y le ofreció un cuarto.
En su versión indicó que, en una de esas noches en las que se encontraba con gran temor y asustado, llevaba un arma. Según él, el permiso para el arma lo obtuvo de manera legal en el Comando Conjunto de Fuerzas Armadas.
Cristian Germán M. V. adujo que en uno de esos días en los que pernoctaba en esa casa fue aprehendido durante el operativo militar que incursionó en el inmueble donde estaba Fito.
Dentro del proceso, el director de Control de Armas de las Fuerzas Armadas certificó que Cristian Germán M. V. sí estaba registrado en la base de datos del Sistema Informático de Control de Armas y que tenía permiso para porte y tenencia de armas de fuego vigentes.
La coartada de los cuidadores de la casa
En su versión, Carlos C. adujo que el día del operativo estaba cuidando el inmueble. En su coartada mencionó que estaba sin trabajo y amistades le recomendaron cuidar una casa que estaba en remodelación.
Sostuvo que Cristian Germán M. V. lo contactó porque supuestamente tenía amenazas y le pidió que le ayudara con un cuarto porque no tenía dónde dormir en las noches.
“Él llegaba con su esposa y su niño de brazos; traía un arma, y yo le pregunté qué procedencia tenía. Él solo me respondió que el arma tenía permiso”, relató en su testimonio Carlos C.
Además dijo que Adolfo Macías Villamar permanecía encerrado y no se dejaba ver. Mencionó que el día del operativo, ellos se encontraban en el domicilio por motivo del trabajo. “Siempre me decían que contratara personas que no fueran conocidas en el sector, sino que fueran de lugares lejanos”, mencionó.
Versiones sin mayores aportes
Durante este proceso, las versiones que se recopilaron contra los cuatro sospechosos detenidos encaminaron casi a lo mismo: que hallaron a los cuatro en la casa, que dijeron desconocer sobre Fito y que se encontró el arma sobre una mesa.
El fiscal del caso consideró que, tras la versión de los procesados y de las personas que conocen los hechos, así como de las pericias e información obtenida de instituciones públicas, se concluía que la conducta de los sospechosos no se adecuaba al tipo penal establecido en el artículo 361, inciso primero, que corresponde al delito de armas de fuego, municiones y explosivos prohibidos o no autorizados.
El fiscal consideró que no se cumplían los elementos de la tipicidad subjetiva, lo que les excluye de la tipicidad y, en consecuencia, no se justifica el dolo directo que se necesita para este tipo de delitos. Por lo tanto, no se podía continuar con el análisis de las demás categorías del delito, ya que, del examen de las diligencias evacuadas en la instrucción fiscal, no existían elementos de convicción respecto de la materialidad ni de la responsabilidad.
“Considero que no existe mérito suficiente para formular una acusación en contra de los hoy procesados”, anotó el fiscal.
Ante eso, el fiscal decidió abstenerse de acusar a los ciudadanos, por no haber mérito suficiente para promover juicio en su contra, por el delito de armas de fuego, municiones y explosivos prohibidos o no autorizados.
El juez del caso otorgó tres días al fiscal para precisar la norma legal que respalda su dictamen. (I)
Fuente: El Universo