El incendio forestal que se inició el sábado 16 de agosto en el Parque Nacional Cotacachi-Cayapas y se prolongó hasta el sábado 23 de agosto fue completamente liquidado gracias al trabajo conjunto de los cuerpos de emergencia. Más de 20 bomberos de Quito lograron apagar los focos activos generados por las ráfagas de viento durante la semana pasada.
Según las autoridades, el incendio se originó por una combinación de altas radiaciones, cambio climático y escombros en el pajonal, los cuales facilitaron la propagación del fuego. Durante los cinco días de intervención, se movilizaron 30 efectivos, seis vehículos especializados, un camión forestal y drones termográficos que permitieron identificar los puntos donde la vegetación continuaba ardiendo.
El fuego consumió aproximadamente 1.485 hectáreas de pajonal, flora y fauna silvestre, afectando hasta tres líneas de fuego que alcanzaron hasta dos kilómetros de extensión. Durante la tarde y noche del sábado 23, los bomberos confirmaron que las labores de enfriamiento del suelo se realizaron con éxito y que lo único presente era humareda dispersa por los ventarrones que ayudaron a visibilizar el estado de las montañas, ya parcialmente quemadas.
El uso de drones profesionales en la emergencia permitió acceder directamente a las zonas más críticas y minimizar la extensión del daño, una ventaja tecnológica frente a los incendios ocurridos en 2023 y 2024, aseguraron los bomberos.
El Parque Nacional Cotacachi-Cayapas, una de las reservas más grandes del país, alberga más de 200 especies de flora y fauna, incluyendo mamíferos, aves, reptiles y anfibios. La reserva se extiende por las provincias de Imbabura y Esmeraldas, y constituye un ecosistema de gran importancia para la biodiversidad del noroccidente ecuatoriano.