Manchester United venció 3-2 a Burnley en Old Trafford, por la tercera fecha de la Premier League, en un duelo sufrido hasta el final en el que lograron sacarse la espina de la dura eliminación en la Copa de la Liga ante Grimsby Town, equipo de la cuarta división de Inglaterra.
En un encuentro lleno de emociones, polémicas y dramatismo, los Diablos Rojos lograron su primera victoria en la Premier League. Los dirigidos por Rúben Amorim dejaron escapar la ventaja dos veces y encontraron el triunfo en tiempo de descuento gracias a un penal convertido por Bruno Fernandes.
El inicio fue favorable para el United, que sorprendió en los primeros minutos con la velocidad de Bryan Mbeumo. El delantero generó las primeras ocasiones de peligro y, en el minuto 14, estuvo a punto de abrir el marcador con un disparo cruzado que pasó rozando el palo, silenciando por un instante al Teatro de los Sueños.
Dos minutos después, la tensión se apoderó del estadio: el árbitro sancionó penal para el United tras un forcejeo dentro del área entre Mason Mount y Kyle Walker. Sin embargo, el VAR intervino y, tras revisar la jugada, la decisión inicial fue desestimada, generando reclamos encendidos, especialmente de Bruno Fernandes, que protestó cara a cara con el colegiado.
Casemiro provoca el 1-0 con un cabezazo
En el minuto 26, los Diablos Rojos encontraron la recompensa. Un potente cabezazo de Casemiro se estrelló contra el palo, y en el rebote, la fortuna estuvo del lado local: la pelota golpeó en el defensor Josh Cullen y terminó dentro de la portería, decretando el 1-0 para Manchester United.
La mala noticia para los locales llegó en el minuto 31: Matheus Cunha sufrió molestias físicas y tuvo que ser sustituido. La imagen encendió las alarmas en el cuerpo técnico y dejó un manto de incertidumbre sobre su disponibilidad para los próximos partidos.
En el minuto 43, Amad Diallo estuvo muy cerca de marcar el segundo. El marfileño conectó una volea potente tras un pase preciso de Bruno Fernandes, pero el arquero Martin Dúbravka se lució con una atajadas espectacular que evitó el 2-0.
Antes del descanso, Manchester generó dos oportunidades claras en el tiempo agregado, aunque sus delanteros no estuvieron finos en la definición. Pese a la insistencia, el marcador no se movió y los locales se marcharon al vestuario con una ventaja mínima.
Foster empata, Mbeumo responde y Anthony iguala otra vez
El segundo tiempo comenzó con un golpe inesperado. En la primera jugada clara de Burnley, al minuto 55, Lyle Foster definió dentro del área para poner el 1-1. La respuesta de Manchester United fue inmediata: un minuto después, Bryan Mbeumo conectó con Diogo Dalot y marcó el 2-1, desatando la euforia en Old Trafford.
Pero la celebración de los locales duró poco. En el minuto 59, Jaidon Anthony aprovechó un nuevo desconcierto defensivo para castigar y anotar el 2-2, silenciando nuevamente al Teatro de los Sueños.
Bruno: héroe y salvador
Cuando todo parecía sentenciado, llegó la jugada decisiva. En el minuto 92, el VAR esta vez favoreció a los locales al detectar un jalón de camiseta de Jaidon Anthony sobre Amad Diallo dentro del área. Bruno Fernandes tomó la responsabilidad, ejecutó con frialdad y marcó el 3-2 definitivo, dándole al United un triunfo agónico.
El equipo de Rúben Amorim corta una racha negativa y consigue un triunfo vital para ganar confianza en medio de un inicio complicado de temporada. Sin embargo, las desatenciones defensivas siguen siendo una preocupación para el técnico portugués.